Urgell URG 010_Tàrrega
Plans de Sió. Espai Natural Protegit d'Anglesola-Vilagrassa
Tàrrega – El Talladell – La Mora – Fonolleres – El Canós – La Figuerosa – Conill – Santa Maria de Montmagastrell – Poblat Ibèric del Molí d’Espigol – Aguilella – Tàrrega.
Mapes Comarcals de Catalunya. Urgell. 1:50.000. Institut Cartogràfic de Catalunya (ICC).
Resumen
Distancia:36 km
Desnivel:240 m
Tiempo:2 h 45 min
Dificultad:media
Pueblos abandonados del Urgell: Conill y Claret
Ruta en busca del inexorable paso del tiempo, sintetizado en los despoblados de Conill y Claret, núcleos de pasado medieval como Fonolleres o el Canòs y el poblado íbero del Molino del Espigol, el núcleo urbano más grande de la tribu de los ilergetes.
Salimos desde el paseo de Tàrrega por la calle junto al santuario de la Virgen del Carmen. Un camino segregado de la carretera que se desarrolla por el valle del Ondar... Pueblos abandonados del Urgell: Conill y Claret
Ruta en busca del inexorable paso del tiempo, sintetizado en los despoblados de Conill y Claret, núcleos de pasado medieval como Fonolleres o el Canòs y el poblado íbero del Molino del Espigol, el núcleo urbano más grande de la tribu de los ilergetes.
Salimos desde el paseo de Tàrrega por la calle junto al santuario de la Virgen del Carmen. Un camino segregado de la carretera que se desarrolla por el valle del Ondara, hondonada por donde pasaba el camino real de Lleida a Barcelona, nos permite pedalear sin peligro. El trayecto pasa por el núcleo de Talladell y enfila hacia el Castillo de Fonolleres, una fortaleza de época medieval que aún conserva los muros de defensa y la antigua torre de homenaje, la cual tiene una apertura de arco de medio punto y bóveda de cañón en la base que da acceso al patio de la iglesia de Santa María. Un espléndido conjunto arquitectónico que enriquece el patrimonio del país.
Dejamos esta atalaya desde la que se domina buena parte del territorio de la Segarra, de hecho, en el fondo del valle, vemos claramente el campanario de la iglesia de Cervera, y nos adentramos por la gran llanura del Urgell. Un territorio horizontal la armonía del cual sólo rompen pequeños cerros o los núcleos que se despliegan por la depresión, núcleos como el Aranyó y Montcortès de Segarra destacan por las siluetas que dibujan sus fortificaciones.
Llegamos a El Canós, un núcleo con muchos elementos visibles de la antigua villa amurallada medieval. Pasear por sus calles laberínticas es un placer y un gran descubrimiento. Continuamos viajando entre campos de cereales abrasados por el sol estival, que ahora en otoño todavía muestran un bellísimo color dorado bajo la luz matinal que contrasta con un cielo azulado que amenaza lluvia. Un hermoso paisaje otoñal que no tiene nada que envidiar al verde brillante que viste el territorio en primavera. Entre los campos de cereales de tallos cortados a ras de suelo que aguantan firmes apuntando hacia el cielo se mueve una fauna variada: conejos, perdices, estorninos, urracas ... y sobrevolando el cielo un gavilán espera su momento. Parece una coreografía ensayada para recibir a caminantes y ciclistas.
Envueltos en este placentero estado anímico llegamos al núcleo de la Figuerosa entrando al pueblo por donde estaba la antigua iglesia que, aunque muy dañada, aún muestra el esplendor del pasado entre los sillares de las cuatro paredes que quedan en pie. Salimos por uno de sus portales en dirección a uno de los objetivos de la ruta, Conill.
Conill está situado en una pequeña colina justo al pie del torrente de Sant Gil, un curso de agua que afluye al río Ondara, en su tramo correspondiente al Urgell. A medida que nos acercamos apreciamos la importancia que debía tener en otros tiempos. Un conjunto de casonas, la mayoría con el techo derrumbado, y una pequeña iglesia, de una sola nave y arcos de medio punto, dan forma a una pequeña plaza presidida por una cruz. Ante el dramatismo y desolación de las ruinas que hasta finales de los años 70 todavía acogían vida, nos encaminamos afligidos hacia Santa María de Montmagastrell. Navegamos por pistas de tierra que se mueven entre campos que empiezan a verdear con brotes tiernos que rebaños de ovejas aprovechan con fruición. Al norte, la Sierra de Almenara, primera ondulación del terreno antes del Prepirineo, rompe la horizontalidad del paisaje. Se trata de una sierra sinuosa de pequeños cerros que parecen replicados el uno del otro, coronado uno de ellos por la torre del antiguo castillo de Almenara, conocido popularmente como el Pilar de Almenara. Detrás suyo, cercanos, los relieves prepirenaicos se hacen presentes con destacable notoriedad.
