El Montgrí. Punto clave del Empurdán

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Normalmente en invierno da miedo, quizás más que miedo, pereza, andar en bicicleta. Un hecho comprensible cuando las temperaturas no son las más idóneas para hacerlo, aunque bien abrigado el problema se minimiza.

 

Normalmente en invierno da miedo, quizás más que miedo pereza, andar en bicicleta. Un hecho comprensible cuando las temperaturas no son las más idóneas para hacerlo aunque bien abrigado el problema se minimiza.

Os proponemos seis rutas para huir del frío invernal con un denominador común, el macizo del Montgrí, bajo el paraguas del Parque Natural del Montgrí, las Islas Medas y el Baix Ter, una cordillera vertebradora de la extensa llanura ampurdanesa de paisaje singular configurada por un litoral con acantilados, calas y playas que se adentran en unos fondos marinos de indudable valor ecológico, un macizo montañoso, el Montgrí, que se alza entre las llanuras aluviales del Baix y el Alt Empordà y los humedales que forma el río Ter en su desembocadura.

Este macizo es en realidad una meseta con pequeñas elevaciones de cimas destacables como el Montplà (310 m), el Montgrí (303 m) y el Puig Rodó (307 m). Dos de las rutas coronan dos de las tres cimas y aunque hay que hacer tramos a pie, las panorámicas que se disfrutan de la gran llanura del Empordà, de los relieves que la circundan y del Prepirineo gerundense o del propio Canigó, son inmejorables.

Las rutas también le permitirán descubrir los pueblos medievales que crecieron bajo la influencia del Condado de Empúries, pueblos encantadores con vestigios de historia presente en su urbanismo, en lo que queda de sus fortificaciones o en cada una de las ermitas románicas. Siempre presente en cualquiera de las rutas, destaca por su impecable ubicación el castillo del Montgrí, una inacabada fortificación de alterosa presencia exterior que nos explica los conflictos entre la realeza catalana y los contados feudales. También encontrará sobre el terreno detalles de arquitectura popular: hornos de cal, unas espléndidas cabañas de piedra seca de planta circular y estructura escalonada de varios volúmenes y algunos “eixarts”, nombre que reciben los muros resultantes de despedregar el terreno para el cultivo.

En otros descubriréis parajes singulares como las dunas de la Muntanya Gran, una gran duna que hace cien años amenazaba las masías al sur del macizo, aún reconocible a pesar de estar fijada por un esplendoroso pinar; excepcionales acantilados de casi 100 metros entre el Cap de la Barra y Cala Montgó, únicos en la costa catalana; las marismas, dunas y humedales de la Pletera, un espacio recuperado de la voracidad urbanística; las diversas desembocaduras del Ter, fruto de la manipulación del hombre, lugares desde los que disfrutar de la magnética belleza de las Islas Medas; antiguos estanques desecados y acequias medievales de largo alcance; un bunker en un antiguo aeródromo republicano en medio de la llanura ampurdanesa; e incluso los contrastes entre la gran llanura, perfectamente horizontal, y los interiores abruptos de las entrañas del macizo en el valle de Santa Caterina, dos mundos en uno solo.

Y de lo que sí disfrutará en todas las propuestas es de la singular belleza de un entorno mágico que desata la pasión por recorrerlo en bicicleta, sobre todo los días soleados del invierno cuando ha soplado la tramontana y ha dejado unos cielos expansivos, azules y limpios que nos permiten disfrutar de un inmenso paisaje desde la misma llanura.

Las rutas por el macizo del Montgrí

BEM 012_Torroella de Montgrí
BEM 013_Llabià
BEM 014_Albons
BEM 015_Estartit
AEM 032_L'Escala
AEM 034_Viladamat