Noguera NOG 011_Figuerola de Meià
Espai d'Interès Natural Serra del Montsec. Muntanya de Sant Mamet
Figuerola de Meià – La Maçana – Sant Martí de la Nou – Sant Mamet – Coll de les Comes – Peralba – Figuerola de Meià
Resumen
Distancia:38 km
Desnivel:1320 m
Tiempo:3 h 45 min
Dificultad:media-difícil
Tierra de vertiginosas paredes y fronteras
La montaña de Sant Mamet está rodeada de altivos acantilados que contrastan con las suaves formas onduladas y redondeadas que definen la silueta de la cima. La ascensión nos regala multitud de momentos fascinantes de imágenes fragmentadas del territorio que en el punto culminante se unen como piezas de un puzle para formar una extensa panorámica del territorio que rodea la montaña. Además, durante el trayecto, conoceremos pueb... Tierra de vertiginosas paredes y fronteras
La montaña de Sant Mamet está rodeada de altivos acantilados que contrastan con las suaves formas onduladas y redondeadas que definen la silueta de la cima. La ascensión nos regala multitud de momentos fascinantes de imágenes fragmentadas del territorio que en el punto culminante se unen como piezas de un puzle para formar una extensa panorámica del territorio que rodea la montaña. Además, durante el trayecto, conoceremos pueblos deshabitados que la vegetación se va tragando y restos de fortificaciones en tierra de nadie que formaban parte de la frontera política de la Marca Hispánica. Una frontera natural infranqueable y difusa que marcaba los límites entre árabes y cristianos.
El inicio de la ruta desde Figuerola de Meià no puede ser más exultante. Nos dejamos caer en dirección al pantano de Camarassa, claramente delimitado por las impresionantes paredes de los riscos de la Morrera teñidos de rojo con los primeros rayos de sol y por la sierra de Montroig que desde este lado nos presenta su fisonomía más amable.
Después de un corto tramo de carretera subimos por la pista que lleva al pueblo deshabitado de la Maçana. Pasamos por debajo de lo que era el núcleo moderno ya que el antiguo poblado, donde están los restos del antiguo castillo y la ermita de Santa María, lo podemos ver bajando hacia el Barranco de los Feixans, coronando el cerro en el lugar conocido actualmente como la Figuereta.
Metidos de lleno en el barranco remontamos rodeados de un enorme silencio, hasta la Collada del Corral del Pereferrer. Ante nosotros se despliegan hacia el sur los relieves abruptos del Montroig y la Serra Carbonera e instintivamente percibimos el enorme vacío del Congost del Mu que, inevitablemente, nos separa de lo que parecen cumbres cercanas.
Perdemos altura hasta un nuevo pueblo, Sant Martí de la Nou, un antiguo núcleo medieval ahora desaparecido que lleva el nombre de los restos de la ermita que vemos ubicada sobre una atalaya rocosa. Debajo del antiguo poblado sale a la izquierda una pista que sube directamente al Coll de Ferrús por la que podemos hacer atajo, aunque este trayecto no es tan cómodo como la pista principal que sube desde Alòs de Balaguer.
A la salida del bonito Barranc de les Sedues encontramos el camino que sube a Sant Mamet desde Alós, también conocido como el Camino de la Mina. La pista es ancha y con un firme compactado que nos permite ganar altura con facilidad. La celeridad infligida a la bicicleta nos lleva rápidamente hasta la antigua mina de bauxita y Coll de Ferrús donde confluye la pista que sube directamente de Sant Martí de la Nou.
Nos quedan poco más de cuatro kilómetros para alcanzar la cima. A medida que avanzamos, las panorámicas se multiplican exponencialmente y el paisaje que rodea la montaña se nos aparece con imágenes fragmentadas de este puzle que completamos cuando alcanzamos la cima. Una vuelta a la pequeña ermita que lo corona nos ilustra sobre el paisaje más cercano: fijando la mirada al norte casi tocamos las impresionantes paredes de los Montsec d'Ares y Rúbies separadas por el Congost de Terradets, puerta de acceso al Pallars. Un conocedor del territorio identificará sin problemas las cimas del Pirineo Central que asoman detrás del desfiladero o las sierras pre-pirenaicas como el majestuoso Cadí, Port del Comte, Ensija o Rasos de Peguera. Finalmente, el arco visual que dominamos en dirección sur abarca toda la Depresión Central, sólo desfigurada por la proximidad del Montroig y la Sierra Carbonera.