Por Santa María de Montmagastrell pasa el Canal de Urgell, lo que hace que en la banda del canal donde la bondad del agua inunda los campos, en claro contraste con los campos de secano, el verde sea el color predominante.
Pedaleamos un tramo por el camino que dibuja el canal en el paisaje. Lo dejamos para visitar el poblado íbero del Molí de l’Espígol, una cita ineludible. El pueblo íbero de los Ilergetas tiene en el Molí de l’Espígol uno de los principales exponentes de su potencial político, comercial y económico antes de la llegada de los romanos. La ciudad ibérica del Molí de l’Espígol, es el núcleo urbano más grande de la tribu de los ilergetes, y correspondería a su capital, la desaparecida Athanàgia. Aunque los orígenes del asentamiento son de finales de la primera edad del hierro, los restos arqueológicos del Molí de l’Espígol nos cuentan el avanzado urbanismo que esta comunidad alcanzó en la época de su máximo esplendor, entre los siglos IV y III aC.
Iniciamos el último tramo de la ruta. Pedaleamos por el Espacio Natural Protegido de Anglesola-Vilagrassa, un espacio agrícola de la llanura dominado por el cultivo cerealista extensivo y con restos de cultivos arbóreos tradicionales de secano como el olivo y la vid. Llegando a Tàrrega, justo antes de atravesar la autovía encontramos el Tossal del Mor, lugar donde se han encontrado restos arqueológicos que evidencian una ocupación desde el Neolítico a la colonización romana. Se encuentran todavía vestigios de la aldea y castillo del Mor y, esparcidas por diferentes lugares de sus vertientes, son visibles aún hoy día unos restos de construcciones y viviendas de origen medieval, muros hechos con sillares bien trabajados que conformarían el recinto defensivo, cuadrangular, de la antigua aldea. En el cerro se han encontrado también restos de la antigua iglesia de Santa María del Mor y de cerámica árabe y gris medieval.
Septiembre de 2018
CENTROS DE INTERÉS
Castell y ermita de Santa María de Fonolleres. Capella de la Mare de Deu del Roser (Conill). Molí de l’Espígol. Tossal del Mor
ALOJAMIENTOS / RESTAURANTES
http://turisme.urgell.cat/
Ruta en busca del inexorable paso del tiempo, sintetizado en los despoblados de Conill y Claret, núcleos de pasado medieval como Fonolleres o el Canòs y el poblado íbero del Molino del Espigol, el núcleo urbano más grande de la tribu de los ilergetes.
Salimos desde el paseo de Tàrrega por la calle junto al santuario de la Virgen del Carmen. Un camino segregado de la carretera que se desarrolla por el valle del Ondar... Pueblos abandonados del Urgell: Conill y Claret
Ruta en busca del inexorable paso del tiempo, sintetizado en los despoblados de Conill y Claret, núcleos de pasado medieval como Fonolleres o el Canòs y el poblado íbero del Molino del Espigol, el núcleo urbano más grande de la tribu de los ilergetes.
Salimos desde el paseo de Tàrrega por la calle junto al santuario de la Virgen del Carmen. Un camino segregado de la carretera que se desarrolla por el valle del Ondara, hondonada por donde pasaba el camino real de Lleida a Barcelona, nos permite pedalear sin peligro. El trayecto pasa por el núcleo de Talladell y enfila hacia el Castillo de Fonolleres, una fortaleza de época medieval que aún conserva los muros de defensa y la antigua torre de homenaje, la cual tiene una apertura de arco de medio punto y bóveda de cañón en la base que da acceso al patio de la iglesia de Santa María. Un espléndido conjunto arquitectónico que enriquece el patrimonio del país.
Dejamos esta atalaya desde la que se domina buena parte del territorio de la Segarra, de hecho, en el fondo del valle, vemos claramente el campanario de la iglesia de Cervera, y nos adentramos por la gran llanura del Urgell. Un territorio horizontal la armonía del cual sólo rompen pequeños cerros o los núcleos que se despliegan por la depresión, núcleos como el Aranyó y Montcortès de Segarra destacan por las siluetas que dibujan sus fortificaciones.
