Noguera NOG 013_Castelló de Farfanya
Serra Llarga-Secans de la Noguera. Serra de la Guineu. Montessor. Serra de Sant Miquel
Castelló de Farfanya – La Figuera – Mare de Déu de Cèrvoles – Sant Salvador – Montessor – Monestir de les Avellanes – Castelló de Farfanya
Mapes Comarcals de Catalunya. La Noguera. 1:50.000. Institut Cartogràfic de Catalunya (ICC).
Resumen
Distancia:46 km
Desnivel:1270 m
Tiempo:4 h 15 min
Dificultad:media-difícil
Ruta de contacto
Despoblado de Montessor y el Monasterio de Les Avellanes
Paisajes abruptos de los relieves de poniente entre las cuencas del Noguera Pallaresa y la Ribagorçana. Paisajes de cultivos extensos, ufanos y de un verde intenso entre la depresión Central y el Pre-pirineo. Paisajes con aldeas abandonados y una antigua abadía del siglo XII adaptada a las necesidades del siglo XXI. Y sobre todo, el placer de descubrir y conocer lugares y entornos recónditos.
Salimos del ce... Despoblado de Montessor y el Monasterio de Les Avellanes
Paisajes abruptos de los relieves de poniente entre las cuencas del Noguera Pallaresa y la Ribagorçana. Paisajes de cultivos extensos, ufanos y de un verde intenso entre la depresión Central y el Pre-pirineo. Paisajes con aldeas abandonados y una antigua abadía del siglo XII adaptada a las necesidades del siglo XXI. Y sobre todo, el placer de descubrir y conocer lugares y entornos recónditos.
Salimos del centro histórico de la ciudad donde está la iglesia de Sant Miquel, un bonito edificio de origen medieval que acoge un retablo gótico de piedra procedente de la iglesia de Santa María. Salimos por una de las calles estrechas que recuerdan la vieja trama urbana medieval subiendo hacia el anticlinal de la Serra Llarga, que se alarga hacia poniente desde la parte alta de la villa hasta la Noguera Ribagorçana. Mientras subimos disfrutamos de unas bellas vistas de los restos del castillo y la iglesia de Santa María, de donde proviene el retablo, dominando majestuosamente desde una colina, el pequeño núcleo que toma el aspecto de una plaza fortificada de gran carácter.
La Serra Llarga separa la Depresión Central de los últimos contrafuertes del Pre-pirineo de poniente. Es una sierra de colinas de relieves suaves, humanizados por grandes extensiones de cultivos de cereales con importante presencia de cultivos de almendro y olivo. Pedaleamos por el Pla de la Figuera que toma el nombre del pequeño núcleo deshabitado y encaramado en la Serra de l’Àliga, coronado por los restos del antiguo castillo y la ermita de San José.
Pronto estamos en una planicie más elevada, cerrada al norte por relieves más importantes que definen la Serra de l’Os. Enfilamos hacia arriba por una buena pista. A medida que ganamos altura las panorámicas crecen. Percibimos a cada golpe de pedal el ambiente inhóspito que nos rodea. Los abruptos relieves pre-pirenaicos que las aguas de la Noguera Ribagorçana han surcado, ahora retenidas por la presa del pantano de Santa Ana, exhiben orgullosos su salvaje naturaleza frente a la gran llanura leridana.
Llegamos al santuario de Cérvoles desde donde nos dejamos caer hacia el bonito Pla de Vila-seca, rodeado por las abruptas laderas de la Serra de Sant Miquel y los barrancos que descienden hacia el embalse de Santa Anna. Pasamos por la ermita de Sant Salvador, una edificación sencilla rodeada de encinas carrascas centenarias.
Dejamos la planicie e iniciamos la ascensión al punto más alto de la ruta, una pequeña aldea conocida como Los Picons o Castellassos, unas peñas en el extremo de la sierra de Sant Miquel y una perfecta zona de vigilancia sobre el estrecho de Tragó , la cuenca de la Noguera Ribagorçana y al norte, muy cercano, el impresionante desfiladero de Montrebei y, por extensión, toda la sierra del Montsec. En este pequeño lugar estaba la aldea de Montsessor. En la cima había un castillo que fue conquistado a los árabes por el vizconde Guerau Ponç II de Cabrera. Junto a sus escasos vestigios, están los restos de la iglesia de Santa María de Montessor y al pie de las peñas, las ruinas del pequeño poblamiento medieval.