El espectáculo desde la cima de Sant Mamet es tan impresionante que invita a la distensión y el relajamiento. Estado físico y emocional que desaparece cuando comenzamos el descenso. Primero por una pista de firme irregular y pedregoso, seguido de un sendero de fuerte pendiente que literalmente baja en línea recta al fondo del valle. Un trayecto sobre la bici sólo apto para los ciclistas más acostumbrados a este tipo de descensos, ya que la bajada requiere una buena técnica. A pie, no hay problema.
La tensión de la bajada no nos deja disfrutar plenamente de los restos, casi ocultos por la inmensa rocalla que nos rodea, del Castillo de L’Orenga y la torre de Rocaspana, enclavados estratégicamente para dominar el paso entre el valle de Peralba o de La Baronia de Sant Oïsme y el Valle de Ariet. La pendiente se suaviza a partir del Coll de les Comes, a los pies del castillo, aunque todavía queda algún tramo complicado antes de salir a la pista que viene de Vilanova de Meià.
El último tramo hasta el punto de salida, pedaleando entre los contrafuertes de Sant Mamet y las altivas paredes del Montsec de Rúbies, es muy cómodo. Durante el trayecto pasamos por el pueblo deshabitado de Peralba, un núcleo que en 1970 tenía más de cuarenta habitantes y que ahora, tanto la iglesia de Santa Magdalena como el resto de casas están bajo la voraz hiedra que las abraza mortalmente.
Marzo de 2017
CENTROS DE INTERÉS
Santa Maria de la Maçana. Sant Martí de la Nou. Ermita de Sant Mamet. Castell d’Orenga. Torre de Rocaespana. Santa Magdalena de Peralba.
RESTAURANTES / ALOJAMIENTOS
http://www.femturisme.cat/es/comarcas/la-noguera
www.lleidatur.com/Turismo
La montaña de Sant Mamet está rodeada de altivos acantilados que contrastan con las suaves formas onduladas y redondeadas que definen la silueta de la cima. La ascensión nos regala multitud de momentos fascinantes de imágenes fragmentadas del territorio que en el punto culminante se unen como piezas de un puzle para formar una extensa panorámica del territorio que rodea la montaña. Además, durante el trayecto, conoceremos pueb... Tierra de vertiginosas paredes y fronteras
La montaña de Sant Mamet está rodeada de altivos acantilados que contrastan con las suaves formas onduladas y redondeadas que definen la silueta de la cima. La ascensión nos regala multitud de momentos fascinantes de imágenes fragmentadas del territorio que en el punto culminante se unen como piezas de un puzle para formar una extensa panorámica del territorio que rodea la montaña. Además, durante el trayecto, conoceremos pueblos deshabitados que la vegetación se va tragando y restos de fortificaciones en tierra de nadie que formaban parte de la frontera política de la Marca Hispánica. Una frontera natural infranqueable y difusa que marcaba los límites entre árabes y cristianos.
El inicio de la ruta desde Figuerola de Meià no puede ser más exultante. Nos dejamos caer en dirección al pantano de Camarassa, claramente delimitado por las impresionantes paredes de los riscos de la Morrera teñidos de rojo con los primeros rayos de sol y por la sierra de Montroig que desde este lado nos presenta su fisonomía más amable.
Después de un corto tramo de carretera subimos por la pista que lleva al pueblo deshabitado de la Maçana. Pasamos por debajo de lo que era el núcleo moderno ya que el antiguo poblado, donde están los restos del antiguo castillo y la ermita de Santa María, lo podemos ver bajando hacia el Barranco de los Feixans, coronando el cerro en el lugar conocido actualmente como la Figuereta.