Llegamos a El Canós, un núcleo con muchos elementos visibles de la antigua villa amurallada medieval. Pasear por sus calles laberínticas es un placer y un gran descubrimiento. Continuamos viajando entre campos de cereales abrasados por el sol estival, que ahora en otoño todavía muestran un bellísimo color dorado bajo la luz matinal que contrasta con un cielo azulado que amenaza lluvia. Un hermoso paisaje otoñal que no tiene nada que envidiar al verde brillante que viste el territorio en primavera. Entre los campos de cereales de tallos cortados a ras de suelo que aguantan firmes apuntando hacia el cielo se mueve una fauna variada: conejos, perdices, estorninos, urracas ... y sobrevolando el cielo un gavilán espera su momento. Parece una coreografía ensayada para recibir a caminantes y ciclistas.
Envueltos en este placentero estado anímico llegamos al núcleo de la Figuerosa entrando al pueblo por donde estaba la antigua iglesia que, aunque muy dañada, aún muestra el esplendor del pasado entre los sillares de las cuatro paredes que quedan en pie. Salimos por uno de sus portales en dirección a uno de los objetivos de la ruta, Conill.
Conill está situado en una pequeña colina justo al pie del torrente de Sant Gil, un curso de agua que afluye al río Ondara, en su tramo correspondiente al Urgell. A medida que nos acercamos apreciamos la importancia que debía tener en otros tiempos. Un conjunto de casonas, la mayoría con el techo derrumbado, y una pequeña iglesia, de una sola nave y arcos de medio punto, dan forma a una pequeña plaza presidida por una cruz. Ante el dramatismo y desolación de las ruinas que hasta finales de los años 70 todavía acogían vida, nos encaminamos afligidos hacia Santa María de Montmagastrell. Navegamos por pistas de tierra que se mueven entre campos que empiezan a verdear con brotes tiernos que rebaños de ovejas aprovechan con fruición. Al norte, la Sierra de Almenara, primera ondulación del terreno antes del Prepirineo, rompe la horizontalidad del paisaje. Se trata de una sierra sinuosa de pequeños cerros que parecen replicados el uno del otro, coronado uno de ellos por la torre del antiguo castillo de Almenara, conocido popularmente como el Pilar de Almenara. Detrás suyo, cercanos, los relieves prepirenaicos se hacen presentes con destacable notoriedad.
Por Santa María de Montmagastrell pasa el Canal de Urgell, lo que hace que en la banda del canal donde la bondad del agua inunda los campos, en claro contraste con los campos de secano, el verde sea el color predominante.
Pedaleamos un tramo por el camino que dibuja el canal en el paisaje. Lo dejamos para visitar el poblado íbero del Molí de l’Espígol, una cita ineludible. El pueblo íbero de los Ilergetas tiene en el Molí de l’Espígol uno de los principales exponentes de su potencial político, comercial y económico antes de la llegada de los romanos. La ciudad ibérica del Molí de l’Espígol, es el núcleo urbano más grande de la tribu de los ilergetes, y correspondería a su capital, la desaparecida Athanàgia. Aunque los orígenes del asentamiento son de finales de la primera edad del hierro, los restos arqueológicos del Molí de l’Espígol nos cuentan el avanzado urbanismo que esta comunidad alcanzó en la época de su máximo esplendor, entre los siglos IV y III aC.
Iniciamos el último tramo de la ruta. Pedaleamos por el Espacio Natural Protegido de Anglesola-Vilagrassa, un espacio agrícola de la llanura dominado por el cultivo cerealista extensivo y con restos de cultivos arbóreos tradicionales de secano como el olivo y la vid. Llegando a Tàrrega, justo antes de atravesar la autovía encontramos el Tossal del Mor, lugar donde se han encontrado restos arqueológicos que evidencian una ocupación desde el Neolítico a la colonización romana. Se encuentran todavía vestigios de la aldea y castillo del Mor y, esparcidas por diferentes lugares de sus vertientes, son visibles aún hoy día unos restos de construcciones y viviendas de origen medieval, muros hechos con sillares bien trabajados que conformarían el recinto defensivo, cuadrangular, de la antigua aldea. En el cerro se han encontrado también restos de la antigua iglesia de Santa María del Mor y de cerámica árabe y gris medieval.
Septiembre de 2018
CENTROS DE INTERÉS
Castell y ermita de Santa María de Fonolleres. Capella de la Mare de Deu del Roser (Conill). Molí de l’Espígol. Tossal del Mor
ALOJAMIENTOS / RESTAURANTES
http://turisme.urgell.cat/