Moianès MOI 015_Castellcir
Vall de Marfà. Pla de Trullars. Carena de Coll d'Ases. Serrat de les Pedres
Vall de Marfà. Pla de Trullars. Carena de Coll d'Ases. Serrat de les Pedres
Castellcir_Esplugues_Castellterçol_Sant Llogari_Rubió_Granera_Coll d’Ases_Sant Julià d’Uixols_Castellcir
Resumen
Distancia:39 km
Desnivel:990 m
Tiempo:4 h 0 min
Dificultad:media-difícil
Los límites del altiplano del Moianès. Un viaje lleno de descubrimientos.
Una ruta imprescindible para conocer los rasgos más significativos del Moianès. Un viaje por un paisaje donde los arroyos han moldeado la meseta que desciende hacia la cuenca del Llobregat, creando un paisaje roto formado por colinas y pequeñas lomas rodeados de serpenteantes y caprichosas hondonadas. También es un viaje lleno de interesantes descubrimientos que nos muestran la ocupación del territorio de... Los límites del altiplano del Moianès. Un viaje lleno de descubrimientos.
Una ruta imprescindible para conocer los rasgos más significativos del Moianès. Un viaje por un paisaje donde los arroyos han moldeado la meseta que desciende hacia la cuenca del Llobregat, creando un paisaje roto formado por colinas y pequeñas lomas rodeados de serpenteantes y caprichosas hondonadas. También es un viaje lleno de interesantes descubrimientos que nos muestran la ocupación del territorio desde tiempos lejanos: dólmenes, grutas, pozos de hielo, ermitas románicas, castillos, casas fortificadas o cabañas de piedra seca son otros alicientes que acompañan esta ruta .
Salimos del centro de Castellcir en dirección norte. Nos desviamos a la izquierda junto al pequeño campo de fútbol hasta encontrar la carretera. Pedaleamos unos metros por sendero libre de tráfico hasta encontrar la pista que baja hacia el bonito valle por donde se desliza la Riera de Fontscalents.
En un pequeño meandro el valle gana terreno al río formando un rincón de gran belleza. El paisaje desprende un verde intenso con aromas frescos de pino, lavanda y romero, fruto de la niebla y de las lluvias de tarde típicas de la primavera. Bajo una gran losa, donde había una espelunca ocupada desde época troglodítica, se levanta la fantástica masía de Esplugues que aprovecha la cavidad natural de la roca que le hace de tejado. Dos chopos de considerable altura se levantan alterosos junto al hermoso puente románico y, finalmente, un antiguo cubierto preside la pequeña explanada hay un antiguo cubierto. Todo el conjunto está perfectamente restaurado y forma parte de los lugares visitables del Ecomuseo del Moianès.
Seguimos arroyo abajo sin atravesarlo nunca. Al otro lado del arroyo están las naves del polígono El Vapor. Sin saberlo, unos metros por debajo nuestro, junto a la riera, está el
Roquer, una construcción singular única en Cataluña, donde se podía lavar lana o la ropa, como si de un lavadero se tratara. Un delicioso sendero desemboca en una buena pista. Justo atravesamos el arroyo la ruta continúa por la pista de la derecha. Antes, nos desviamos unos metros para visitar una de las joyas del Moianès, los neveros artificiales de hielo o “poues de gel” de la Ginebreda, otro radial del Ecomuseo que nos permite descubrir la ingeniosa arquitectura constructiva y los vestigios de una industria tradicional que involucraba una parte significativa de la población rural en invierno.
A las “poues” se guardaba el hielo y la nieve en invierno, hielo en forma de barras que en primavera se llevaba con carros a la ciudad. El hielo tenía aplicaciones diversas: medicinales, gastronómicas y curativas. Los principales clientes eran pescaderías, hospitales, farmacias y fabricantes de helados. La ruta pasa junto a la Molino de la Fàbrega. Al otro lado de la carretera, por la pista que sube al Mas El Pedrós, encontramos la “Poua” de la Fàbrega, una de la cincuentena de las que hay esparcidas por los arroyos que socavan y modelan la meseta. Pasado la masía, una antigua casa de colonias, nos desviamos a la izquierda.
Nos adentramos en un valle de bonita soledad alejado de la civilización donde la vegetación parece tragarté y el camino se retuerce una y otra vez. En un claro del camino, repentinamente aparece al otro lado del valle la imagen, entre fantasmagórica e inquietante por la niebla que nos invade, de la casería de San Llogari, una gran masía de tipo rural fortificada. En el interior hay un patio-corral con las dependencias complementarias de la casa como establos, graneros, depósitos... Dentro del recinto fortificado también se encuentra la capilla de San Llogari y muy cerca, la iglesia románica de San Llogari de Castellet.
De camino hacia el mas Rubió encontramos, escondidas por la vegetación, varias "barracas de viña", pequeñas construcciones de piedra seca de dimensiones reducidas y cubiertas con bóveda cónica. Estas cabañas, al igual que las paredes que aguantan los bancales de cultivo son una muestra de este tipo de arquitectura de un tiempo donde la viña tenía un papel protagonista.
