Moianès MOI 001_Moià
Serrat de Ferrerons. Serrat de l’Horabona. Serrat de la Busaroca
Moià — Coll de Casetes Altes — L'Estany — Rodors — Molí del Perer — Moià
El Moianès. 1:30.000. Editorial Piolet
Resumen
Distancia:30 km
Desnivel:845 m
Tiempo:2 h 45 min
Dificultad:media
Un dolmen, un monasterio agustiniano y una Mina
Caminos históricos que pasando por el Dolmen de Puig Rodó conectan la capital de la comarca con el pueblo de l?Estany magnificado por la presencia en su municipio del Monasterio de Santa María, una de las joyas del románico catalán y una de las principales abadías canonicales del país y la Mina construida para desecar o desaguar el agua del estanque que cubría el llano donde se asienta el pueblo
Dejamos el centro n... Un dolmen, un monasterio agustiniano y una Mina
Caminos históricos que pasando por el Dolmen de Puig Rodó conectan la capital de la comarca con el pueblo de l’Estany magnificado por la presencia en su municipio del Monasterio de Santa María, una de las joyas del románico catalán y una de las principales abadías canonicales del país y la Mina construida para desecar o desaguar el agua del estanque que cubría el llano donde se asienta el pueblo
Dejamos el centro neurálgico de Moià, la plaza de Sant Sebastiá, por un portal de acceso a la misma. Perdemos altura hasta la Riera de les Graus donde se encuentra el puente del mismo nombre del antiguo camino real de Moià en Vic. Sin atravesar el arroyo tomamos el camino que lleva a la Granoia, masía del siglo XVIII edificada al pie de la montaña de Serrat de Ferrerons, uno de los "morros" como lo llaman en el Moianès a estos cerros alargados de estructura similar (forma de trapecio) que mueren en la meseta formando un conjunto unificado entre Moià y Collsuspina.
Una buena pista cortejada a ambos lados por robles desnudos que empiezan a despertar del periodo invernal nos permite ganar altura con comodidad. En lo alto nos desviamos momentáneamente a la derecha para visitar Sant Pere de Ferrerons, iglesia que ya existía el 939 aunque el edificio actual se hizo construir en 1763 aprovechando parte de los antiguos muros románicos y la torre-campanario que es básicamente una edificación del fin de la época románica.
Navegamos de plano un tramo. Más adelante cambiamos de rumbo para subir hacia L’Estany. Pedaleamos entre antiguos bancales ahora convertidos en bosques de coníferas. Por el camino encontramos una agradable sorpresa, el Dolmen de Puigrodó, un gran monumento megalítico del tipo galería catalana, totalmente restaurado y consolidado.
Pasado un pequeño collado iniciamos el descenso hacia l’Estany. Nos desviamos unos metros hacia el cerro de La Barra para disfrutar de las espléndidas panorámicas que, aparte de una buena perspectiva de los alrededores del pueblo, abarcan los relieves de alta montaña más cercanos, desde Port de Comte hasta el Canigó, y por detrás de la cresta del Moixeró, un ojo experto sabrá distinguir también relieves fronterizos como la Tossa Plana de Lles.
El pequeño núcleo de l’Estany se encuentra en la falda del Puig Caridat y al lado de donde estaba el estanque, ya desaparecido, una antigua zona húmeda que fue desecada en el siglo XVI por la apertura de canales de drenaje y transformada en campos de cultivo. Uno de estos riegos, el principal, se conoce como La Mina, fue construida entre los años 1734 y 1737, por los decisión de los canónigos que administraban el pueblo y el término de l’Estany. La Mina hace 425 metros de longitud de los que 390 m. son coronados por una bóveda de cañón y el resto con losa plana, 1,10 metros de anchura y 2,40 metros de altura.
No se puede marchar de l’Estany sin visitar el Monasterio de Santa María. Hace más de 900 años -el 1080- que en este lugar se estableció una comunidad de monjes agustinianos. Con el tiempo, en el lugar de la pequeña primera iglesia se construyó una serie de edificios que demuestran su esplendor: la iglesia de Santa María, el claustro románico, las dependencias para los canónigos ... Del monasterio medieval quedan la iglesia, las salas del museo y, sobre todo, el extraordinario claustro románico con sus magníficos capiteles esculpidos, una joya de la escultura religiosa de nivel internacional.
