Ripollès RIP 051_Queralbs
Parc Natural les Capçaleres del Ter i del Freser. Puigmal.
Queralbs – Fontalba – Núria – Queralbs
Mapes Comarcals de Catalunya. Ripollès. 1:50.000. Institut Cartogràfic de Catalunya (ICC)
Resumen
Distancia:23 km
Desnivel:1060 m
Tiempo:4 h 15 min
Dificultad:difícil
Información
Ruta de contacto
De Queralbs a Núria. Sinfonía de alta montaña
Ruta exigente y con tramos muy técnicos, apto sólo para los más preparados, sobre todo en la bajada por el camino viejo de Núria a Queralbs, un camino espectacular pero muy técnico y expuesto. Un paisaje que crece a cada pedalada y que nos lleva a rincones de gran belleza y en un emplazamiento único para el excursionismo y el catalanismo.
Una ruta que sólo es aconsejable hacer entre semana, ya que el fin de semana son... De Queralbs a Núria. Sinfonía de alta montaña
Ruta exigente y con tramos muy técnicos, apto sólo para los más preparados, sobre todo en la bajada por el camino viejo de Núria a Queralbs, un camino espectacular pero muy técnico y expuesto. Un paisaje que crece a cada pedalada y que nos lleva a rincones de gran belleza y en un emplazamiento único para el excursionismo y el catalanismo.
Una ruta que sólo es aconsejable hacer entre semana, ya que el fin de semana son muchos los que corretean por los dos senderos que llevan a Núria, lo que hace que pedalear por estos dos caminos sea molesto, tanto para los caminantes como para los ciclistas.
Salimos de la plaza de Queralbs y vamos a buscar el camino de Fontalba. Una trayecto rápido por una cómoda pista que se estira zigzagueante y perezosa por la vertiente sur que soporta la cima del Puigmal. Comienza el primer movimiento de la particular sinfonía. Por la mañana, mientras ganamos altura en dirección a la Collada de Fontalba, el sol empieza a vestir de luz las cumbres emblemáticas del Taga, la Serra Cavallera y el Balandrau, cuyas laderas aún permanecen a oscuras esperando la luz que las despierte y dé vida a los pequeños pueblos y prados que en ellas se asientan.
Mientras la cabecera del Freser nos esconde sus relieves abruptos bajo la sombra del Balandrau, hacia el sur disfrutamos del valle de Ribes abriéndose paso hasta Ripoll para acompañar el Ter aguas abajo. Más allá, hasta donde nos llega la mirada, podemos descifrar claramente los elementos del paisaje: los relieves de la meseta del Lluçanès, la niebla acurrucada en la llanura ausetana, cerrada por las cumbres características que la rodean, con los macizo del Montseny afirmando su envergadura.
También cuando estamos a suficiente altura vemos claramente los macizos de Sant Llorenç del Munt y l'Obac y Montserrat. Un espectáculo visual que reconforta el alma y da energía para progresar rápidamente por los aproximadamente once kilómetros que separan Queralbs de Fontalba.
En la Collada de Fontalba, rodeados de silencio sólo roto por el ruido del agua que se desliza hacia abajo desde la imponente cima del Puigmal, comienza el segundo movimiento de la sinfonía. Y lo hacemos siguiendo el sendero que flanquea la vertiente oriental de la cima que, en poco más de cinco kilómetros, nos lleva a Núria. Un trayecto lento que alterna tramos ciclables, dependiendo de la técnica de cada uno, y tramos donde hay que ir a pie, básicamente cuando el sendero sube por encima de las paredes verticales que emergen del estrecho desfiladero moldeado por el río Núria.
En cuanto cruzamos el último resalte rocoso, la clásica imagen de Núria se nos aparece repentinamente: la pequeña coma del valle de Núria con el lago medio helado en esta época del año, los edificios que todo el mundo tiene en la retina y las cumbres que lo rodean. Una postal de gran belleza y plasticidad en cualquier época del año.