Pasado el histórico Mas de Rubió nos elevamos repentinamente hacia el Pla de Trullars por una pista de pendiente exigente. En poco tiempo sobrevolamos el valle y coronamos una de las cimas de la sierra presidida por la impresionante tumba megalítica, reconstruida, del Dolmen de Plan de Trullars. Un sepulcro de grandes dimensiones que parece hecho para reyes desde el que se domina un extenso territorio moldeado por los arroyos, un paisaje de colinas y pequeñas lomas rodeados de serpenteantes y caprichosas hondonadas que descienden hacia el Llobregat.
Por un sendero incómodo enlazamos con la pista que sube a Granera desde el fondo del valle y que hemos dejado antes de iniciar la subida al Pla de Trullars. Granera es el municipio más pequeño y menos poblado del Moianès, pero la situación dominante de su castillo sobre la cresta que marca el límite natural de la meseta del Moianès lo hace visible desde muy lejos, por la banda ponentina. El castillo está increíblemente adaptado a los desniveles de la cima rocosa sobre la que se erige.
Junto al cementerio, pasamos junto a la capilla de Santa Cecilia. Destaca el magnífico ábside románico, con decoración lombarda, y en el interior, restos desvanecidos de unas pinturas románicas muy rústicas. Dirigimos nuestro camino hacia el límite sur de la comarca, donde la meseta se derrumba creando una serie riscos que caen a plomo hacia los municipios de Sant Llorenç Savall y Gallifa. Un atractivo trayecto pedaleando junto a los riscos saboreando las grandes perspectivas, especialmente la de la Seerra del Obac, que nuestra balconada nos ofrece.
Enlazamos senderos y pistas que se desarrollan siempre por la parte alta para conquistar el último centro de interés de la ruta, la ermita de Sant Julia de Úixols. Su interior acoge una construcción prerrománica y es un lugar muy popular y concurrido por los excursionistas.
Iniciamos el descenso hacia Castellterçol. Un centenar de metros más allá de San Juliá hay un cruce de caminos, tanto la pista de la izquierda como la de la derecha confluyen cerca del pueblo. La ruta propuesta sigue por el sendero que se adentra en el bosque, un camino con algunos tramos difíciles que desemboca en una pista que conecta con las dos anteriores. Un trayecto para realizar al gusto de cada uno.
Desde Castellterçol sale un bonito camino paralelo a la carretera que lleva a Castellcir.
Definitivamente, una ruta imprescindible para conocer el Moianès.
Mayo de 2018
CENTROS DE INTERÉS
Espluga de Castellcir. Pozos de hielo de la Ginebreda. Pozo de hielo de la Fàbrega. Masía e iglesia de Sant Llogari de Castellet. Dolmen de Trullars. Castell de Granera. Sant Julia d’Uixols
ALOJAMIENTOS Y RESTAURANTES
http://www.consorcidelmoianes.cat/ca/turisme
Una ruta imprescindible para conocer los rasgos más significativos del Moianès. Un viaje por un paisaje donde los arroyos han moldeado la meseta que desciende hacia la cuenca del Llobregat, creando un paisaje roto formado por colinas y pequeñas lomas rodeados de serpenteantes y caprichosas hondonadas. También es un viaje lleno de interesantes descubrimientos que nos muestran la ocupación del territorio de... Los límites del altiplano del Moianès. Un viaje lleno de descubrimientos.
Una ruta imprescindible para conocer los rasgos más significativos del Moianès. Un viaje por un paisaje donde los arroyos han moldeado la meseta que desciende hacia la cuenca del Llobregat, creando un paisaje roto formado por colinas y pequeñas lomas rodeados de serpenteantes y caprichosas hondonadas. También es un viaje lleno de interesantes descubrimientos que nos muestran la ocupación del territorio desde tiempos lejanos: dólmenes, grutas, pozos de hielo, ermitas románicas, castillos, casas fortificadas o cabañas de piedra seca son otros alicientes que acompañan esta ruta .
Salimos del centro de Castellcir en dirección norte. Nos desviamos a la izquierda junto al pequeño campo de fútbol hasta encontrar la carretera. Pedaleamos unos metros por sendero libre de tráfico hasta encontrar la pista que baja hacia el bonito valle por donde se desliza la Riera de Fontscalents.
En un pequeño meandro el valle gana terreno al río formando un rincón de gran belleza. El paisaje desprende un verde intenso con aromas frescos de pino, lavanda y romero, fruto de la niebla y de las lluvias de tarde típicas de la primavera. Bajo una gran losa, donde había una espelunca ocupada desde época troglodítica, se levanta la fantástica masía de Esplugues que aprovecha la cavidad natural de la roca que le hace de tejado. Dos chopos de considerable altura se levantan alterosos junto al hermoso puente románico y, finalmente, un antiguo cubierto preside la pequeña explanada hay un antiguo cubierto. Todo el conjunto está perfectamente restaurado y forma parte de los lugares visitables del Ecomuseo del Moianès.