Continuamos la ruta por el camino Real que marcó el trazado del crecimiento de las casas del pueblo desde los inicios de los siglos XIII y XIV, también conocido como Camino de Moià o Camino de Rodors. Al oeste de la cuenca de l’Estany, una apacible y pequeña planicie, la orografía cambia repentinamente y se vuelve más accidentada. Al inicio pequeños llanos rodeados de colinas donde los cultivos lucen un verde intenso al inicio de la primavera, como ocurre en los contornos del Mas del Soler de Terrades o cerca de la ermita y castillo de Rodors, caen repentinamente cientos de metros , pasado el mas rònec del Perer, como un arañazo profundo que define la singular orografía de la meseta del Moinés que de llano no tiene nada.
En el fondo del valle, cruzamos el arroyo junto al Molino del Perer y subimos por una pista con fuerte subida que sigue el GR recuperando con esfuerzos los metros perdidos repentinamente como comprobamos en el Pla de María desde donde disfrutamos de una nueva perspectiva, muy cercana, de la ermita Sant Feliu de Rodors al otro lado del barranco del mismo nombre. Al mas de Coromines nos desviamos para visitar el Castell de Clarà, un castillo románico protector en sus orígenes de la villa de Moià que a pesar de su estado de ruina, es posible ver con bastante claridad la distribución del castillo y sus principales elementos . Bajo los restos del castillo está la capilla de Sant Andreu de Clarà, del siglo XI o XII (opcionalmente si no se quiere hacer esta visita se puede continuar recto hasta el final de la ruta) Al inicio del sendero del acceso al castillo hay un camino técnico que baja por la derecha de la colina que tomamos para enlazar con el camino real que nos lleva de nuevo a Moià.
Marzo de 2021
CENTROS DE INTERÉS
Pont dels Graus. Sant Pere de Ferrerons. Dolmen Puig Rodó. Monestir de Santa Maria de l'Estany. La Mina de l’Estany. Sant Feliu de Rodors. Castell de Rodors. Castell de Clarà. Sant Andreu de Clarà
ALOJAMIENTOS / RESTAURANTES
http://www.consorcidelmoianes.cat/
Caminos históricos que pasando por el Dolmen de Puig Rodó conectan la capital de la comarca con el pueblo de l?Estany magnificado por la presencia en su municipio del Monasterio de Santa María, una de las joyas del románico catalán y una de las principales abadías canonicales del país y la Mina construida para desecar o desaguar el agua del estanque que cubría el llano donde se asienta el pueblo
Dejamos el centro n... Un dolmen, un monasterio agustiniano y una Mina
Caminos históricos que pasando por el Dolmen de Puig Rodó conectan la capital de la comarca con el pueblo de l’Estany magnificado por la presencia en su municipio del Monasterio de Santa María, una de las joyas del románico catalán y una de las principales abadías canonicales del país y la Mina construida para desecar o desaguar el agua del estanque que cubría el llano donde se asienta el pueblo
Dejamos el centro neurálgico de Moià, la plaza de Sant Sebastiá, por un portal de acceso a la misma. Perdemos altura hasta la Riera de les Graus donde se encuentra el puente del mismo nombre del antiguo camino real de Moià en Vic. Sin atravesar el arroyo tomamos el camino que lleva a la Granoia, masía del siglo XVIII edificada al pie de la montaña de Serrat de Ferrerons, uno de los "morros" como lo llaman en el Moianès a estos cerros alargados de estructura similar (forma de trapecio) que mueren en la meseta formando un conjunto unificado entre Moià y Collsuspina.
Una buena pista cortejada a ambos lados por robles desnudos que empiezan a despertar del periodo invernal nos permite ganar altura con comodidad. En lo alto nos desviamos momentáneamente a la derecha para visitar Sant Pere de Ferrerons, iglesia que ya existía el 939 aunque el edificio actual se hizo construir en 1763 aprovechando parte de los antiguos muros románicos y la torre-campanario que es básicamente una edificación del fin de la época románica.
