Selva SEL 024_Blanes
Espai Natural Protegit del Riu i Estanys de Tordera. Els Tres Turons. Montarbat.
Blanes – Poblat Ibèric de Montbarbat – Tordera – Blanes
Mapes Comarcals de Catalunya. La Selva. 1:50.000. Institut Cartogràfic de Catalunya (ICC).
Resumen
Distancia:34 km
Desnivel:540 m
Tiempo:3 h 0 min
Dificultad:media
El mirador de Montbarbat. Poblado Ibérico de Montbarbat
Un viaje por las colinas que se levantan a la izquierda de la desembocadura del Tordera, la más alta de las cuales estaba coronada por el poblado ibérico de Montarbat, lugar estratégico desde donde se controlaban dos de las vías de comunicación más importantes del país : la vía Heraclea y la vía marítima-fluvial que comunicaba el litoral con el interior del país
Salimos de la misma punta Sa Palomera... El mirador de Montbarbat. Poblado Ibérico de Montbarbat
Un viaje por las colinas que se levantan a la izquierda de la desembocadura del Tordera, la más alta de las cuales estaba coronada por el poblado ibérico de Montarbat, lugar estratégico desde donde se controlaban dos de las vías de comunicación más importantes del país : la vía Heraclea y la vía marítima-fluvial que comunicaba el litoral con el interior del país
Salimos de la misma punta Sa Palomera, claramente identificable en el perfil marítimo de Blanes y considerada como el inicio de la Costa Brava, siguiendo los callejones del casco antiguo en busca de los rastros del arroyo de Blanes. Atravesamos por una pasarela por encima la comarcal que conecta los pueblos del litoral y subimos por un carril bici que nos deja en el camino de los Huertos de Ses Vernes, un pequeño valle por donde transitaba el antiguo camino de Sant Pere del Bosc.
Es agradable comprobar cómo se vuelve a ganar espacio en terrenos fértiles abandonados para volver a producir alimentos, una actividad de toda la vida, y que ahora se comercializa como productos de proximidad. Dejamos los huertos por un camino arenoso que sube de golpe por la cresta y que más allá enlaza con una buena pista. Vamos dejando atrás la villa de Blanes bien guardada por la torre del antiguo castillo de Sant Joan encaramada en una colina desde la que se domina un extenso territorio.
Nos adentramos en un bosque mediterráneo característico de pinos y alcornoques que se agarran fuertemente al suelo arenoso para retenerlo. En algún tramo encontramos manchas de vegetación invasiva formada por eucaliptos que desvirtúan el bosque original. Navegamos rodeados de esta vegetación exuberante en dirección al poblado ibérico de Montbarbat, ubicado en la cima de la montaña del mismo nombre.
La cima se encuentra en la zona de los Tres Términos, el punto de confluencia de los términos municipales de Maçanet de la Selva, Lloret de Mar y Vidreres. No es extraño pues que haya un asentamiento ibérico ya que el control del territorio es total. Su ubicación lo hace un lugar estratégico, ya que es una atalaya que domina visualmente toda la depresión de la Selva, las laderas de las montañas que lo rodean (Montseny, Guilleries y Cabrerés), la parte occidental de las Gavarres y toda la baja Tordera. Por lo tanto, desde Montbarbat se controlaban dos de las vías de comunicación más importantes del país. Una era la vía Heraclea (posterior vía Augusta romana), que comunicaba la Península Ibérica con el resto de Europa. La otra era la vía marítima-fluvial que comunicaba el litoral con el interior del país por el eje de la Tordera-riera de Arbúcies.
Se trata de un asentamiento de más de 5.500 m² de superficie, ubicado en la parte más alta de la colina y adaptado en parte a la topografía del lugar. Se encuentra rodeado por una línea de muralla reforzada con un mínimo de dos torres. En el interior, se conocen sobre todo las casas situadas en el ángulo suroeste del poblado y las del área central, aunque varios restos afloran en una gran extensión, aún pendiente de excavar. Estas características hacen de Montbarbat uno de los grandes poblados ibéricos de la zona.