Iniciamos un rápido descenso hacia el valle de Farfanya encajados en el valle de Les Baules, un estrecho valle donde podemos ver algunas cabañas abandonadas que fueron de utilidad en tiempos pasados. Al fondo del valle encontramos la carretera que enlaza el pueblo de Tartareu con Os de Balaguer. Se puede recortar la ruta pasando directamente por Balaguer y retomarla de nuevo al sur del Puig de Guardialta. La propuesta remonta por el norte de esta colina y nos permite tener una mayor conocimiento del territorio disfrutando al mismo tiempo, de una bellísima postal de la cabecera del valle de Farfanya con el bonito núcleo encumbrado de Tartareu.
Enlazando pistas y un divertido sendero nos plantamos delante del monasterio de Santa Maria de Bellpuig de les Avellanes, una antigua abadía de canónigos regida por la orden de San Agustín, declarado monumento histórico-artístico en 1931. Un importante edificio donde destaca su claustro, del siglo XII y la iglesia gótica, comenzada el siglo XIV. Un lugar de recogimiento abierto al público con su restaurante y la hospedería.
Iniciamos el retorno a Castelló de Farfanya pedaleando por paisajes ya vividos: extensiones de campos cerrados por relieves ondulantes, un paisaje que podríamos comparar a las formas del desierto: grandes extensiones uniformes con las ondulaciones que dibujan las dunas, pero, eso sí, de un intenso color verde con salpicaduras de rojo luminoso en aquellos lugares donde aún le ha sido permitido crecer a la bonita amapola. De nuevo nos sorprende la bella imagen que se dibuja desde un punto elevado del pueblo de Castelló de Farfanya.
Mayo de 2017
CENTROS DE INTERÉS
Castillo e Iglesia de Sant Josep de la Figuera. Santuario de Cérvoles. Sant Salvador. Castillo e Iglesia de Santa Maria de Montessor. Santa Maria de Bellpuig de les Avellanes
RESTAURANTES / ALOJAMIENTOS
http://www.balaguer.cat/turisme/
http://www.monestirdelesavellanes.com/
Paisajes abruptos de los relieves de poniente entre las cuencas del Noguera Pallaresa y la Ribagorçana. Paisajes de cultivos extensos, ufanos y de un verde intenso entre la depresión Central y el Pre-pirineo. Paisajes con aldeas abandonados y una antigua abadía del siglo XII adaptada a las necesidades del siglo XXI. Y sobre todo, el placer de descubrir y conocer lugares y entornos recónditos.
Salimos del ce... Despoblado de Montessor y el Monasterio de Les Avellanes
Paisajes abruptos de los relieves de poniente entre las cuencas del Noguera Pallaresa y la Ribagorçana. Paisajes de cultivos extensos, ufanos y de un verde intenso entre la depresión Central y el Pre-pirineo. Paisajes con aldeas abandonados y una antigua abadía del siglo XII adaptada a las necesidades del siglo XXI. Y sobre todo, el placer de descubrir y conocer lugares y entornos recónditos.
Salimos del centro histórico de la ciudad donde está la iglesia de Sant Miquel, un bonito edificio de origen medieval que acoge un retablo gótico de piedra procedente de la iglesia de Santa María. Salimos por una de las calles estrechas que recuerdan la vieja trama urbana medieval subiendo hacia el anticlinal de la Serra Llarga, que se alarga hacia poniente desde la parte alta de la villa hasta la Noguera Ribagorçana. Mientras subimos disfrutamos de unas bellas vistas de los restos del castillo y la iglesia de Santa María, de donde proviene el retablo, dominando majestuosamente desde una colina, el pequeño núcleo que toma el aspecto de una plaza fortificada de gran carácter.
