Segarra SEG 011_Cervera

Card image cap
Plans de Sió.

Cervera – La Curullada – Tordera – Montcortès de Segarra – l’Aranyó – Muller – Riudovelles – Bellver d’Ossó – Mont-roig – Pelagalls – Ratera – Concabella – Gra – Torrefeta – Castellmeià – La Prenyanosa – Cervera
Mapes Comarcals de Catalunya. Segarra. 1:50.000. Institut Cartogràfic de Catalunya (ICC).

Los castillos de Sió

Viajar sin prisas para descubrir una realidad sorprendente en Cataluña. Cada pedalada nos llena las maletas de cultura, historia y escenarios que han forjado este país.

El abundante número de castillos, torres, casas fuertes y villas cerradas que hay en la Segarra ha hecho que, en ocasiones, la comarca se haya llamado "Tierra de Castillos". Las fortificaciones de la Segarra, en efecto, tienen su origen en la Edad Media, en el contexto de la ...
Los castillos de Sió

Viajar sin prisas para descubrir una realidad sorprendente en Cataluña. Cada pedalada nos llena las maletas de cultura, historia y escenarios que han forjado este país.

El abundante número de castillos, torres, casas fuertes y villas cerradas que hay en la Segarra ha hecho que, en ocasiones, la comarca se haya llamado "Tierra de Castillos". Las fortificaciones de la Segarra, en efecto, tienen su origen en la Edad Media, en el contexto de la expansión de los condados catalanes sobre la Marca o frontera fuperior de Al-Andalus durante los siglos XI-XII.

A diferencia de otras fortificaciones de origen medieval del país, sin embargo, los castillos, casas fuertes y villas cerradas de la Segarra permanecieron habitados y actuando como centros de dominios señoriales después del final de la Edad Media. En la Segarra, el feudalismo se mantuvo con fuerza durante los siglos XVI, XVII y XVIII, por lo que muchas fortificaciones y los señoríos correspondientes perduraron hasta su abolición en pleno siglo XIX.

Salimos de Cervera por la bonita calle Mayor, llena de casas nobles, que desemboca en la plaza de la Paeria, edificio que tiene tres balcones soportados por ménsulas que representan personajes del mercado, los cinco sentidos y figuras relacionadas con la prisión.

Dejamos la antigua villa cerrada por uno de los portales de acceso. Bajamos al fondo del valle por donde se mueve lentamente el río Ondara. Pasamos por la dañada ermita de Santa Magdalena. Pedaleamos por el estrecho valle hasta que subimos hacia la Curullada. En el núcleo nos sorprende positivamente su castillo, totalmente restaurado y reconstruido por un millonario libio siguiendo la traza con fidelidad y aprovechando los restos que quedaban y varios elementos que se encontraban dispersos.

Dejamos el pueblo y cruzamos la carretera. El altiplano de la Segarra se despliega ante nosotros inmenso; suaves ondulaciones modulan el relieve y pequeños núcleos llenan el paisaje. Las grandes extensiones de cultivos y, al norte, los relieves prepirenaicos, cerrando la gran llanura, acaban de definir el territorio por donde navegamos.

Perdiendo altura suavemente, las siluetas de los castillos de Montcortès y Aranyó destacan poderosas en el perfil horizontal. Ambas fortificaciones, muy próximas la una de la otra, vistas de lejos parecen pugnar para ver cuál es la más grandiosa.

Entramos en Montcortès por un arrabal del castillo, núcleo formado por casas de campo de los siglos XVII y XVIII y por la iglesia de Santa Ana. El castillo, conocido también como el "Coloso de Sió", está documentado en el siglo XI. Como muchos otros castillos de frontera, en las postrimerías del siglo XV fue reformado y sustituido por el edificio que hoy podemos contemplar, impresionante por su grandiosidad y elegancia. La obra del nuevo castillo dio como resultado una magnífica fortaleza de planta rectangular con dos torres gemelas.

El próximo objetivo es Aranyó, muy cerca. A medio camino hay unos columbarios, construcciones funerarias de época romana donde se depositaban las urnas con las cenizas de los difuntos. Hay que decir que en la obra Catalunya Romànica (XXIV, 440) se considera que estas hornacinas excavadas en la roca, con un pequeño resalte que servía para colocar la tapa, tienen más que ver con la apicultura y son más tardías.

Originariamente el castillo de Aranyó había consistido en una torre de vigilancia y defensa para hacer frente a los ataques sarracenos. Actualmente, el castillo forma un bloque macizo de grandes proporciones reconstruido sobre una antigua fortaleza con la torre cuadrada, el elemento más antiguo del conjunto. En el siglo XIX fue propiedad de los Pedrolo-Gomar, familia del escritor catalán Manuel de Pedrolo, que nació en este castillo en 1918.

