Berguedá BER 061_Gòsol
Parc Natural Cadí-Moixeró. Massís del Pedraforca
Gòsol — Saldes — Gresolet — Coll de Bauma — Coll de Torn — Coll de les Bassotes — el Collell — Gòsol
Mapes Comarcals de Catalunya. Berguedà 1:50.000. Institut Cartogràfic de Catalunya (ICC).
Resumen
Distancia:35 km
Desnivel:1335 m
Tiempo:3 h 45 min
Dificultad:media-difícil
Vuelta al Pedraforca. Espectaculo visual sobre rueda
La ruta rodea completamente el Pedraforca, una de las montañas con más simbolismo de Cataluña. El trayecto permite disfrutar de las cuatro caras de este macizo de aspecto dolomítico, sobre todo de la pared norte cuando la ruta asciende por el magnífico bosque de Gresolet y las laderas alpinas de la cara sur del impecable Cadí. Y para terminar, una suculenta trialera de belleza soberbia que pone la guinda a una ruta totalmente... Vuelta al Pedraforca. Espectaculo visual sobre rueda
La ruta rodea completamente el Pedraforca, una de las montañas con más simbolismo de Cataluña. El trayecto permite disfrutar de las cuatro caras de este macizo de aspecto dolomítico, sobre todo de la pared norte cuando la ruta asciende por el magnífico bosque de Gresolet y las laderas alpinas de la cara sur del impecable Cadí. Y para terminar, una suculenta trialera de belleza soberbia que pone la guinda a una ruta totalmente imprescindible.
Desde el hermoso y paradisíaco pueblo de Gósol que enamoró al genial Pablo Picasso a principios del s. XX, su estancia en el pueblo supuso un punto de inflexión de su carrera pictórica en la transición hacia el cubismo, nos vamos en paralelo a la carretera hasta el Coll del Cap de la Creu, un buen mirador del Cap de la Gallina Pelada, cima que corona la Sierra de Ensija.
La ruta continúa por el camino real de Gósol a Saldes, un sendero que nos deja en la carretera la cual cruzamos para enlazar por una pista irregular que asciende por las Costes de la Espluga Rodona entre antiguos márgenes y bosques que se descuelgan directamente de la “enforcadura” del macizo por su vertiente ponentina. La ruta continúa por un bonito sendero señalizado conocido como “Camino de los mineros” que nos deja en la antigua explotación minera de lignito a cielo abierto del Coll de Jou, muy cerca de una pared donde se pueden ver una veintena de icnitas de dinosaurio. Las imponentes paredes del Pollegó Inferior se levantan poderosas por encima de nuestras cabezas impregnando al viajero de su sobrecogedora presencia.
La pista del collado nos lleva directamente a Saldes entrando por la parte alta del pueblo. A nuestra espalda tenemos la típica postal del Pedraforca, una bella imagen de los dos picachos y la “enforcadura” que todo el mundo tiene en su imaginario particular. Dejamos Saldes por el camino del cementerio continuando por una pista que nos baja al fondo del valle donde cruzamos un incipiente Río de Saldes bajando velozmente por el margen derecho. Los grandes guijarros de medida desmesurada que aparentemente descansan en su lecho nos recuerdan que estamos pedaleando por alta montaña.
Volvemos a cruzar el río y el camino se adentra en un estrecho desfiladero que parece tragarse al viajero. Un paso de gran belleza justo en el punto donde las verticales paredes de los contrafuertes del Pedraforca y Cadí parecen arraigar. Esta puerta nos deja en un precioso valle cerrado por la imponente vertiente norte del macizo y la espectacularidad de los acantilados de los riscos de Gresolet. En este profundo y escondido valle está el refugio y santuario de Gresolet, un lugar que ha sido desde la Edad Media un lugar de culto religioso que ha actuado de punto de confluencia de los habitantes de un amplio entorno, desde Bagà hasta Josa y desde Gósol hasta Vallcebre. La imagen románica de la Virgen de Gresolet, que da nombre al santuario, data del siglo XIII y se encuentra actualmente en la iglesia de Sant Martí de Saldes. El primer lunes del mes de septiembre, se celebra el “aplec” de Gresolet, donde los pastores reúnen los rebaños que bajan de las montañas.