Navegamos de plano un tramo. Más adelante cambiamos de rumbo para subir hacia L’Estany. Pedaleamos entre antiguos bancales ahora convertidos en bosques de coníferas. Por el camino encontramos una agradable sorpresa, el Dolmen de Puigrodó, un gran monumento megalítico del tipo galería catalana, totalmente restaurado y consolidado.
Pasado un pequeño collado iniciamos el descenso hacia l’Estany. Nos desviamos unos metros hacia el cerro de La Barra para disfrutar de las espléndidas panorámicas que, aparte de una buena perspectiva de los alrededores del pueblo, abarcan los relieves de alta montaña más cercanos, desde Port de Comte hasta el Canigó, y por detrás de la cresta del Moixeró, un ojo experto sabrá distinguir también relieves fronterizos como la Tossa Plana de Lles.
El pequeño núcleo de l’Estany se encuentra en la falda del Puig Caridat y al lado de donde estaba el estanque, ya desaparecido, una antigua zona húmeda que fue desecada en el siglo XVI por la apertura de canales de drenaje y transformada en campos de cultivo. Uno de estos riegos, el principal, se conoce como La Mina, fue construida entre los años 1734 y 1737, por los decisión de los canónigos que administraban el pueblo y el término de l’Estany. La Mina hace 425 metros de longitud de los que 390 m. son coronados por una bóveda de cañón y el resto con losa plana, 1,10 metros de anchura y 2,40 metros de altura.
No se puede marchar de l’Estany sin visitar el Monasterio de Santa María. Hace más de 900 años -el 1080- que en este lugar se estableció una comunidad de monjes agustinianos. Con el tiempo, en el lugar de la pequeña primera iglesia se construyó una serie de edificios que demuestran su esplendor: la iglesia de Santa María, el claustro románico, las dependencias para los canónigos ... Del monasterio medieval quedan la iglesia, las salas del museo y, sobre todo, el extraordinario claustro románico con sus magníficos capiteles esculpidos, una joya de la escultura religiosa de nivel internacional.
Continuamos la ruta por el camino Real que marcó el trazado del crecimiento de las casas del pueblo desde los inicios de los siglos XIII y XIV, también conocido como Camino de Moià o Camino de Rodors. Al oeste de la cuenca de l’Estany, una apacible y pequeña planicie, la orografía cambia repentinamente y se vuelve más accidentada. Al inicio pequeños llanos rodeados de colinas donde los cultivos lucen un verde intenso al inicio de la primavera, como ocurre en los contornos del Mas del Soler de Terrades o cerca de la ermita y castillo de Rodors, caen repentinamente cientos de metros , pasado el mas rònec del Perer, como un arañazo profundo que define la singular orografía de la meseta del Moinés que de llano no tiene nada.
En el fondo del valle, cruzamos el arroyo junto al Molino del Perer y subimos por una pista con fuerte subida que sigue el GR recuperando con esfuerzos los metros perdidos repentinamente como comprobamos en el Pla de María desde donde disfrutamos de una nueva perspectiva, muy cercana, de la ermita Sant Feliu de Rodors al otro lado del barranco del mismo nombre. Al mas de Coromines nos desviamos para visitar el Castell de Clarà, un castillo románico protector en sus orígenes de la villa de Moià que a pesar de su estado de ruina, es posible ver con bastante claridad la distribución del castillo y sus principales elementos . Bajo los restos del castillo está la capilla de Sant Andreu de Clarà, del siglo XI o XII (opcionalmente si no se quiere hacer esta visita se puede continuar recto hasta el final de la ruta) Al inicio del sendero del acceso al castillo hay un camino técnico que baja por la derecha de la colina que tomamos para enlazar con el camino real que nos lleva de nuevo a Moià.
Marzo de 2021
CENTROS DE INTERÉS
Pont dels Graus. Sant Pere de Ferrerons. Dolmen Puig Rodó. Monestir de Santa Maria de l'Estany. La Mina de l’Estany. Sant Feliu de Rodors. Castell de Rodors. Castell de Clarà. Sant Andreu de Clarà
ALOJAMIENTOS / RESTAURANTES
http://www.consorcidelmoianes.cat/