Aran. Tocando el cielo
El “Val d’Arán”, nombre como se le conoce en aranés, una variante gascona de la lengua occitana que se habla en este pequeño valle del Pirineo, es la única comarca de Cataluña que vierte sus aguas en el Atlántico. La fisonomía de la comarca, de origen glaciar, esta definida por profundos valles de donde emergen verticales, montañas que fácilmente sobrepasan los 2.000 metros de altitud.
Esta singular orografía, no olvidemos que los principales cumbres de los Pirineos se encuentran muy cerca, hace que todo el territorio sea un destino ineludible para todos aquellos que disfrutan de los ambientes de alta montaña. Un auténtico paraíso para la práctica de la BTT.
Las nuevas propuestas que presentamos completan prácticamente toda la oferta de rutas que se pueden hacer por este territorio fronterizo. La mayoría, obviamente, tienen una característica común: siempre suben. Por otra parte, cualquiera de ellas nos ofrece un viaje lleno de sensaciones y emociones que afloran ante la inmensidad y grandeza del territorio que nos rodea. Rutas especialmente diseñadas para beberse el paisaje a cada golpe de pedal. Trayectos para degustar cada parte del inmenso territorio que desfila ante nuestros ojos, desde los profundos valles a las abruptas sierras del Pirineo Central que los cierran. Navegando cerca de las nubes descifraremos uno a uno, y no son pocos, cada uno de los abruptos picos que apuntan hacia el cielo, cuya tonalidad grisácea contrasta con el blanco manto que aún cubre el glaciar dcel Aneto, lamentablemente en peligroso retroceso.
Pedalear por el Aran nos regalará multitud de momentos placenteros, recuerdos que quedarán fijados para siempre en la memoria. Retendremos el intenso color verde que desprenden los prados de alta montaña, fácilmente recordaremos el encanto del ganado pastando plácidamente y aún en casa sentiremos el rumor del agua de los arroyos deslizandose entre las piedras. Una acumulación de sensaciones que hacen que el alma quede totalmente abducida por el entorno, extasiada, y que cada pedalada no represente un desgaste físico, sino un acercamiento a este acogerdor ambiente. Joya cicloturística en estado puro.
Y que decir de la belleza de la frondosidad de los bosques, paso obligado para acceder a las partes altas de las sierras, y los intensos olores que los traspasan de aquí a allá. Bosques de árboles gigantescos (pinos, hayas, abetos o pinos negros, entre otros) anclados a los fuertes pendientes de las laderas que caen en vertical descenso al fondo del valle. No te vayas de la comarca sin visitar el valle de Toran si qieres entender lo que queremos decir.
Un último apunte. Todos los pueblos del valle estan comunicados por antiguos caminos de herradura, un patrimonio cultural e histórico que afortunadamente el valle ha ido recuperando y que nos regala con momentos mágicos sobre la bicicleta. Bellos recorridos por antiguos trazados, perfectamente diseñados para subir des del fondo del valle o para conectar los pueblos araneses, ubicados a media altura presidiendo los valles, con caminos que parecen desafiar la gravedad. Una maravilla arquitectónica muy bien ejemplificada entre Porcingles y Canejan o la espectacular bajada de Canejan al fondo del valle. Un placer que hay que probar.
El Valle de Arán es un paraíso para huir del calor veraniego y disfrutar de la BTT al cien por cien. Y ya puestos, no os vayáis sin degustar la gastronomía aranesa, un premio merecido del que no hay que huir.
Salud y pedal