Ribagorza RIB 003_Betesa
Serra de Sis. Serrat des Orms
Turbón y Sierra de Sis. 1:40.000. Prames
Resumen
Distancia:42 km
Desnivel:1050 m
Tiempo:4 h 15 min
Dificultad:media-difícil
Ruta de contacto
Mirador natural de la sierra de Sis.
La sierra de Sis está situada a una altitud sobre el nivel del mar de 1.151 metros y marca la división entre la cuenca del río Isábena y el Noguera Ribagorçana. Su cresta se convierte en un mirador de primer orden desde donde disfrutar del Pirineo central y los relieves pirenaicos de la frontera catalano-aragonesa, sobre todo del imponente Turbón.
Iniciamos la ruta en el pueblo de Betesa, un núcleo de estructura típicamente me... Mirador natural de la sierra de Sis.
La sierra de Sis está situada a una altitud sobre el nivel del mar de 1.151 metros y marca la división entre la cuenca del río Isábena y el Noguera Ribagorçana. Su cresta se convierte en un mirador de primer orden desde donde disfrutar del Pirineo central y los relieves pirenaicos de la frontera catalano-aragonesa, sobre todo del imponente Turbón.
Iniciamos la ruta en el pueblo de Betesa, un núcleo de estructura típicamente medieval a lo largo de una calle debajo de un promontorio rocoso sobre el que todavía hay restos de lo que en su día fue un antiguo castillo fortaleza. Nos dejamos caer por la carretera de llegada pasando al lado de la iglesia de San Juan Evangelista, un templo de origen románico muy modificado durante los siglos XVI y XVII. Nos desviamos por una pista en una curva cerrada encarando las estribaciones al este de la sierra. La pista lleva a la Casa Pallars (Pallàs en algunos mapas) y pasa a los pies del resalte rocoso sobre el cual se ubica el pueblo de Santa Eulalia de Betesa, pueblo por el que pasamos en el tramo final de la ruta.
Remontamos por una pista pedregosa pero sin complicaciones. Las vistas que vislumbramos sobre el valle de Ovís, nombre que toma de un despoblado a los pies de las faldas de la Sierra de Sis, son espléndidas. Bajo el Tossal de Sant Salvador se cobija el pueblo de Santoréns y, a poniente de este, el núcleo de Betesa. Detrás de la cordillera que los acoge asoman macizos y cumbres que configuran el techo del Pirineo, como el de la Maladeta con su cima principal, el Aneto
Llegamos a Coll de Baix donde conectamos con la pista que sube de Sorepuny, situado en la vertiente oriental de la sierra de Sis, en la cabecera del valle de Cornudella. Pedaleamos emboscados aunque puntualmente tenemos algunas panorámicas que nos preparan para la experiencia visual que disfrutaremos desde la cresta de la sierra de Sis.
Pronto salimos de la espesura y ganamos altura por prados de alta montaña con vistas espectaculares del Pirineo, sólo superadas por el espectáculo que disfrutamos desde la cresta de la sierra, un mirador natural que anima a subir a la cima de Puialto para sentarse y contemplar el paisaje del Pirineo Central y Prepirineo de Aragón y Cataluña a la vez. Indescriptible la belleza que se disfruta desde el segundo pico más alto de la cordillera, una explosión de placer invade el corazón, la mente y el alma. Impresiona por su proximidad el singular macizo del Turbón.
Con los sentidos exhaustos de paisaje perdemos altura por la cresta siguiendo la histórica Cañada Real de la sierra de Sis que es la vía pecuaria por la actualmente discurren muchos pastores trashumantes que se desplazan en busca de pastos de sur a norte y de norte a sur. No paramos de disfrutar de los relieves pirenaicos convirtiendo el trayecto hasta un collado donde se encuentran estabulaciones para el ganado y lugar donde estaba la capilla Belart, totalmente en ruinas y prácticamente indetectable, en una experiencia paisajística sobre la bicicleta de primer orden.
Continuamos el descenso a Betesa por la vertiente ponentina de la Sierra de Orms sobrevolando el valle de Ovis, disfrutando del paisaje que nos rodea y la imponente silueta de la Sierra de San Gervàs al otro lado del pantano de Escales. Por el camino, colgado en el borde del abismo, se encuentran en estado ruinoso las viviendas del despoblado de Santa Eulalia de Betesa. Pasamos al lado de una de las joyas de la Alta Ribagorça, la ermita románica que da nombre al pueblo, también llamada Santa Olaria y Santolaria, que fue alzada en las primeras décadas del s. XIII y que conserva un magnífico aspecto tras la restauración a la que fue sometida.
Seguimos perdiendo altura con buenas panorámicas de Betesa, punto y final de una ruta de gran belleza, generosa en paisajes y recomendable al cien por cien.