Metidos de lleno en el barranco remontamos rodeados de un enorme silencio, hasta la Collada del Corral del Pereferrer. Ante nosotros se despliegan hacia el sur los relieves abruptos del Montroig y la Serra Carbonera e instintivamente percibimos el enorme vacío del Congost del Mu que, inevitablemente, nos separa de lo que parecen cumbres cercanas.
Perdemos altura hasta un nuevo pueblo, Sant Martí de la Nou, un antiguo núcleo medieval ahora desaparecido que lleva el nombre de los restos de la ermita que vemos ubicada sobre una atalaya rocosa. Debajo del antiguo poblado sale a la izquierda una pista que sube directamente al Coll de Ferrús por la que podemos hacer atajo, aunque este trayecto no es tan cómodo como la pista principal que sube desde Alòs de Balaguer.
A la salida del bonito Barranc de les Sedues encontramos el camino que sube a Sant Mamet desde Alós, también conocido como el Camino de la Mina. La pista es ancha y con un firme compactado que nos permite ganar altura con facilidad. La celeridad infligida a la bicicleta nos lleva rápidamente hasta la antigua mina de bauxita y Coll de Ferrús donde confluye la pista que sube directamente de Sant Martí de la Nou.
Nos quedan poco más de cuatro kilómetros para alcanzar la cima. A medida que avanzamos, las panorámicas se multiplican exponencialmente y el paisaje que rodea la montaña se nos aparece con imágenes fragmentadas de este puzle que completamos cuando alcanzamos la cima. Una vuelta a la pequeña ermita que lo corona nos ilustra sobre el paisaje más cercano: fijando la mirada al norte casi tocamos las impresionantes paredes de los Montsec d'Ares y Rúbies separadas por el Congost de Terradets, puerta de acceso al Pallars. Un conocedor del territorio identificará sin problemas las cimas del Pirineo Central que asoman detrás del desfiladero o las sierras pre-pirenaicas como el majestuoso Cadí, Port del Comte, Ensija o Rasos de Peguera. Finalmente, el arco visual que dominamos en dirección sur abarca toda la Depresión Central, sólo desfigurada por la proximidad del Montroig y la Sierra Carbonera.
El espectáculo desde la cima de Sant Mamet es tan impresionante que invita a la distensión y el relajamiento. Estado físico y emocional que desaparece cuando comenzamos el descenso. Primero por una pista de firme irregular y pedregoso, seguido de un sendero de fuerte pendiente que literalmente baja en línea recta al fondo del valle. Un trayecto sobre la bici sólo apto para los ciclistas más acostumbrados a este tipo de descensos, ya que la bajada requiere una buena técnica. A pie, no hay problema.
La tensión de la bajada no nos deja disfrutar plenamente de los restos, casi ocultos por la inmensa rocalla que nos rodea, del Castillo de L’Orenga y la torre de Rocaspana, enclavados estratégicamente para dominar el paso entre el valle de Peralba o de La Baronia de Sant Oïsme y el Valle de Ariet. La pendiente se suaviza a partir del Coll de les Comes, a los pies del castillo, aunque todavía queda algún tramo complicado antes de salir a la pista que viene de Vilanova de Meià.
El último tramo hasta el punto de salida, pedaleando entre los contrafuertes de Sant Mamet y las altivas paredes del Montsec de Rúbies, es muy cómodo. Durante el trayecto pasamos por el pueblo deshabitado de Peralba, un núcleo que en 1970 tenía más de cuarenta habitantes y que ahora, tanto la iglesia de Santa Magdalena como el resto de casas están bajo la voraz hiedra que las abraza mortalmente.
Marzo de 2017
CENTROS DE INTERÉS
Santa Maria de la Maçana. Sant Martí de la Nou. Ermita de Sant Mamet. Castell d’Orenga. Torre de Rocaespana. Santa Magdalena de Peralba.
RESTAURANTES / ALOJAMIENTOS
http://www.femturisme.cat/es/comarcas/la-noguera
www.lleidatur.com/Turismo