Solsonès SOL 013_Su

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Altiplano del Solsonès. Serra de Pinós

Su – Sant Pere de Matamargó – Santuari de Pinós – Ardèvol – Sant Just d’Ardèvol – Su
Mapes Comarcals de Catalunya. Solsonès. 1:50.000. Institut Cartogràfic de Catalunya (ICC).

Resumen

Distancia:35 km
Desnivel:750 m
Tiempo:3 h 30 min
Dificultad:media

Viaje al centro de Cataluña

El santuario de Pinós es considerado el centro geográfico de Cataluña, un gran mirador con amplias panorámicas que también acoge el hostal más antiguo que se mantiene abierto, se inauguró en 1524, en Cataluña.

Los relieves que cierran como una muralla la meseta que se levanta sobre la llanura de la Segarra nos acompaña durante toda la ruta. Un trayecto que se adentra en el valle de Matamargó y sube hacia el santuario de Pinós ubicado e...
Viaje al centro de Cataluña

El santuario de Pinós es considerado el centro geográfico de Cataluña, un gran mirador con amplias panorámicas que también acoge el hostal más antiguo que se mantiene abierto, se inauguró en 1524, en Cataluña.

Los relieves que cierran como una muralla la meseta que se levanta sobre la llanura de la Segarra nos acompaña durante toda la ruta. Un trayecto que se adentra en el valle de Matamargó y sube hacia el santuario de Pinós ubicado en el centro geográfico de Cataluña, baja el pequeño núcleo de Ardèvol, dominado por la torre de defensa que formaba parte de la Marca Hispánica, y vuelve a Su pasando por el bonito núcleo de San Just d’Ardèvol.

Salimos de Su por la carretera que lleva directamente al Santuario de Pinós. La dejamos por el camino que nos lleva al Mas Cal Xeremina. Desde la masía asoman hacia el norte los primeros relieves del Prepirineo encalados por la nieve en esta época del año. Nos dejamos caer hacia la Riera de Matamargó que seguimos hasta Miralles, gran caserío fortificada, con restos de antigua muralla y la capilla románica de San Andrés. La ruta deja el valle dando un rodeo en dirección a Fornells antes de recuperar de nuevo el arroyo.

Navegamos encajados en el valle hasta cerca de Torrescassana, una de las masías que conforman el diseminado de Matamargó, de grandes dimensiones y capilla propia, donde encontramos la carretera que sube a Sant Pere de Matamargó, ubicada sobre un promontorio en las estribaciones de levante de la Sierra de Pinós desde donde se domina la salida del valle. La iglesia de estilo barroco contiene un magnífico retablo en el altar mayor. Un camino sube hasta la colina donde hay restos de antiguas paredes del castillo. Las vistas de los relieves prepirenaicos son espectaculares: ante nuestra mirada desfilan poderosos Port del Comte, el Cadí totalmente nevado, el Pedraforca, Ensija y Rasos de Peguera.

Enfilamos por la cresta de la Sierra de Pinós. A medida que ganamos altura el paisaje desnudo de vegetación nos permite expandir el territorio. A las sierras prepirenaicas añadimos el Montsec y detrás asoman cumbres pirenaicas, incluso tenemos una buena imagen del Puigmal. Pero hay más. El valle de Saló al completo y al fondo, lejano, el Montseny. Detrás de la cresta de la sierra de Castelltallat que acaricia todo el valle de Saló, asoman tímidamente, el Moncau y Montserrat. Un espectáculo visual que el viento y el anticiclón invernal nos ofrece generosamente.

Llegamos al Santuario de Pinós, una iglesia de planta gótica edificada sobre una antigua ermita románica, a su lado se alza el Hostal de Pinós inaugurado en 1524, el más antiguo que se mantiene abierto en Cataluña. En la plaza se alza una cruz de estilo plateresco que además hace funciones de reloj de sol. En la cima de la colina está la Rosa de los Vientos, símbolo del Centro Geográfico de Cataluña.

Desde este punto la panorámica que es divisa es privilegiada, en primer término la meseta del Solsonès, un territorio eminentemente rural salpicado de caseríos y pequeños núcleos que se extienden al pie de la sierra de Pinós, y como telón de fondo los relieves del Pirineo, Prepirineo, Collsacabra y el Montseny. Seguimos la cresta hasta encontrar a la derecha una pista que nos baja a la madía Auquers desde donde una pista rural asfaltada nos lleva directamente a Ardèvol. En la plaza está la iglesia parroquial de Santa María y la Torre de Ardèvol, una impresionante torre cuadrada de 15 metros de altura que formaba parte de las fortificaciones de la Marca Hispánica, territorio de frontera establecido hacia el año 800 entre el reino franco y el dominio andalusí.

Desde Ardèvol el GR nos acompaña un buen tramo. Dejamos la meseta para adentrarnos en las hondonadas que dibujan el territorio como las arrugas surcan el rostro de la gente mayor. Espacios solitarios de paso hacia las zonas altas donde se asienta la población. Una fuerte subida nos saca del valle y nos lleva al pequeño núcleo de San Just d’Ardèvol. El edificio principal es la iglesia, referenciada ya en el siglo XII aunque la obra románica se perdió al reconstruir el edificio en el siglo XVI.

Navegamos por la meseta rodeados de campos de cultivo por un camino rural asfaltado. En el Pla de la Llaüna, un espacio de gran belleza, pedaleamos siguiendo el GR, que nos lleva a la carretera que nos baja en un santiamén de nuevo a Su.

Enero de 2018

CENTROS DE INTERÉS
Sant Andreu de Miralles. Casa Miralles. Sant Pere de Matamargó. Santuario de Pinós. Santa Maria d'Ardèvol. Castell d’Ardèvol. Sant Just d'Ardèvol

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