Confluimos en el Coll de la Creu d’en Riba con el camino viejo que sube desde Queralbs por el estrecho valle. Dice la leyenda que hacia el año 700 un eremita, Sant Gil, fue el primer habitante de Núria. Después de haber estado cuatro años viviendo en estos valles, se vio obligado a huir hacia la Provenza abandonando todas sus pertenencias, incluida una virgen, y la cruz, la campana y la olla que se han convertido en símbolos de Núria. Tres siglos más tarde, un ángel se apareció a un habitante de Damasco, Amadeu, y le pidió que viajara a Núria, recuperara los objetos propiedad de Sant Gil y edificara una capilla en honor a la Virgen. Al llegar a Núria, Amadeu construyó un pequeño templo y desde entonces y hasta el primer tercio del siglo XX, el camino viejo de Queralbs fue la única vía de acceso a este santuario del Ripollès.
Sólo asomarse hacia el valle que se descuelga a nuestros pies vemos claramente que lo que nos espera no será fácil. Un camino pedregoso que en algunos tramos conserva todavía el antiguo empedrado medieval, aéreo y sobre todo expuesto y arriesgado para hacer montado sobre la bicicleta. Un trayecto que requiere mucha atención y donde hay que calcular a cada metro los movimientos a realizar. Una danza sobre la bicicleta que requiere un gran esfuerzo y técnica.
Por otra parte, no todo son penas, y quien no disfruta es porque no quiere. El camino es maravilloso. El desfiladero de Núria es espectacular. Las cascadas como la de la Cua de Cavall, donde dicen que se bañan las ondinas, el Salt del Sastre o la cascada de Fontalba abriéndose paso entre los majestuosos acantilados de rocas son rincones de gran belleza.
En una clara bifurcación nos desviamos a la derecha dejado el camino viejo. Ambos caminos llevan a Queralbs. El camino viejo continúa bajando hacia el fondo del valle y pasa por el puente románico de Cremal manteniendo la dureza a la que hemos sido sometidos, máquinas y ciclistas, durante todo el trayecto. Completamos nuestra particular sinfonía con un movimiento excelso y gozoso. Una extraordinaria bajada por un camino pegado a las paredes rocosas, muy bien arreglado, aéreo y de anchura suficiente para soltar las máquinas hacia abajo con la velocidad justa para contemplar todos los rincones de la cabecera del Ter. Un descenso que culmina una ruta realmente exquisita para los amantes de las dificultades y la alta montaña.
Noviembre de 2017
CENTROS DE INTERÉS
Santuario de Núria.
RESTAURANTES / ALOJAMIENTOS
http://www.vallderibes.cat/la-vall/queralbs/
Ruta exigente y con tramos muy técnicos, apto sólo para los más preparados, sobre todo en la bajada por el camino viejo de Núria a Queralbs, un camino espectacular pero muy técnico y expuesto. Un paisaje que crece a cada pedalada y que nos lleva a rincones de gran belleza y en un emplazamiento único para el excursionismo y el catalanismo.
Una ruta que sólo es aconsejable hacer entre semana, ya que el fin de semana son... De Queralbs a Núria. Sinfonía de alta montaña
Ruta exigente y con tramos muy técnicos, apto sólo para los más preparados, sobre todo en la bajada por el camino viejo de Núria a Queralbs, un camino espectacular pero muy técnico y expuesto. Un paisaje que crece a cada pedalada y que nos lleva a rincones de gran belleza y en un emplazamiento único para el excursionismo y el catalanismo.
Una ruta que sólo es aconsejable hacer entre semana, ya que el fin de semana son muchos los que corretean por los dos senderos que llevan a Núria, lo que hace que pedalear por estos dos caminos sea molesto, tanto para los caminantes como para los ciclistas.
Salimos de la plaza de Queralbs y vamos a buscar el camino de Fontalba. Una trayecto rápido por una cómoda pista que se estira zigzagueante y perezosa por la vertiente sur que soporta la cima del Puigmal. Comienza el primer movimiento de la particular sinfonía. Por la mañana, mientras ganamos altura en dirección a la Collada de Fontalba, el sol empieza a vestir de luz las cumbres emblemáticas del Taga, la Serra Cavallera y el Balandrau, cuyas laderas aún permanecen a oscuras esperando la luz que las despierte y dé vida a los pequeños pueblos y prados que en ellas se asientan.
