Selva SEL 026_Lloret de Mar
Montarbat. Pla de Vidreres. Espai Natural Protegit del Massís de Cadiretes – l’Ardenya
Lloret de Mar – Sant Pere del Bosc – Poblat Ibèric de Montbarbat – Vidreres – Castell de Sant Iscle – Caulès – Lloret de Mar
Mapes Comarcals de Catalunya. La Selva. 1:50.000. Institut Cartogràfic de Catalunya (ICC).
Resumen
Distancia:45 km
Desnivel:890 m
Tiempo:4 h 15 min
Dificultad:media-difícil
Ruta de contacto
Poblado Ibérico de Montbarbat y Castillo de Sant Iscle
La ruta atraviesa la sierra de Marina por dos sitios diferentes, primero para descubrir el poblado ibérico de Montarbat, en la cima del mismo nombre y lugar estratégico desde donde se controlaba la Vía Augusta y el litoral con el interior del país y segundo, cuando la ruta baja a la plana de Vidreres, para visitar el imperdible Castillo de Sant Iscle.
Salimos de la playa de Lloret de Mar. Mientras atravesamos... Poblado Ibérico de Montbarbat y Castillo de Sant Iscle
La ruta atraviesa la sierra de Marina por dos sitios diferentes, primero para descubrir el poblado ibérico de Montarbat, en la cima del mismo nombre y lugar estratégico desde donde se controlaba la Vía Augusta y el litoral con el interior del país y segundo, cuando la ruta baja a la plana de Vidreres, para visitar el imperdible Castillo de Sant Iscle.
Salimos de la playa de Lloret de Mar. Mientras atravesamos el núcleo comprobamos que hay establecimientos hoteleros por todas partes, fruto de la eclosión turista a mediados del s. XX. En los años veinte Lloret de Mar había sido un centro de atracción en verano para selectas familias de la sociedad de Barcelona y su entorno que establecieron en la villa su segunda residencia. Pero fue a partir de 1950, momento clave de la eclosión turística y de la transformación urbanística, cuando el paisaje fue dañado para siempre ocupando las viñas y el bosque circundante para satisfacer la demanda. Un dato, en 1975 había más de doscientas hoteles. Afortunadamente, en los últimos años se ha redefinido el modelo turístico y los atractivos naturales de sol y playa se ven complementados con un conjunto de valores añadidos del territorio como son su historia, sus ciudadanos, tradiciones y costumbres, patrimonio cultural y una oferta comercial de ocio, turismo y servicios
Inmersos en las diferentes arquitecturas de los edificios hoteleros pasamos repentinamente de la urbe en la naturaleza, y más aún cuando en un corto trayecto, justo pasados unos huertos, pedaleamos emboscados totalmente por un bonito sendero arenoso que se desarrolla por la riera de Passapera. La dejamos por un camino más ancho que sube a una pista muy buena, amplia y de arena bien compactada, que lleva a Sant Pere del Bosch, un antiguo monasterio y, actualmente, un majestuoso edificio modernista construido por Puig y Cadafalch convertido en hotel de lujo. Por el camino encontramos dos obras más del arquitecto, un oratorio a la Virgen de Gracia y una cruz de término al que mosén Cinto Verdaguer dedicó unas estrofas en su cántico «La Creu».
Dejamos las vistas del mar que se divisan desde el hotel continuando la ruta hasta un collado desde donde disfrutamos de la desembocadura del valle del Tordera y los relieves más orientales del macizo del Montnegre y el Corredor. Iniciamos el trayecto hacia el yacimiento de Montarbat pedaleando rodeados de vegetación autóctona, pinos piñoneros y encinas corcheras excepto en Puig Vilar que está repoblado de Eucaliptus con las consecuencias medioambientales que ello conlleva.
El yacimiento íbero de Montarbat está ubicado en la cima del mismo nombre desde donde el control del territorio es total. Estratégicamente desde esta atalaya se domina visualmente toda la depresión de la Selva, las laderas de las montañas que lo rodean (Montseny, Guilleries y Cabrerés), la parte occidental de las Gavarres y toda el bajo Tordera. Por lo tanto, los iberos que vivían controlaban dos de las vías de comunicación más importantes del país. Una era la vía Heraclea (posterior vía Augusta romana), que comunicaba la Península Ibérica con el resto de Europa. La otra era la vía marítima-fluvial que comunicaba el litoral con el interior del país por el eje de la Tordera-riera de Arbúcies.
Se trata de un asentamiento de más de 5.500 m² de superficie, ubicado en la parte más alta de la colina y adaptado en parte a la topografía del lugar. Se encuentra rodeado por una línea de muralla reforzada con un mínimo de dos torres. En el interior, se conocen sobre todo las casas situadas en el ángulo suroeste del poblado y las del área central, aunque varios restos afloran en una gran extensión, aún pendiente de excavar. Estas características hacen de Montbarbat uno de los grandes poblados ibéricos de la zona.
Nos vamos ahora hacia Vidreres. Nos dejamos caer por un bonito sendero que evitando la urbanización de Els pantans de Montarbat por la derecha nos baja a la llanura de Vidreres. La gran extensión plana ocupada por campos de cultivo con sus respectivos pozos para extraer agua nos deja disfrutar de una bonita postal formada por las montañas cercanas como el Montseny o las montañas del Espacio Natural de las Guilleries-Savassona o, más allá, del Pirineo comprendido entre el Puigmal y el Canigó.