Continuamos hasta un grupo de casas que forma el agregado de Muller, donde destaca la pequeña capilla de Sant Pere. Al otro lado del canal Segarra-Garrigues encontramos el núcleo de Riudovelles, asentado en una colina con un edificio en lo alto que fue en tiempos remotos su castillo y del que sólo se conservan restos de paredes, reutilizadas en construcciones posteriores, adosadas al mismo.

Continuamos navegando por la extensa superficie que conforma los Plans de Sió hacia los dos objetivos siguientes que vemos elevados ligeramente sobre la planicie: Bellver d’Ossó, núcleo crecido alrededor de la iglesia románica de Sant Pere de Bellver de Sió, edificada encima de una gran roca, y Mont-roig, con la iglesia parroquial de Santa Maria, de estilo neoclásico y portada barroca.

Atravesamos el Sió y subimos a Pelagalls, donde hay una auténtica joya del románico coronando el cerro donde se emplaza el núcleo: la iglesia de Sant Esteve. Declarado Bien Cultural de Interés Nacional, destaca la portada del muro de poniente, del siglo XII, formada por tres arquivoltas que se apoyan sobre columnas con capiteles decorados con motivos vegetales, geométricos y animales. En el pequeño cementerio contiguo al ábside de la iglesia se conservan seis estelas discoidales, que se pueden fechar en el siglo XII y que, probablemente, aún se encuentran en su lugar originario. Otro dato curioso es que en esta iglesia se ha encontrado el mayor número de toda Europa de relojes de sol primitivos.

Bajamos a Sisteró. Vamos a buscar de nuevo el canal Segarra-Garrigues, que dejamos para atravesar el río Sió y llegar al castillo de Ratera, más conocido como castillo-molino de Ratera, que ya existía a principios del siglo XI y que fue dotado, en el siglo XVI, con un molino de harina que aprovechaba las aguas del río Sió.

Cerca está el pueblo de Ratera, una villa cerrada con una urbanización característica que permitía cerrar el pueblo con sólo una puerta. La entrada de todas las casas da en el interior de una pequeña plaza donde se entra por una portada en la que aún se pueden ver una especie de soportes que sustentaban las bisagras.

Continuamos nuestro viaje hacia el Castillo de Concabella que, como muchos otros, tiene el origen a partir de una torre de vigilancia de la época de la Reconquista y que las reformas hechas en el s. XVI lo convirtieron en una gran casa señorial, levantada según los gustos del Renacimiento. Cuando el s. XIX pasa a manos del pueblo, vivirá las transformaciones más importantes, con efectos devastadores para su estructura: acogió durante la Guerra Civil entre 800 y 1300 presos llevados desde la cárcel Modelo de Barcelona, que fueron utilizados como fuerza de trabajo para las obras de fortificación de la retaguardia del ejército republicano; y a partir de los años 40 se ubicó la escuela, una vivienda para el maestro, la sala del baile, funcionó como establo y se anexó un café. Afortunadamente, el Ayuntamiento de Plans de Sió puso en marcha un ambicioso proyecto que ha hecho posible no sólo la restauración de los muros, sino también el descubrimiento de nuevos espacios y su estudio y, muy especialmente, la conversión del castillo en un gran centro cultura. Actualmente el castillo de Concabella alberga también el Centro de Interpretación de los Castillos del Sió.

Continuamos hasta Gra, pueblo donde quedan pocos elementos del antiguo castillo y la villa cerrada. Sin embargo, de ese poblamiento se conserva el imponente ábside románico original de la iglesia de Sant Salvador. Gra fue escenario de la conocida como Batalla de Gra, durante la primera guerra carlista.

Enfilamos hacia Torrefeta por el camino de las Cruces del Calvario, un conjunto de cruces que escenificaban las estaciones de la crucifixión de Jesús. El pueblo de Torrefeta conserva dos portales de medio punto y grandes dovelas que daban acceso a la villa cerrada, y también otras arcadas góticas en las calles del casco antiguo.

La última parada importante la encontramos en Castellmeià, un típico castillo aislado de la Segarra rodeado de campos de cultivos de secano que, como los otros, fue convirtiéndose en residencia señorial una vez superada la función inicial defensiva. A su lado está la bonita ermita románica de Santa Maria de Castellmeià, conocida popularmente como la Virgen de la Leche.

La larga salida descubriendo buena parte de los castillos de la Segarra y los escenarios que aún nos hablan de unos tiempos duros que fueron, sin embargo, decisivos para el futuro del país, llega a su fin. Bajamos al valle del río Sió y remontamos de nuevo hacia Cervera pasando por el núcleo de Prenyanosa.

Marzo de 2017

CENTROS DE INTERÉS
Santa Magdalena de Cervera. Castillo de la Curullada. Castillo de Montcortès. Santa Anna de Montcortés. Castillo de Aranyó. Sant Pere de Bellver de Sió. Sant Esteve de Pelagalls. Castillo de Ratera. Castillo de Concabella. Castillo y ermita de Santa Maria de Castellmeià

ALOJAMIENTOS / RESTAURANTES
http://www.lasegarra.org/