Desde el santuario la pista sube hacia Coll de Bauma atravesando el magnífico bosque de Gresolet, un bosque de gran belleza donde conviven robles y hayas, algunos de ellos monumentales. La magia que desprende el bosque de Gresolet, de hecho este bosque fue protagonista de una de las primeras campañas conservacionistas que tuvieron lugar en Cataluña a principios de los años veinte, hace más cómoda la subida a pesar de los fuertes pendientes iniciales.
A partir de Coll de Bauma el bosque deja paso a los prados alpinos convirtiendo la subida a Coll de Torn en una experiencia visual exultante. Pedaleamos por encima del profundo valle de Gresolet disfrutanco de la abrupta pared norte del Pedraforca durante todo el el recorrido. Y al mismo tiempo, la pista transcurre por la vertiente sur de la majestuosa Sierra Pedregosa del Cadí. Sin lugar a dudas un trayecto de alta montaña en estado puro de belleza sobrecogedora.
En Coll de Torn se abre una pequeña llanura alta de bucólica belleza, las Bassotes, frecuentada en verano por los rebaños trashumantes que probablemente viven aquí los mejores momentos de sus vidas. Llegamos de plano hasta el Collell, lugar donde el Pedraforca y el Cadí parecen fusionarse y punto donde iniciamos un magnífico y maravilloso trayecto final de generosas vistas del valle de Cerneres y una gran panorámica de la sierra del Cadí siguiendo un sendero llano que nos lleva al punto final de la ruta.
Nota: os ofrecemos también el track de la versión acortada que desde Coll de Jou sube directamente al Collell recorriendo la pared norte del Pedraforca con vistas espectaculares del valle de Gresolet y las laderas de la Sierra Pedragosa del Cadí.
Septiembre de 2021
CENTROS DE INTERÉS
Vuelta al Pedraforca
La ruta rodea completamente el Pedraforca, una de las montañas con más simbolismo de Cataluña. El trayecto permite disfrutar de las cuatro caras de este macizo de aspecto dolomítico, sobre todo de la pared norte cuando la ruta asciende por el magnífico bosque de Gresolet y las laderas alpinas de la cara sur del impecable Cadí. Y para terminar, una suculenta trialera de belleza soberbia que pone la guinda a una ruta totalmente imprescindible.
Desde el hermoso y paradisíaco pueblo de Gósol que enamoró al genial Pablo Picasso a principios del s. XX, su estancia en el pueblo supuso un punto de inflexión de su carrera pictórica en la transición hacia el cubismo, nos vamos en paralelo a la carretera hasta el Coll del Cap de la Creu, un buen mirador del Cap de la Gallina Pelada, cima que corona la Sierra de Ensija.
La ruta continúa por el camino real de Gósol a Saldes, un sendero que nos deja en la carretera la cual cruzamos para enlazar por una pista irregular que asciende por las Costes de la Espluga Rodona entre antiguos márgenes y bosques que se descuelgan directamente de la “enforcadura” del macizo por su vertiente ponentina. La ruta continúa por un bonito sendero señalizado conocido como “Camino de los mineros” que nos deja en la antigua explotación minera de lignito a cielo abierto del Coll de Jou, muy cerca de una pared donde se pueden ver una veintena de icnitas de dinosaurio. Las imponentes paredes del Pollegó Inferior se levantan poderosas por encima de nuestras cabezas impregnando al viajero de su sobrecogedora presencia.
La pista del collado nos lleva directamente a Saldes entrando por la parte alta del pueblo. A nuestra espalda tenemos la típica postal del Pedraforca, una bella imagen de los dos picachos y la “enforcadura” que todo el mundo tiene en su imaginario particular. Dejamos Saldes por el camino del cementerio continuando por una pista que nos baja al fondo del valle donde cruzamos un incipiente Río de Saldes bajando velozmente por el margen derecho. Los grandes guijarros de medida desmesurada que aparentemente descansan en su lecho nos recuerdan que estamos pedaleando por alta montaña.
