Alt Empordà AEM 019_Tapis
Serra del Puig. Puig del Torn. Serrat del Cornell. Puig del Boixer. Roc del Bau.
Tapis – Coll de Perilló – Coll del Faig – Corral de la Flaguerona – Coustoges – Coll dels Horts – Tapis
Mapes Comarcals de Catalunya. Alt Empordà. 1:50.000. Institut Cartogràfic de Catalunya (ICC).
Resumen
Distancia:25 km
Desnivel:880 m
Tiempo:2 h 45 min
Dificultad:media
Ruta de contacto
Vuelta transfronteriza. La cabecera del Arnera
Pedalear por bosques frondosos que se desarrollan en paisajes de naturaleza salvaje, ubicados en los límites imaginarios delimitados por la frontera que recorre la cresta del macizo de las Salinas. Pedalear físicamente por dos países sin que ello suponga ningún cambio paisajístico hasta que la típica arquitectura de Coustoges y las placas de la calle bilingües nos indican que estamos en territorio francés.
Tomamos un... Vuelta transfronteriza. La cabecera del Arnera
Pedalear por bosques frondosos que se desarrollan en paisajes de naturaleza salvaje, ubicados en los límites imaginarios delimitados por la frontera que recorre la cresta del macizo de las Salinas. Pedalear físicamente por dos países sin que ello suponga ningún cambio paisajístico hasta que la típica arquitectura de Coustoges y las placas de la calle bilingües nos indican que estamos en territorio francés.
Tomamos una pista que va en paralelo a la carretera en el lado de poniente y que nos baja al cauce del río de Arnera, que atravesamos por un pequeño puente. Navegamos río abajo atravesándolo varias veces, inmersos en un bosque de frondosas copas que sólo algunas rendijas de luz consiguen atravesar.
Salimos a la carretera, recorremos unos cuantos metros antes de dejarla por una pista a la izquierda pasada la primera curva que encontramos. Ascendemos por la cresta de la Serra del Puig, antiguo camino que lleva a la masía del mismo nombre, ahora abandonada. Durante el trayecto, la pista, con tramos de fuerte pendiente, recorre bosques de alcornoques de gran antigüedad que nos trasladan a las épocas en que la explotación del corcho era una actividad económica de primer orden para el territorio.
Desde el Puig continuamos por el camino de Coll de Perilló. Nos encontramos inmersos en un mar de densos bosques, fruto del abandono agrario y forestal como resultado de la desaparición de antiguos oficios como el del carbonero, leñador, arriero... Dejamos muchos antiguos caminos ahora inutilizados que conducían a espacios abiertos que ocupaban cultivos y pastos y que actualmente están ocupados por un paisaje empobrecido por la falta de presencia del trabajo humano.
Llegamos a Coll de Perilló. Sólo unos metros separan de la frontera y ni las vallas hacen que tengamos la sensación de internarnos en otro país. Navegamos por la parte alta de la cabecera del valle que abastece el pantano de Boadella. Las panorámicas del territorio son extensas y se tiene un dominio generoso de los relieves del Alt Empordà.
Desde Coll de Faig hasta el Corral de la Falgarona cresteamos por la misma línea fronteriza, como identifican los diversos hitos señalizados sobre fondo blanco con una cruz y un número que encontramos por el camino, disfrutando de los paisajes de ambas bandas. Un trayecto realmente bonito por un territorio que desprende soledad y salvajismo.
El puesto fronterizo ahora abandonado del Corral de la Falgarona era una casa que funcionaba antiguamente como restaurante y súper, tenía la mitad en territorio francés y la otra mitad en territorio catalán, cosa que permitía pasar material de un lado a otro sin salir de la casa.
Pasamos la frontera varias veces hasta que finalmente atravesamos una antigua barrera fronteriza en desuso, oxidada por el paso del tiempo, desde donde entramos definitivamente en territorio del Vallespir. Llegamos a Costoja, núcleo fronterizo que reparte sus aguas entre la Muga, en la subcomarca de la Alta Garrotxa, y el Tec, en el Vallespir.
Costoja conserva casi íntegro el trazado de la antigua cellera o sagrera formada alrededor de la iglesia de Santa María, de visita obligada, y del viejo cementerio parroquial, que aún hoy en día conserva en el centro de la población las paredes románicas que lo delimitan. La cellera tenía una forma trapezoidal, perfectamente observable hoy en día, con un pequeño barrio a mediodía, por donde entraban los caminos reales que comunicaban el pueblo con el Vallespir y con el Empordà.
Continuamos la ruta por un sendero técnico que baja hasta la carretera, el cual, si se quiere, se puede evitar tomando directamente la carretera. En Coll dels Horts dejamos la carretera y continuamos por la pista de Sant Andreu d’Oliveda. Dejamos esta dirección por una pista que baja al fondo del valle dels Horts, que reseguimos navegando por un paisaje solitario de bosques frondosos.