La Serra Llarga separa la Depresión Central de los últimos contrafuertes del Pre-pirineo de poniente. Es una sierra de colinas de relieves suaves, humanizados por grandes extensiones de cultivos de cereales con importante presencia de cultivos de almendro y olivo. Pedaleamos por el Pla de la Figuera que toma el nombre del pequeño núcleo deshabitado y encaramado en la Serra de l’Àliga, coronado por los restos del antiguo castillo y la ermita de San José.
Pronto estamos en una planicie más elevada, cerrada al norte por relieves más importantes que definen la Serra de l’Os. Enfilamos hacia arriba por una buena pista. A medida que ganamos altura las panorámicas crecen. Percibimos a cada golpe de pedal el ambiente inhóspito que nos rodea. Los abruptos relieves pre-pirenaicos que las aguas de la Noguera Ribagorçana han surcado, ahora retenidas por la presa del pantano de Santa Ana, exhiben orgullosos su salvaje naturaleza frente a la gran llanura leridana.
Llegamos al santuario de Cérvoles desde donde nos dejamos caer hacia el bonito Pla de Vila-seca, rodeado por las abruptas laderas de la Serra de Sant Miquel y los barrancos que descienden hacia el embalse de Santa Anna. Pasamos por la ermita de Sant Salvador, una edificación sencilla rodeada de encinas carrascas centenarias.
Dejamos la planicie e iniciamos la ascensión al punto más alto de la ruta, una pequeña aldea conocida como Los Picons o Castellassos, unas peñas en el extremo de la sierra de Sant Miquel y una perfecta zona de vigilancia sobre el estrecho de Tragó , la cuenca de la Noguera Ribagorçana y al norte, muy cercano, el impresionante desfiladero de Montrebei y, por extensión, toda la sierra del Montsec. En este pequeño lugar estaba la aldea de Montsessor. En la cima había un castillo que fue conquistado a los árabes por el vizconde Guerau Ponç II de Cabrera. Junto a sus escasos vestigios, están los restos de la iglesia de Santa María de Montessor y al pie de las peñas, las ruinas del pequeño poblamiento medieval.
Iniciamos un rápido descenso hacia el valle de Farfanya encajados en el valle de Les Baules, un estrecho valle donde podemos ver algunas cabañas abandonadas que fueron de utilidad en tiempos pasados. Al fondo del valle encontramos la carretera que enlaza el pueblo de Tartareu con Os de Balaguer. Se puede recortar la ruta pasando directamente por Balaguer y retomarla de nuevo al sur del Puig de Guardialta. La propuesta remonta por el norte de esta colina y nos permite tener una mayor conocimiento del territorio disfrutando al mismo tiempo, de una bellísima postal de la cabecera del valle de Farfanya con el bonito núcleo encumbrado de Tartareu.
Enlazando pistas y un divertido sendero nos plantamos delante del monasterio de Santa Maria de Bellpuig de les Avellanes, una antigua abadía de canónigos regida por la orden de San Agustín, declarado monumento histórico-artístico en 1931. Un importante edificio donde destaca su claustro, del siglo XII y la iglesia gótica, comenzada el siglo XIV. Un lugar de recogimiento abierto al público con su restaurante y la hospedería.
Iniciamos el retorno a Castelló de Farfanya pedaleando por paisajes ya vividos: extensiones de campos cerrados por relieves ondulantes, un paisaje que podríamos comparar a las formas del desierto: grandes extensiones uniformes con las ondulaciones que dibujan las dunas, pero, eso sí, de un intenso color verde con salpicaduras de rojo luminoso en aquellos lugares donde aún le ha sido permitido crecer a la bonita amapola. De nuevo nos sorprende la bella imagen que se dibuja desde un punto elevado del pueblo de Castelló de Farfanya.
Mayo de 2017
CENTROS DE INTERÉS
Castillo e Iglesia de Sant Josep de la Figuera. Santuario de Cérvoles. Sant Salvador. Castillo e Iglesia de Santa Maria de Montessor. Santa Maria de Bellpuig de les Avellanes
RESTAURANTES / ALOJAMIENTOS
http://www.balaguer.cat/turisme/
http://www.monestirdelesavellanes.com/