Volvemos a cruzar el río y el camino se adentra en un estrecho desfiladero que parece tragarse al viajero. Un paso de gran belleza justo en el punto donde las verticales paredes de los contrafuertes del Pedraforca y Cadí parecen arraigar. Esta puerta nos deja en un precioso valle cerrado por la imponente vertiente norte del macizo y la espectacularidad de los acantilados de los riscos de Gresolet. En este profundo y escondido valle está el refugio y santuario de Gresolet, un lugar que ha sido desde la Edad Media un lugar de culto religioso que ha actuado de punto de confluencia de los habitantes de un amplio entorno, desde Bagà hasta Josa y desde Gósol hasta Vallcebre. La imagen románica de la Virgen de Gresolet, que da nombre al santuario, data del siglo XIII y se encuentra actualmente en la iglesia de Sant Martí de Saldes. El primer lunes del mes de septiembre, se celebra el “aplec” de Gresolet, donde los pastores reúnen los rebaños que bajan de las montañas.
Desde el santuario la pista sube hacia Coll de Bauma atravesando el magnífico bosque de Gresolet, un bosque de gran belleza donde conviven robles y hayas, algunos de ellos monumentales. La magia que desprende el bosque de Gresolet, de hecho este bosque fue protagonista de una de las primeras campañas conservacionistas que tuvieron lugar en Cataluña a principios de los años veinte, hace más cómoda la subida a pesar de los fuertes pendientes iniciales.
A partir de Coll de Bauma el bosque deja paso a los prados alpinos convirtiendo la subida a Coll de Torn en una experiencia visual exultante. Pedaleamos por encima del profundo valle de Gresolet disfrutanco de la abrupta pared norte del Pedraforca durante todo el el recorrido. Y al mismo tiempo, la pista transcurre por la vertiente sur de la majestuosa Sierra Pedregosa del Cadí. Sin lugar a dudas un trayecto de alta montaña en estado puro de belleza sobrecogedora.
En Coll de Torn se abre una pequeña llanura alta de bucólica belleza, las Bassotes, frecuentada en verano por los rebaños trashumantes que probablemente viven aquí los mejores momentos de sus vidas. Llegamos de plano hasta el Collell, lugar donde el Pedraforca y el Cadí parecen fusionarse y punto donde iniciamos un magnífico y maravilloso trayecto final de generosas vistas del valle de Cerneres y una gran panorámica de la sierra del Cadí siguiendo un sendero llano que nos lleva al punto final de la ruta.
Nota: os ofrecemos también el track de la versión acortada que desde Coll de Jou sube directamente al Collell recorriendo la pared norte del Pedraforca con vistas espectaculares del valle de Gresolet y las laderas de la Sierra Pedragosa del Cadí.
Septiembre de 2021
CENTROS DE INTERÉS
Santuario de la Virgen de Gresolet
ALOJAMIENTOS / RESTAURANTES
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La ruta rodea completamente el Pedraforca, una de las montañas con más simbolismo de Cataluña. El trayecto permite disfrutar de las cuatro caras de este macizo de aspecto dolomítico, sobre todo de la pared norte cuando la ruta asciende por el magnífico bosque de Gresolet y las laderas alpinas de la cara sur del impecable Cadí. Y para terminar, una suculenta trialera de belleza soberbia que pone la guinda a una ruta totalmente... Vuelta al Pedraforca. Espectaculo visual sobre rueda
La ruta rodea completamente el Pedraforca, una de las montañas con más simbolismo de Cataluña. El trayecto permite disfrutar de las cuatro caras de este macizo de aspecto dolomítico, sobre todo de la pared norte cuando la ruta asciende por el magnífico bosque de Gresolet y las laderas alpinas de la cara sur del impecable Cadí. Y para terminar, una suculenta trialera de belleza soberbia que pone la guinda a una ruta totalmente imprescindible.
Desde el hermoso y paradisíaco pueblo de Gósol que enamoró al genial Pablo Picasso a principios del s. XX, su estancia en el pueblo supuso un punto de inflexión de su carrera pictórica en la transición hacia el cubismo, nos vamos en paralelo a la carretera hasta el Coll del Cap de la Creu, un buen mirador del Cap de la Gallina Pelada, cima que corona la Sierra de Ensija.
La ruta continúa por el camino real de Gósol a Saldes, un sendero que nos deja en la carretera la cual cruzamos para enlazar por una pista irregular que asciende por las Costes de la Espluga Rodona entre antiguos márgenes y bosques que se descuelgan directamente de la “enforcadura” del macizo por su vertiente ponentina. La ruta continúa por un bonito sendero señalizado conocido como “Camino de los mineros” que nos deja en la antigua explotación minera de lignito a cielo abierto del Coll de Jou, muy cerca de una pared donde se pueden ver una veintena de icnitas de dinosaurio. Las imponentes paredes del Pollegó Inferior se levantan poderosas por encima de nuestras cabezas impregnando al viajero de su sobrecogedora presencia.
