Alt Urgell AUR 033_Figols
Espai Natural Muntanya d'Alinyà. Roc de Perles
Figols – Romanins – Collada de Cal Penya – Coll Durau – Coll de la Maçana – Coll de la Nou – L’Alzina d’Alinyà – La Vall del Mig – Llobera – Alinyà – Perles – Fígols
Mapes Comarcals de Catalunya. Alt Urgell. 1:50.000. Institut Cartogràfic de Catalunya (ICC)
Resumen
Distancia:38 km
Desnivel:1190 m
Tiempo:3 h 30 min
Dificultad:media-difícil
Montaña de Alinyà
Una experiencia más que placentera. Disfrutaremos de la soledad de los paisajes poco frecuentados, de espectaculares vistas mientras navegamos al sur del estrecho desfiladero del Valle de la Vansa, de la singular valle de Perles y, si hay suerte, podremos ver una maravilla única en Europa, como es la de encontrar juntas las cuatro especies de buitres presentes en el viejo continente.
Desde la iglesia románica de Sant Victor subimos hacia el cen... Montaña de Alinyà
Una experiencia más que placentera. Disfrutaremos de la soledad de los paisajes poco frecuentados, de espectaculares vistas mientras navegamos al sur del estrecho desfiladero del Valle de la Vansa, de la singular valle de Perles y, si hay suerte, podremos ver una maravilla única en Europa, como es la de encontrar juntas las cuatro especies de buitres presentes en el viejo continente.
Desde la iglesia románica de Sant Victor subimos hacia el centro del pueblo en busca del Camino de Romanins, caserío que se encuentra aguas arriba del torrente de Fígols. Pasamos el pequeño núcleo y continuamos hacia la parte alta de la cabecera firmemente cerrada por paredes verticales que obligan a girar hacia el norte para poder flanquearla
A medida que ganamos altura el paisaje al otro lado del Segre se define claramente. Hacia Mediodía asoman las cumbres de la Sierra de Aubenç. Aguas arriba, entre el estrecho formado por la mole pétrea del Tossal de Balinyó y Montanya de Nargó, humean las chimeneas de las casas de Coll de Nargó. Ante nosotros la singular morfología de la Serra de Santa Fe y, a sus espaldas, la Serra de Sant Joan que le da continuidad, separa los valles del núcleo de Montanissell y la de Cabo, esta última coronada por el Cap del Boumort y cerrada al norte por la Serra de Prada. Un espectáculo que alegra la subida.
Perdemos altura para pasar a la otra vertiente donde enlazamos con una pista que desde Voloriu remonta persistentemente hasta pasado el Roc de Peguera, que rodeamos por la derecha. A partir de aquí la pista se suaviza y el trayecto es muy agradable hasta el Coll de la Nou. Al otro lado del profundo desfiladero de la Vansa vemos la altiva vertiente sur de la Serra del Cadí, recostada en las verticales paredes que la sustentan desde la otra vertiente y, siguiendo hacia occidente, los últimos contrafuertes de la cordillera , la Muntanya de Tost y la meseta de Tost, con los núcleos que se asientan. Detrás vemos claramente las cimas nevadas del Pirieneo que se extienden a poniente y levante de Andorra.
Pedaleamos por parajes realmente inhóspitos y salvajes. Un gran silencio nos envuelve por todas partes y los tramos boscosos nos distraen del abrupto terreno que nos rodea. En la Collada de Cal Penya volvemos a la realidad del territorio por el que estamos navegando. En el pequeño collado se nos abre una nueva dimensión y un inmenso paisaje estalla ante nuestros ojos: el espectáculo del Prepirineo, una de las áreas naturales más solitarias y agrestes de Cataluña, desfila para nosotros y nos acompañará durante el resto del trayecto.
En Coll Durau, a tres minutos andando, hay un dolmen, un monumento funerario de reducidas dimensiones; a sus pies se despliega un pequeño y precioso valle cerrado por las colinas de Caup i Gordiola que contrasta fuertemente con el paisaje al otro lado de Coll de la Maçana, un estrecho valle cerrado por vertiginosas paredes que cae repentinamente hacia la ribera del Segre. Al final de la misma podemos distinguir el pequeño núcleo de Coll de Nargó.
En pocos metros llegamos a Coll de la Nou, desde donde se domina una extensa panorámica del valle de Alinyà; si tenemos suerte podremos ver una maravilla única en Europa, como es la de encontrar juntas las cuatro especies de buitres presentes en el viejo continente. Por la cabedera del valle, sellado por las sierras de Campelles, Port del Comte y la Roca de la Pena, un perfecto anticlinal que le da identidad, se despliegan escalonadamente antiguas terrazas agrícolas, ahora abandonadas, y pequeños núcleos: el que le da nombre, Alinyà, y el más llamativo por su ubicación privilegiada en la parte alta, Alzina de Alinyà.
En lo alto de una peña en el centro del pueblo de Alzina d’Alinyà encontramos la iglesia de Sant Bernabé, un edificio románico en origen que ha experimentado una serie de transformaciones tardías que han alterado sustancialmente su aspecto original.
Una fugaz bajada por la carretera nos deja en Alinyà, desde donde continuamos por la carretera que recorre el precioso desfiladero de Perles. Navegar entre paredes verticales rodeados de un silencio sepulcral, atravesando pequeños túneles de roca que hacen posible la continuidad del camino, es de esos momentos mágicos y placenteros que llenan de energía el viajero.