Las hermosas panorámicas que se disfrutan desde la cima quedan enturbiadas por el gran número de urbanizaciones que se asientan en las laderas de las sierras cercanas. Desgraciadamente un lastre que sufre todo el litoral catalán, reflejo de toda una época de colonización paisajística desatada. Desde el poblado deshacemos un tramo de camino y bajamos directamente por un camino derecho y muy técnico o haciendo un largo rodeo hacia la urbanización que tenemos debajo. Navegamos por un mar arquitectónico diverso que define claramente la personalidad y gusto de los diferentes propietarios hasta el extremo norte, donde encontramos el camino que lleva al cortijo abandonado de Can Llagostera. Perdemos altura por un paisaje uniforme alrededor de las diferentes cabeceras de los afluentes que vierten sus aguas en el margen izquierdo de la Tordera hasta llegar al mismo río que atravesamos por una palanca que desemboca en el pueblo que le da nombre.
El tramo final entre el núcleo de Tordera y Blanes transcurre siempre junto al río. Un pequeño y singular viaje que pone al descubierto la estrecha relación entre el río y los núcleos que se asientan cerca del mismo. Abundan los huertos y los cultivos y también las industrias. Seguimos río abajo en dirección a su desembocadura donde forma una laguna aislada del mar por un brazo de arena y guijarros y constituye un espacio de elevado interés, especialmente para los pájaros migratorios, que utilizan la zona como punto de reposo y refugio.
El territorio por el que nos movemos, el “Espai Natural Protegit del Riu i Estanys de Tordera”, está constituido por la ribera del tramo bajo del río y por pequeñas lagunas conocidas como el estanque de Don Benito, el estanque de Julia y el estanque de cal Rave, además del robledal de can Verdalet y los Prats d’en Gay. El paisaje se caracteriza por el predominio de la vegetación pantanosa y de ribera con matorral, herbazales, cañaverales, etc. Representa el testigo relictual de antiguas zonas húmedas con una notable diversidad de anfibios y reptiles propios de estos espacios.
CENTROS DE INTERÉS
Poblado ibérico de Montarbat
RESTAURANTES / ALOJAMIENTOS
https://www.blanescostabrava.cat/
Un viaje por las colinas que se levantan a la izquierda de la desembocadura del Tordera, la más alta de las cuales estaba coronada por el poblado ibérico de Montarbat, lugar estratégico desde donde se controlaban dos de las vías de comunicación más importantes del país : la vía Heraclea y la vía marítima-fluvial que comunicaba el litoral con el interior del país
Salimos de la misma punta Sa Palomera... El mirador de Montbarbat. Poblado Ibérico de Montbarbat
Un viaje por las colinas que se levantan a la izquierda de la desembocadura del Tordera, la más alta de las cuales estaba coronada por el poblado ibérico de Montarbat, lugar estratégico desde donde se controlaban dos de las vías de comunicación más importantes del país : la vía Heraclea y la vía marítima-fluvial que comunicaba el litoral con el interior del país
Salimos de la misma punta Sa Palomera, claramente identificable en el perfil marítimo de Blanes y considerada como el inicio de la Costa Brava, siguiendo los callejones del casco antiguo en busca de los rastros del arroyo de Blanes. Atravesamos por una pasarela por encima la comarcal que conecta los pueblos del litoral y subimos por un carril bici que nos deja en el camino de los Huertos de Ses Vernes, un pequeño valle por donde transitaba el antiguo camino de Sant Pere del Bosc.
Es agradable comprobar cómo se vuelve a ganar espacio en terrenos fértiles abandonados para volver a producir alimentos, una actividad de toda la vida, y que ahora se comercializa como productos de proximidad. Dejamos los huertos por un camino arenoso que sube de golpe por la cresta y que más allá enlaza con una buena pista. Vamos dejando atrás la villa de Blanes bien guardada por la torre del antiguo castillo de Sant Joan encaramada en una colina desde la que se domina un extenso territorio.