La pista del collado nos lleva directamente a Saldes entrando por la parte alta del pueblo. A nuestra espalda tenemos la típica postal del Pedraforca, una bella imagen de los dos picachos y la “enforcadura” que todo el mundo tiene en su imaginario particular. Dejamos Saldes por el camino del cementerio continuando por una pista que nos baja al fondo del valle donde cruzamos un incipiente Río de Saldes bajando velozmente por el margen derecho. Los grandes guijarros de medida desmesurada que aparentemente descansan en su lecho nos recuerdan que estamos pedaleando por alta montaña.
Volvemos a cruzar el río y el camino se adentra en un estrecho desfiladero que parece tragarse al viajero. Un paso de gran belleza justo en el punto donde las verticales paredes de los contrafuertes del Pedraforca y Cadí parecen arraigar. Esta puerta nos deja en un precioso valle cerrado por la imponente vertiente norte del macizo y la espectacularidad de los acantilados de los riscos de Gresolet. En este profundo y escondido valle está el refugio y santuario de Gresolet, un lugar que ha sido desde la Edad Media un lugar de culto religioso que ha actuado de punto de confluencia de los habitantes de un amplio entorno, desde Bagà hasta Josa y desde Gósol hasta Vallcebre. La imagen románica de la Virgen de Gresolet, que da nombre al santuario, data del siglo XIII y se encuentra actualmente en la iglesia de Sant Martí de Saldes. El primer lunes del mes de septiembre, se celebra el “aplec” de Gresolet, donde los pastores reúnen los rebaños que bajan de las montañas.
Desde el santuario la pista sube hacia Coll de Bauma atravesando el magnífico bosque de Gresolet, un bosque de gran belleza donde conviven robles y hayas, algunos de ellos monumentales. La magia que desprende el bosque de Gresolet, de hecho este bosque fue protagonista de una de las primeras campañas conservacionistas que tuvieron lugar en Cataluña a principios de los años veinte, hace más cómoda la subida a pesar de los fuertes pendientes iniciales.
A partir de Coll de Bauma el bosque deja paso a los prados alpinos convirtiendo la subida a Coll de Torn en una experiencia visual exultante. Pedaleamos por encima del profundo valle de Gresolet disfrutanco de la abrupta pared norte del Pedraforca durante todo el el recorrido. Y al mismo tiempo, la pista transcurre por la vertiente sur de la majestuosa Sierra Pedregosa del Cadí. Sin lugar a dudas un trayecto de alta montaña en estado puro de belleza sobrecogedora.
En Coll de Torn se abre una pequeña llanura alta de bucólica belleza, las Bassotes, frecuentada en verano por los rebaños trashumantes que probablemente viven aquí los mejores momentos de sus vidas. Llegamos de plano hasta el Collell, lugar donde el Pedraforca y el Cadí parecen fusionarse y punto donde iniciamos un magnífico y maravilloso trayecto final de generosas vistas del valle de Cerneres y una gran panorámica de la sierra del Cadí siguiendo un sendero llano que nos lleva al punto final de la ruta.
Nota: os ofrecemos también el track de la versión acortada que desde Coll de Jou sube directamente al Collell recorriendo la pared norte del Pedraforca con vistas espectaculares del valle de Gresolet y las laderas de la Sierra Pedragosa del Cadí.
Septiembre de 2021
CENTROS DE INTERÉS
Vuelta al Pedraforca
La ruta rodea completamente el Pedraforca, una de las montañas con más simbolismo de Cataluña. El trayecto permite disfrutar de las cuatro caras de este macizo de aspecto dolomítico, sobre todo de la pared norte cuando la ruta asciende por el magnífico bosque de Gresolet y las laderas alpinas de la cara sur del impecable Cadí. Y para terminar, una suculenta trialera de belleza soberbia que pone la guinda a una ruta totalmente imprescindible.
