Alt Urgell AUR 037_Cortiuda

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Espai Natural Protegit de la Serra d'Aubenç i Roc de Cogul. Pla de Talustre. Tossal del Faig. Lo Cos

Cortiuda – Gavarra – Tossal del Faig – Lo Coscollet – Collada d’Aubenç – Coll de Creus – Cortiuda
Mapes Comarcals de Catalunya. Alt Urgell. 1:50.000. Institut Cartogràfic de Catalunya (ICC)

Miradores de excepción: El Coscollet y Tossal del Faig

Un fantástico viaje y una placentera experiencia por el corazón de la Sierra de Aubenç, un espacio de soledad extrema y salvaje belleza, con el objetivo de alcanzar el Tossal del Faig y la cumbre que la corona, el Coscollet, disfrutando de espectaculares vistas del territorio. La vuelta por un largo sendero por la misma cresta hace de esta ruta una experiencia inolvidable.

Salimos de Cortiuda, despoblado al ...
Miradores de excepción: El Coscollet y Tossal del Faig

Un fantástico viaje y una placentera experiencia por el corazón de la Sierra de Aubenç, un espacio de soledad extrema y salvaje belleza, con el objetivo de alcanzar el Tossal del Faig y la cumbre que la corona, el Coscollet, disfrutando de espectaculares vistas del territorio. La vuelta por un largo sendero por la misma cresta hace de esta ruta una experiencia inolvidable.

Salimos de Cortiuda, despoblado al que se accede por un camino rural desde Peramola, desde debajo de la magnífica masia de Cal Bernandí, fácilmente identificable desde el pequeño altiplano resguardado a los pies de las vertiginosas paredes de la Sierra de Aubenç. Nos vamos hacia poniente para buscar el paso que nos permitirá acceder a la parte trasera de la sierra. Perdemos altura hacia la cabecera del pantano de Rialb cubierta con una espesa niebla que esconde las intimidades del valle y baña omnipotente la Segarra y el Pla d’Urgell.

El aire limpio por encima de la tela blanca nos dibuja perfectamente los contornos de la montaña de Sant Mamet y la Sierra del Montsec, que vista desde Cortiuda parece una ola a punto de romper retenida en el tiempo. Una bonita imagen que nos acompaña, navegando por una pista pedregosa, con alguna subida repentina y empinada que obliga a trabajar duro a cada pedalada mientras rodeamos la vertiente de poniente de la sierra de Aubenç.

Nos movemos por un paisaje salvaje y solitario. Repentinamente, en una curva se nos aparece sobre una colina la silueta del núcleo de Gavarra. La belleza del pueblo en medio de tanta soledad emociona y ejerce un potente magnetismo en el viajero. Mientras continuamos nuestro trayecto hacia el Pla de Talustre identificamos claramente entre dos colinas el Coll de Creus, paso por donde acabaremos la ruta.

Llegamos al hermoso lugar de Font d’Isot, donde dejamos a la izquierda la pista que lleva a Gavarra, aunque si se dispone de tiempo vale la pena acercarse, y por una buena pista subimos a Pla de Talustre. Esta pequeña plana rezuma magia y belleza por todas partes. Un lugar idílico lleno de calma que enamora. Cruzamos todo el llano disfrutando de cada instante y de las verticales paredes de las sierras de Carreu y Sant Joan que desde el norte acompañan la cómodo pedalada; entre la brecha que las separa asoma cubierta de nieve la redondeada cima del Boumort.

Un viejo vehículo Land Rover abandonado que hace tiempo forma parte del paisaje de Ca l'Agustí nos indica el punto de inflexión desde donde atacar las dos cumbres de la ruta. El primer tramo de este trayecto es de piedra compactada por el paso de vehículos, lo que ayuda a progresar con cierta comodidad. Cuando salimos a la buena pista que sube desde las Masies nos dejamos ir por un magnífico bosque cuesta arriba hasta la intersección entre las dos cumbres. Tanto el Tossal del Faig como la cima que corona la sierra de Aubenç merecen la visita. Ambos son dos excelentes miradores de impresionante caída vertical, lo que nos permite vislumbrar abrumadoras panorámicas del Prepirineo que se complementan.

Desde la cima del Tossal del Faig tenemos la cola del pantano de Oliana con Coll de Nargó y Organyà presidiendo la entrada al desfiladero de Tres Ponts y los relieves que lo acompañan. Más allá, la llanura de la Seu d’Urgell y, cubiertas de nieve, las cimas del Pirineo a ambos lados del valle andorrano de la Valira. Acotando hacia el este vemos con claridad meridiana la inconfundible silueta de la sierra del Cadí, Port del Comte o los bonitos valles que se despliegan por el margen izquierdo del pantano enmarcados entre las sierras alineadas de Turp, les Obagues y les Canals. Unas vistas espectaculares, al igual que las que se divisan desde el Coscollet, punto más alto de la sierra de Aubenç.

La llegada a la cima es definitivamente emocionante. La primera visión que tenemos es una vertical pared que cae a plomo sobre el impresionante Clot de Solans. El conjunto de la postal se completa con una llanura extensa, peinada por una niebla ligera, y en la lejanía, tres macizos significativos: Montseny, Sant Llorenç del Munt i l'Obac y Montserrat.

En la cima subimos al pilón del vértice geodésico; el profundo vacío que separa la cima de la mancha azul que dibuja el pantano de Oliana es vertiginoso y hace rodar la cabeza. Desde nuestra privilegiada ubicación las vistas panorámicas se multiplican exponencialmente en cualquier dirección, tanto hacia los Pirineos como hacia la llanura o las montañas del otro lado del Segre. Bajo nuestros pies, hacia el este, vemos perfectamente dibujado a vista de pájaro, a parte de las sierras prepirenaicas de la Catalunya central y las de la cordillera transversal, los relieves lejanos de la Cordillera Prelitoral que separa la extensa depresión leridana; y hacia ponente vemos cercanas las siluetas de la Sierra del Montsec entre otras. Un mirador de maravillosas y singulares vistas del territorio.

Iniciamos el camino de vuelta deshaciendo un corto tramo del camino hasta encontrar a la izquierda un sendero indicado con un hito de piedras. Un precioso sendero que baja emboscado sin dificultades técnicas. Una delicia de trayecto nos deja en la pista que baja a la antigua casa de Aubenç, deshabitada, ubicada en una bucólica explanada rodeada de pino negro.

En el collado de Aubenç remontamos por una pista pedregosa de ciclabilidad complicada. Vamos por un tramo llano y cuando la pista sube repentinamente tomamos un sendero a la derecha que ya no dejaremos hasta el final de la ruta.

El trayecto, de poco más de cuatro kilómetros, es de una belleza cautivadora, realzada por rayos solares que se filtran entre las nubes vistiendo el paisaje de mágicos claroscuros. Los protagonistas principales de esta turbadora imagen son el pueblo de Gavarra, coronando la amplia cabecera del Rialb, los Montsecs y la fantástica mole montserratina de Sant Honorat. Unas bellas imágenes alivian la dura bajada siguiendo la espalda más oriental de la sierra hasta el Coll de creus y, desde el paso que conecta Corituda y Gavarra, hasta el final de la ruta.

Un último esfuerzo pone a prueba la destreza sobre la bicicleta por un camino pedregoso que da un punto más de dificultad, a la vez que hará las delicias de los viajeros más expertos. Una ruta totalmente imprescindible.

Noviembre de 2019

CENTROS DE INTERÉS
Antiguo pueblo de Cortiuda. Sant Sadurní de Gavarra. Sant Miquel de Pla de Talustre. El Coscollet.

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