Junio de 2017
CENTROS DE INTERÉS
Santa Maria de Coustoges.
RESTAURANTES / ALOJAMIENTOS
http://www.canmach.com/index.php/es/
Pedalear por bosques frondosos que se desarrollan en paisajes de naturaleza salvaje, ubicados en los límites imaginarios delimitados por la frontera que recorre la cresta del macizo de las Salinas. Pedalear físicamente por dos países sin que ello suponga ningún cambio paisajístico hasta que la típica arquitectura de Coustoges y las placas de la calle bilingües nos indican que estamos en territorio francés.
Tomamos un... Vuelta transfronteriza. La cabecera del Arnera
Pedalear por bosques frondosos que se desarrollan en paisajes de naturaleza salvaje, ubicados en los límites imaginarios delimitados por la frontera que recorre la cresta del macizo de las Salinas. Pedalear físicamente por dos países sin que ello suponga ningún cambio paisajístico hasta que la típica arquitectura de Coustoges y las placas de la calle bilingües nos indican que estamos en territorio francés.
Tomamos una pista que va en paralelo a la carretera en el lado de poniente y que nos baja al cauce del río de Arnera, que atravesamos por un pequeño puente. Navegamos río abajo atravesándolo varias veces, inmersos en un bosque de frondosas copas que sólo algunas rendijas de luz consiguen atravesar.
Salimos a la carretera, recorremos unos cuantos metros antes de dejarla por una pista a la izquierda pasada la primera curva que encontramos. Ascendemos por la cresta de la Serra del Puig, antiguo camino que lleva a la masía del mismo nombre, ahora abandonada. Durante el trayecto, la pista, con tramos de fuerte pendiente, recorre bosques de alcornoques de gran antigüedad que nos trasladan a las épocas en que la explotación del corcho era una actividad económica de primer orden para el territorio.
Desde el Puig continuamos por el camino de Coll de Perilló. Nos encontramos inmersos en un mar de densos bosques, fruto del abandono agrario y forestal como resultado de la desaparición de antiguos oficios como el del carbonero, leñador, arriero... Dejamos muchos antiguos caminos ahora inutilizados que conducían a espacios abiertos que ocupaban cultivos y pastos y que actualmente están ocupados por un paisaje empobrecido por la falta de presencia del trabajo humano.
Llegamos a Coll de Perilló. Sólo unos metros separan de la frontera y ni las vallas hacen que tengamos la sensación de internarnos en otro país. Navegamos por la parte alta de la cabecera del valle que abastece el pantano de Boadella. Las panorámicas del territorio son extensas y se tiene un dominio generoso de los relieves del Alt Empordà.
Desde Coll de Faig hasta el Corral de la Falgarona cresteamos por la misma línea fronteriza, como identifican los diversos hitos señalizados sobre fondo blanco con una cruz y un número que encontramos por el camino, disfrutando de los paisajes de ambas bandas. Un trayecto realmente bonito por un territorio que desprende soledad y salvajismo.
El puesto fronterizo ahora abandonado del Corral de la Falgarona era una casa que funcionaba antiguamente como restaurante y súper, tenía la mitad en territorio francés y la otra mitad en territorio catalán, cosa que permitía pasar material de un lado a otro sin salir de la casa.
Pasamos la frontera varias veces hasta que finalmente atravesamos una antigua barrera fronteriza en desuso, oxidada por el paso del tiempo, desde donde entramos definitivamente en territorio del Vallespir. Llegamos a Costoja, núcleo fronterizo que reparte sus aguas entre la Muga, en la subcomarca de la Alta Garrotxa, y el Tec, en el Vallespir.
Costoja conserva casi íntegro el trazado de la antigua cellera o sagrera formada alrededor de la iglesia de Santa María, de visita obligada, y del viejo cementerio parroquial, que aún hoy en día conserva en el centro de la población las paredes románicas que lo delimitan. La cellera tenía una forma trapezoidal, perfectamente observable hoy en día, con un pequeño barrio a mediodía, por donde entraban los caminos reales que comunicaban el pueblo con el Vallespir y con el Empordà.
Continuamos la ruta por un sendero técnico que baja hasta la carretera, el cual, si se quiere, se puede evitar tomando directamente la carretera. En Coll dels Horts dejamos la carretera y continuamos por la pista de Sant Andreu d’Oliveda. Dejamos esta dirección por una pista que baja al fondo del valle dels Horts, que reseguimos navegando por un paisaje solitario de bosques frondosos.
Junio de 2017
CENTROS DE INTERÉS
Santa Maria de Coustoges.
RESTAURANTES / ALOJAMIENTOS
http://www.canmach.com/index.php/es/