Desde el hermoso y paradisíaco pueblo de Gósol que enamoró al genial Pablo Picasso a principios del s. XX, su estancia en el pueblo supuso un punto de inflexión de su carrera pictórica en la transición hacia el cubismo, nos vamos en paralelo a la carretera hasta el Coll del Cap de la Creu, un buen mirador del Cap de la Gallina Pelada, cima que corona la Sierra de Ensija.
La ruta continúa por el camino real de Gósol a Saldes, un sendero que nos deja en la carretera la cual cruzamos para enlazar por una pista irregular que asciende por las Costes de la Espluga Rodona entre antiguos márgenes y bosques que se descuelgan directamente de la “enforcadura” del macizo por su vertiente ponentina. La ruta continúa por un bonito sendero señalizado conocido como “Camino de los mineros” que nos deja en la antigua explotación minera de lignito a cielo abierto del Coll de Jou, muy cerca de una pared donde se pueden ver una veintena de icnitas de dinosaurio. Las imponentes paredes del Pollegó Inferior se levantan poderosas por encima de nuestras cabezas impregnando al viajero de su sobrecogedora presencia.
La pista del collado nos lleva directamente a Saldes entrando por la parte alta del pueblo. A nuestra espalda tenemos la típica postal del Pedraforca, una bella imagen de los dos picachos y la “enforcadura” que todo el mundo tiene en su imaginario particular. Dejamos Saldes por el camino del cementerio continuando por una pista que nos baja al fondo del valle donde cruzamos un incipiente Río de Saldes bajando velozmente por el margen derecho. Los grandes guijarros de medida desmesurada que aparentemente descansan en su lecho nos recuerdan que estamos pedaleando por alta montaña.
Volvemos a cruzar el río y el camino se adentra en un estrecho desfiladero que parece tragarse al viajero. Un paso de gran belleza justo en el punto donde las verticales paredes de los contrafuertes del Pedraforca y Cadí parecen arraigar. Esta puerta nos deja en un precioso valle cerrado por la imponente vertiente norte del macizo y la espectacularidad de los acantilados de los riscos de Gresolet. En este profundo y escondido valle está el refugio y santuario de Gresolet, un lugar que ha sido desde la Edad Media un lugar de culto religioso que ha actuado de punto de confluencia de los habitantes de un amplio entorno, desde Bagà hasta Josa y desde Gósol hasta Vallcebre. La imagen románica de la Virgen de Gresolet, que da nombre al santuario, data del siglo XIII y se encuentra actualmente en la iglesia de Sant Martí de Saldes. El primer lunes del mes de septiembre, se celebra el “aplec” de Gresolet, donde los pastores reúnen los rebaños que bajan de las montañas.
Desde el santuario la pista sube hacia Coll de Bauma atravesando el magnífico bosque de Gresolet, un bosque de gran belleza donde conviven robles y hayas, algunos de ellos monumentales. La magia que desprende el bosque de Gresolet, de hecho este bosque fue protagonista de una de las primeras campañas conservacionistas que tuvieron lugar en Cataluña a principios de los años veinte, hace más cómoda la subida a pesar de los fuertes pendientes iniciales.
A partir de Coll de Bauma el bosque deja paso a los prados alpinos convirtiendo la subida a Coll de Torn en una experiencia visual exultante. Pedaleamos por encima del profundo valle de Gresolet disfrutanco de la abrupta pared norte del Pedraforca durante todo el el recorrido. Y al mismo tiempo, la pista transcurre por la vertiente sur de la majestuosa Sierra Pedregosa del Cadí. Sin lugar a dudas un trayecto de alta montaña en estado puro de belleza sobrecogedora.
En Coll de Torn se abre una pequeña llanura alta de bucólica belleza, las Bassotes, frecuentada en verano por los rebaños trashumantes que probablemente viven aquí los mejores momentos de sus vidas. Llegamos de plano hasta el Collell, lugar donde el Pedraforca y el Cadí parecen fusionarse y punto donde iniciamos un magnífico y maravilloso trayecto final de generosas vistas del valle de Cerneres y una gran panorámica de la sierra del Cadí siguiendo un sendero llano que nos lleva al punto final de la ruta.
Nota: os ofrecemos también el track de la versión acortada que desde Coll de Jou sube directamente al Collell recorriendo la pared norte del Pedraforca con vistas espectaculares del valle de Gresolet y las laderas de la Sierra Pedragosa del Cadí.
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Santuario de la Virgen de Gresolet
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