Coronando un resalte rocoso a la salida del desfiladero encontramos el núcleo de Perles. Nos desviamos momentáneamente para visitar la iglesia de Sant Romà de Perles de filiación románica pero con la estructura y volumetría actual modificada. Continuamos por carretera hasta encontrar el río que seguimos por carretera o por pista hasta el punto de salida
Diciembre de 2018
CENTROS DE INTERÉS
San Bernabé de la Encina de Alinyà. San Esteban de Alinyà. San Román de Perlas
RESTAURANTES / ALOJAMIENTOS
http://www.organya.cat/
Una experiencia más que placentera. Disfrutaremos de la soledad de los paisajes poco frecuentados, de espectaculares vistas mientras navegamos al sur del estrecho desfiladero del Valle de la Vansa, de la singular valle de Perles y, si hay suerte, podremos ver una maravilla única en Europa, como es la de encontrar juntas las cuatro especies de buitres presentes en el viejo continente.
Desde la iglesia románica de Sant Victor subimos hacia el cen... Montaña de Alinyà
Una experiencia más que placentera. Disfrutaremos de la soledad de los paisajes poco frecuentados, de espectaculares vistas mientras navegamos al sur del estrecho desfiladero del Valle de la Vansa, de la singular valle de Perles y, si hay suerte, podremos ver una maravilla única en Europa, como es la de encontrar juntas las cuatro especies de buitres presentes en el viejo continente.
Desde la iglesia románica de Sant Victor subimos hacia el centro del pueblo en busca del Camino de Romanins, caserío que se encuentra aguas arriba del torrente de Fígols. Pasamos el pequeño núcleo y continuamos hacia la parte alta de la cabecera firmemente cerrada por paredes verticales que obligan a girar hacia el norte para poder flanquearla
A medida que ganamos altura el paisaje al otro lado del Segre se define claramente. Hacia Mediodía asoman las cumbres de la Sierra de Aubenç. Aguas arriba, entre el estrecho formado por la mole pétrea del Tossal de Balinyó y Montanya de Nargó, humean las chimeneas de las casas de Coll de Nargó. Ante nosotros la singular morfología de la Serra de Santa Fe y, a sus espaldas, la Serra de Sant Joan que le da continuidad, separa los valles del núcleo de Montanissell y la de Cabo, esta última coronada por el Cap del Boumort y cerrada al norte por la Serra de Prada. Un espectáculo que alegra la subida.
Perdemos altura para pasar a la otra vertiente donde enlazamos con una pista que desde Voloriu remonta persistentemente hasta pasado el Roc de Peguera, que rodeamos por la derecha. A partir de aquí la pista se suaviza y el trayecto es muy agradable hasta el Coll de la Nou. Al otro lado del profundo desfiladero de la Vansa vemos la altiva vertiente sur de la Serra del Cadí, recostada en las verticales paredes que la sustentan desde la otra vertiente y, siguiendo hacia occidente, los últimos contrafuertes de la cordillera , la Muntanya de Tost y la meseta de Tost, con los núcleos que se asientan. Detrás vemos claramente las cimas nevadas del Pirieneo que se extienden a poniente y levante de Andorra.
Pedaleamos por parajes realmente inhóspitos y salvajes. Un gran silencio nos envuelve por todas partes y los tramos boscosos nos distraen del abrupto terreno que nos rodea. En la Collada de Cal Penya volvemos a la realidad del territorio por el que estamos navegando. En el pequeño collado se nos abre una nueva dimensión y un inmenso paisaje estalla ante nuestros ojos: el espectáculo del Prepirineo, una de las áreas naturales más solitarias y agrestes de Cataluña, desfila para nosotros y nos acompañará durante el resto del trayecto.
En Coll Durau, a tres minutos andando, hay un dolmen, un monumento funerario de reducidas dimensiones; a sus pies se despliega un pequeño y precioso valle cerrado por las colinas de Caup i Gordiola que contrasta fuertemente con el paisaje al otro lado de Coll de la Maçana, un estrecho valle cerrado por vertiginosas paredes que cae repentinamente hacia la ribera del Segre. Al final de la misma podemos distinguir el pequeño núcleo de Coll de Nargó.
En pocos metros llegamos a Coll de la Nou, desde donde se domina una extensa panorámica del valle de Alinyà; si tenemos suerte podremos ver una maravilla única en Europa, como es la de encontrar juntas las cuatro especies de buitres presentes en el viejo continente. Por la cabedera del valle, sellado por las sierras de Campelles, Port del Comte y la Roca de la Pena, un perfecto anticlinal que le da identidad, se despliegan escalonadamente antiguas terrazas agrícolas, ahora abandonadas, y pequeños núcleos: el que le da nombre, Alinyà, y el más llamativo por su ubicación privilegiada en la parte alta, Alzina de Alinyà.
En lo alto de una peña en el centro del pueblo de Alzina d’Alinyà encontramos la iglesia de Sant Bernabé, un edificio románico en origen que ha experimentado una serie de transformaciones tardías que han alterado sustancialmente su aspecto original.
Una fugaz bajada por la carretera nos deja en Alinyà, desde donde continuamos por la carretera que recorre el precioso desfiladero de Perles. Navegar entre paredes verticales rodeados de un silencio sepulcral, atravesando pequeños túneles de roca que hacen posible la continuidad del camino, es de esos momentos mágicos y placenteros que llenan de energía el viajero.
Coronando un resalte rocoso a la salida del desfiladero encontramos el núcleo de Perles. Nos desviamos momentáneamente para visitar la iglesia de Sant Romà de Perles de filiación románica pero con la estructura y volumetría actual modificada. Continuamos por carretera hasta encontrar el río que seguimos por carretera o por pista hasta el punto de salida
Diciembre de 2018
CENTROS DE INTERÉS
San Bernabé de la Encina de Alinyà. San Esteban de Alinyà. San Román de Perlas
RESTAURANTES / ALOJAMIENTOS
http://www.organya.cat/