Seguimos arroyo abajo sin atravesarlo nunca. Al otro lado del arroyo están las naves del polígono El Vapor. Sin saberlo, unos metros por debajo nuestro, junto a la riera, está el
Roquer, una construcción singular única en Cataluña, donde se podía lavar lana o la ropa, como si de un lavadero se tratara. Un delicioso sendero desemboca en una buena pista. Justo atravesamos el arroyo la ruta continúa por la pista de la derecha. Antes, nos desviamos unos metros para visitar una de las joyas del Moianès, los neveros artificiales de hielo o “poues de gel” de la Ginebreda, otro radial del Ecomuseo que nos permite descubrir la ingeniosa arquitectura constructiva y los vestigios de una industria tradicional que involucraba una parte significativa de la población rural en invierno.
A las “poues” se guardaba el hielo y la nieve en invierno, hielo en forma de barras que en primavera se llevaba con carros a la ciudad. El hielo tenía aplicaciones diversas: medicinales, gastronómicas y curativas. Los principales clientes eran pescaderías, hospitales, farmacias y fabricantes de helados. La ruta pasa junto a la Molino de la Fàbrega. Al otro lado de la carretera, por la pista que sube al Mas El Pedrós, encontramos la “Poua” de la Fàbrega, una de la cincuentena de las que hay esparcidas por los arroyos que socavan y modelan la meseta. Pasado la masía, una antigua casa de colonias, nos desviamos a la izquierda.
Nos adentramos en un valle de bonita soledad alejado de la civilización donde la vegetación parece tragarté y el camino se retuerce una y otra vez. En un claro del camino, repentinamente aparece al otro lado del valle la imagen, entre fantasmagórica e inquietante por la niebla que nos invade, de la casería de San Llogari, una gran masía de tipo rural fortificada. En el interior hay un patio-corral con las dependencias complementarias de la casa como establos, graneros, depósitos... Dentro del recinto fortificado también se encuentra la capilla de San Llogari y muy cerca, la iglesia románica de San Llogari de Castellet.
De camino hacia el mas Rubió encontramos, escondidas por la vegetación, varias "barracas de viña", pequeñas construcciones de piedra seca de dimensiones reducidas y cubiertas con bóveda cónica. Estas cabañas, al igual que las paredes que aguantan los bancales de cultivo son una muestra de este tipo de arquitectura de un tiempo donde la viña tenía un papel protagonista.
Pasado el histórico Mas de Rubió nos elevamos repentinamente hacia el Pla de Trullars por una pista de pendiente exigente. En poco tiempo sobrevolamos el valle y coronamos una de las cimas de la sierra presidida por la impresionante tumba megalítica, reconstruida, del Dolmen de Plan de Trullars. Un sepulcro de grandes dimensiones que parece hecho para reyes desde el que se domina un extenso territorio moldeado por los arroyos, un paisaje de colinas y pequeñas lomas rodeados de serpenteantes y caprichosas hondonadas que descienden hacia el Llobregat.
Por un sendero incómodo enlazamos con la pista que sube a Granera desde el fondo del valle y que hemos dejado antes de iniciar la subida al Pla de Trullars. Granera es el municipio más pequeño y menos poblado del Moianès, pero la situación dominante de su castillo sobre la cresta que marca el límite natural de la meseta del Moianès lo hace visible desde muy lejos, por la banda ponentina. El castillo está increíblemente adaptado a los desniveles de la cima rocosa sobre la que se erige.
Junto al cementerio, pasamos junto a la capilla de Santa Cecilia. Destaca el magnífico ábside románico, con decoración lombarda, y en el interior, restos desvanecidos de unas pinturas románicas muy rústicas. Dirigimos nuestro camino hacia el límite sur de la comarca, donde la meseta se derrumba creando una serie riscos que caen a plomo hacia los municipios de Sant Llorenç Savall y Gallifa. Un atractivo trayecto pedaleando junto a los riscos saboreando las grandes perspectivas, especialmente la de la Seerra del Obac, que nuestra balconada nos ofrece.
Enlazamos senderos y pistas que se desarrollan siempre por la parte alta para conquistar el último centro de interés de la ruta, la ermita de Sant Julia de Úixols. Su interior acoge una construcción prerrománica y es un lugar muy popular y concurrido por los excursionistas.
Iniciamos el descenso hacia Castellterçol. Un centenar de metros más allá de San Juliá hay un cruce de caminos, tanto la pista de la izquierda como la de la derecha confluyen cerca del pueblo. La ruta propuesta sigue por el sendero que se adentra en el bosque, un camino con algunos tramos difíciles que desemboca en una pista que conecta con las dos anteriores. Un trayecto para realizar al gusto de cada uno.
Desde Castellterçol sale un bonito camino paralelo a la carretera que lleva a Castellcir.
Definitivamente, una ruta imprescindible para conocer el Moianès.
Mayo de 2018
CENTROS DE INTERÉS
Espluga de Castellcir. Pozos de hielo de la Ginebreda. Pozo de hielo de la Fàbrega. Masía e iglesia de Sant Llogari de Castellet. Dolmen de Trullars. Castell de Granera. Sant Julia d’Uixols
ALOJAMIENTOS Y RESTAURANTES
http://www.consorcidelmoianes.cat/ca/turisme