Agosto de 2020
CENTROS DE INTERÉS
Santa Eulalia de Betesa.
La sierra de Sis está situada a una altitud sobre el nivel del mar de 1.151 metros y marca la división entre la cuenca del río Isábena y el Noguera Ribagorçana. Su cresta se convierte en un mirador de primer orden desde donde disfrutar del Pirineo central y los relieves pirenaicos de la frontera catalano-aragonesa, sobre todo del imponente Turbón.
Iniciamos la ruta en el pueblo de Betesa, un núcleo de estructura típicamente me... Mirador natural de la sierra de Sis.
La sierra de Sis está situada a una altitud sobre el nivel del mar de 1.151 metros y marca la división entre la cuenca del río Isábena y el Noguera Ribagorçana. Su cresta se convierte en un mirador de primer orden desde donde disfrutar del Pirineo central y los relieves pirenaicos de la frontera catalano-aragonesa, sobre todo del imponente Turbón.
Iniciamos la ruta en el pueblo de Betesa, un núcleo de estructura típicamente medieval a lo largo de una calle debajo de un promontorio rocoso sobre el que todavía hay restos de lo que en su día fue un antiguo castillo fortaleza. Nos dejamos caer por la carretera de llegada pasando al lado de la iglesia de San Juan Evangelista, un templo de origen románico muy modificado durante los siglos XVI y XVII. Nos desviamos por una pista en una curva cerrada encarando las estribaciones al este de la sierra. La pista lleva a la Casa Pallars (Pallàs en algunos mapas) y pasa a los pies del resalte rocoso sobre el cual se ubica el pueblo de Santa Eulalia de Betesa, pueblo por el que pasamos en el tramo final de la ruta.
Remontamos por una pista pedregosa pero sin complicaciones. Las vistas que vislumbramos sobre el valle de Ovís, nombre que toma de un despoblado a los pies de las faldas de la Sierra de Sis, son espléndidas. Bajo el Tossal de Sant Salvador se cobija el pueblo de Santoréns y, a poniente de este, el núcleo de Betesa. Detrás de la cordillera que los acoge asoman macizos y cumbres que configuran el techo del Pirineo, como el de la Maladeta con su cima principal, el Aneto
Llegamos a Coll de Baix donde conectamos con la pista que sube de Sorepuny, situado en la vertiente oriental de la sierra de Sis, en la cabecera del valle de Cornudella. Pedaleamos emboscados aunque puntualmente tenemos algunas panorámicas que nos preparan para la experiencia visual que disfrutaremos desde la cresta de la sierra de Sis.
Pronto salimos de la espesura y ganamos altura por prados de alta montaña con vistas espectaculares del Pirineo, sólo superadas por el espectáculo que disfrutamos desde la cresta de la sierra, un mirador natural que anima a subir a la cima de Puialto para sentarse y contemplar el paisaje del Pirineo Central y Prepirineo de Aragón y Cataluña a la vez. Indescriptible la belleza que se disfruta desde el segundo pico más alto de la cordillera, una explosión de placer invade el corazón, la mente y el alma. Impresiona por su proximidad el singular macizo del Turbón.
Con los sentidos exhaustos de paisaje perdemos altura por la cresta siguiendo la histórica Cañada Real de la sierra de Sis que es la vía pecuaria por la actualmente discurren muchos pastores trashumantes que se desplazan en busca de pastos de sur a norte y de norte a sur. No paramos de disfrutar de los relieves pirenaicos convirtiendo el trayecto hasta un collado donde se encuentran estabulaciones para el ganado y lugar donde estaba la capilla Belart, totalmente en ruinas y prácticamente indetectable, en una experiencia paisajística sobre la bicicleta de primer orden.
Continuamos el descenso a Betesa por la vertiente ponentina de la Sierra de Orms sobrevolando el valle de Ovis, disfrutando del paisaje que nos rodea y la imponente silueta de la Sierra de San Gervàs al otro lado del pantano de Escales. Por el camino, colgado en el borde del abismo, se encuentran en estado ruinoso las viviendas del despoblado de Santa Eulalia de Betesa. Pasamos al lado de una de las joyas de la Alta Ribagorça, la ermita románica que da nombre al pueblo, también llamada Santa Olaria y Santolaria, que fue alzada en las primeras décadas del s. XIII y que conserva un magnífico aspecto tras la restauración a la que fue sometida.
Seguimos perdiendo altura con buenas panorámicas de Betesa, punto y final de una ruta de gran belleza, generosa en paisajes y recomendable al cien por cien.
Agosto de 2020
CENTROS DE INTERÉS
Santa Eulalia de Betesa.