Nos adentramos en un bosque mediterráneo característico de pinos y alcornoques que se agarran fuertemente al suelo arenoso para retenerlo. En algún tramo encontramos manchas de vegetación invasiva formada por eucaliptos que desvirtúan el bosque original. Navegamos rodeados de esta vegetación exuberante en dirección al poblado ibérico de Montbarbat, ubicado en la cima de la montaña del mismo nombre.
La cima se encuentra en la zona de los Tres Términos, el punto de confluencia de los términos municipales de Maçanet de la Selva, Lloret de Mar y Vidreres. No es extraño pues que haya un asentamiento ibérico ya que el control del territorio es total. Su ubicación lo hace un lugar estratégico, ya que es una atalaya que domina visualmente toda la depresión de la Selva, las laderas de las montañas que lo rodean (Montseny, Guilleries y Cabrerés), la parte occidental de las Gavarres y toda la baja Tordera. Por lo tanto, desde Montbarbat se controlaban dos de las vías de comunicación más importantes del país. Una era la vía Heraclea (posterior vía Augusta romana), que comunicaba la Península Ibérica con el resto de Europa. La otra era la vía marítima-fluvial que comunicaba el litoral con el interior del país por el eje de la Tordera-riera de Arbúcies.
Se trata de un asentamiento de más de 5.500 m² de superficie, ubicado en la parte más alta de la colina y adaptado en parte a la topografía del lugar. Se encuentra rodeado por una línea de muralla reforzada con un mínimo de dos torres. En el interior, se conocen sobre todo las casas situadas en el ángulo suroeste del poblado y las del área central, aunque varios restos afloran en una gran extensión, aún pendiente de excavar. Estas características hacen de Montbarbat uno de los grandes poblados ibéricos de la zona.
Las hermosas panorámicas que se disfrutan desde la cima quedan enturbiadas por el gran número de urbanizaciones que se asientan en las laderas de las sierras cercanas. Desgraciadamente un lastre que sufre todo el litoral catalán, reflejo de toda una época de colonización paisajística desatada. Desde el poblado deshacemos un tramo de camino y bajamos directamente por un camino derecho y muy técnico o haciendo un largo rodeo hacia la urbanización que tenemos debajo. Navegamos por un mar arquitectónico diverso que define claramente la personalidad y gusto de los diferentes propietarios hasta el extremo norte, donde encontramos el camino que lleva al cortijo abandonado de Can Llagostera. Perdemos altura por un paisaje uniforme alrededor de las diferentes cabeceras de los afluentes que vierten sus aguas en el margen izquierdo de la Tordera hasta llegar al mismo río que atravesamos por una palanca que desemboca en el pueblo que le da nombre.
El tramo final entre el núcleo de Tordera y Blanes transcurre siempre junto al río. Un pequeño y singular viaje que pone al descubierto la estrecha relación entre el río y los núcleos que se asientan cerca del mismo. Abundan los huertos y los cultivos y también las industrias. Seguimos río abajo en dirección a su desembocadura donde forma una laguna aislada del mar por un brazo de arena y guijarros y constituye un espacio de elevado interés, especialmente para los pájaros migratorios, que utilizan la zona como punto de reposo y refugio.
El territorio por el que nos movemos, el “Espai Natural Protegit del Riu i Estanys de Tordera”, está constituido por la ribera del tramo bajo del río y por pequeñas lagunas conocidas como el estanque de Don Benito, el estanque de Julia y el estanque de cal Rave, además del robledal de can Verdalet y los Prats d’en Gay. El paisaje se caracteriza por el predominio de la vegetación pantanosa y de ribera con matorral, herbazales, cañaverales, etc. Representa el testigo relictual de antiguas zonas húmedas con una notable diversidad de anfibios y reptiles propios de estos espacios.
CENTROS DE INTERÉS
Poblado ibérico de Montarbat
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