Mientras la cabecera del Freser nos esconde sus relieves abruptos bajo la sombra del Balandrau, hacia el sur disfrutamos del valle de Ribes abriéndose paso hasta Ripoll para acompañar el Ter aguas abajo. Más allá, hasta donde nos llega la mirada, podemos descifrar claramente los elementos del paisaje: los relieves de la meseta del Lluçanès, la niebla acurrucada en la llanura ausetana, cerrada por las cumbres características que la rodean, con los macizo del Montseny afirmando su envergadura.
También cuando estamos a suficiente altura vemos claramente los macizos de Sant Llorenç del Munt y l'Obac y Montserrat. Un espectáculo visual que reconforta el alma y da energía para progresar rápidamente por los aproximadamente once kilómetros que separan Queralbs de Fontalba.
En la Collada de Fontalba, rodeados de silencio sólo roto por el ruido del agua que se desliza hacia abajo desde la imponente cima del Puigmal, comienza el segundo movimiento de la sinfonía. Y lo hacemos siguiendo el sendero que flanquea la vertiente oriental de la cima que, en poco más de cinco kilómetros, nos lleva a Núria. Un trayecto lento que alterna tramos ciclables, dependiendo de la técnica de cada uno, y tramos donde hay que ir a pie, básicamente cuando el sendero sube por encima de las paredes verticales que emergen del estrecho desfiladero moldeado por el río Núria.
En cuanto cruzamos el último resalte rocoso, la clásica imagen de Núria se nos aparece repentinamente: la pequeña coma del valle de Núria con el lago medio helado en esta época del año, los edificios que todo el mundo tiene en la retina y las cumbres que lo rodean. Una postal de gran belleza y plasticidad en cualquier época del año.
Confluimos en el Coll de la Creu d’en Riba con el camino viejo que sube desde Queralbs por el estrecho valle. Dice la leyenda que hacia el año 700 un eremita, Sant Gil, fue el primer habitante de Núria. Después de haber estado cuatro años viviendo en estos valles, se vio obligado a huir hacia la Provenza abandonando todas sus pertenencias, incluida una virgen, y la cruz, la campana y la olla que se han convertido en símbolos de Núria. Tres siglos más tarde, un ángel se apareció a un habitante de Damasco, Amadeu, y le pidió que viajara a Núria, recuperara los objetos propiedad de Sant Gil y edificara una capilla en honor a la Virgen. Al llegar a Núria, Amadeu construyó un pequeño templo y desde entonces y hasta el primer tercio del siglo XX, el camino viejo de Queralbs fue la única vía de acceso a este santuario del Ripollès.
Sólo asomarse hacia el valle que se descuelga a nuestros pies vemos claramente que lo que nos espera no será fácil. Un camino pedregoso que en algunos tramos conserva todavía el antiguo empedrado medieval, aéreo y sobre todo expuesto y arriesgado para hacer montado sobre la bicicleta. Un trayecto que requiere mucha atención y donde hay que calcular a cada metro los movimientos a realizar. Una danza sobre la bicicleta que requiere un gran esfuerzo y técnica.
Por otra parte, no todo son penas, y quien no disfruta es porque no quiere. El camino es maravilloso. El desfiladero de Núria es espectacular. Las cascadas como la de la Cua de Cavall, donde dicen que se bañan las ondinas, el Salt del Sastre o la cascada de Fontalba abriéndose paso entre los majestuosos acantilados de rocas son rincones de gran belleza.
En una clara bifurcación nos desviamos a la derecha dejado el camino viejo. Ambos caminos llevan a Queralbs. El camino viejo continúa bajando hacia el fondo del valle y pasa por el puente románico de Cremal manteniendo la dureza a la que hemos sido sometidos, máquinas y ciclistas, durante todo el trayecto. Completamos nuestra particular sinfonía con un movimiento excelso y gozoso. Una extraordinaria bajada por un camino pegado a las paredes rocosas, muy bien arreglado, aéreo y de anchura suficiente para soltar las máquinas hacia abajo con la velocidad justa para contemplar todos los rincones de la cabecera del Ter. Un descenso que culmina una ruta realmente exquisita para los amantes de las dificultades y la alta montaña.
Noviembre de 2017
CENTROS DE INTERÉS
Santuario de Núria.
RESTAURANTES / ALOJAMIENTOS
http://www.vallderibes.cat/la-vall/queralbs/