En dirección a los relieves ponentinos del Macizo de Les Cadiretes pasamos por el Castillo de Sant Iscle, una fortificación del vizcondado de Cabrera que estuvo en funcionamiento entre los siglos XII y XV y que regía los destinos del término de Vidreres. Engullida durante tiempo por el bosque, las excavaciones y limpieza del entorno han puesto en evidencia una poderosa e importante edificación, de hecho, el segundo castillo más grande de la comarca de la Selva. Los resultados de las diferentes actuaciones llevadas a cabo son espectaculares: toda la planta baja del castillo, rodeada por cuatro torres esquineras y formada por varias estancias en torno a un patio porticado, había quedado sepultada por los escombros de los pisos superiores del propio castillo y se está reencontrando año tras año, así como se hizo con la capilla y como también se hará con el foso que rodea todo el conjunto.
Deshacemos el camino hasta la base del cerro y ganamos altura por buenas pistas hasta el pequeño núcleo de Caulès a los pies de Puig Ventòs, formado por un grupo de masías y la ermita prerrománica de Santa Susanna, desde donde se disfruta de buenas vistas sobre la depresión de la Selva y las montañas circundantes.
Seguimos remontando hasta un collado donde tomamos el camino viejo de Lloret que nos lleva hasta un collado, justo después de los restos de la casa Nova d’en Forners, construcción que da nombre al valle por el que nos deslizamos hasta las afueras de Lloret, concretamente hasta el Santuario de la Virgen de las Alegrías, la primera parroquia de la villa que fue consagrada, en 1079, hasta 1522, fecha en que se inauguró una nueva parroquia cerca de la playa.
Enero de 2020
CENTROS DE INTERÉS
Sant Pere del Bosc. Poblat Ibèric de Montbarbat. Castell de Sant Iscle. Santa Sussana de Caulès. Mare de Deu de les Alegries
RESTAURANTES / ALOJAMIENTOS
http://lloretdemar.org/ca/
La ruta atraviesa la sierra de Marina por dos sitios diferentes, primero para descubrir el poblado ibérico de Montarbat, en la cima del mismo nombre y lugar estratégico desde donde se controlaba la Vía Augusta y el litoral con el interior del país y segundo, cuando la ruta baja a la plana de Vidreres, para visitar el imperdible Castillo de Sant Iscle.
Salimos de la playa de Lloret de Mar. Mientras atravesamos... Poblado Ibérico de Montbarbat y Castillo de Sant Iscle
La ruta atraviesa la sierra de Marina por dos sitios diferentes, primero para descubrir el poblado ibérico de Montarbat, en la cima del mismo nombre y lugar estratégico desde donde se controlaba la Vía Augusta y el litoral con el interior del país y segundo, cuando la ruta baja a la plana de Vidreres, para visitar el imperdible Castillo de Sant Iscle.
Salimos de la playa de Lloret de Mar. Mientras atravesamos el núcleo comprobamos que hay establecimientos hoteleros por todas partes, fruto de la eclosión turista a mediados del s. XX. En los años veinte Lloret de Mar había sido un centro de atracción en verano para selectas familias de la sociedad de Barcelona y su entorno que establecieron en la villa su segunda residencia. Pero fue a partir de 1950, momento clave de la eclosión turística y de la transformación urbanística, cuando el paisaje fue dañado para siempre ocupando las viñas y el bosque circundante para satisfacer la demanda. Un dato, en 1975 había más de doscientas hoteles. Afortunadamente, en los últimos años se ha redefinido el modelo turístico y los atractivos naturales de sol y playa se ven complementados con un conjunto de valores añadidos del territorio como son su historia, sus ciudadanos, tradiciones y costumbres, patrimonio cultural y una oferta comercial de ocio, turismo y servicios
Inmersos en las diferentes arquitecturas de los edificios hoteleros pasamos repentinamente de la urbe en la naturaleza, y más aún cuando en un corto trayecto, justo pasados unos huertos, pedaleamos emboscados totalmente por un bonito sendero arenoso que se desarrolla por la riera de Passapera. La dejamos por un camino más ancho que sube a una pista muy buena, amplia y de arena bien compactada, que lleva a Sant Pere del Bosch, un antiguo monasterio y, actualmente, un majestuoso edificio modernista construido por Puig y Cadafalch convertido en hotel de lujo. Por el camino encontramos dos obras más del arquitecto, un oratorio a la Virgen de Gracia y una cruz de término al que mosén Cinto Verdaguer dedicó unas estrofas en su cántico «La Creu».
Dejamos las vistas del mar que se divisan desde el hotel continuando la ruta hasta un collado desde donde disfrutamos de la desembocadura del valle del Tordera y los relieves más orientales del macizo del Montnegre y el Corredor. Iniciamos el trayecto hacia el yacimiento de Montarbat pedaleando rodeados de vegetación autóctona, pinos piñoneros y encinas corcheras excepto en Puig Vilar que está repoblado de Eucaliptus con las consecuencias medioambientales que ello conlleva.
El yacimiento íbero de Montarbat está ubicado en la cima del mismo nombre desde donde el control del territorio es total. Estratégicamente desde esta atalaya se domina visualmente toda la depresión de la Selva, las laderas de las montañas que lo rodean (Montseny, Guilleries y Cabrerés), la parte occidental de las Gavarres y toda el bajo Tordera. Por lo tanto, los iberos que vivían controlaban dos de las vías de comunicación más importantes del país. Una era la vía Heraclea (posterior vía Augusta romana), que comunicaba la Península Ibérica con el resto de Europa. La otra era la vía marítima-fluvial que comunicaba el litoral con el interior del país por el eje de la Tordera-riera de Arbúcies.
Se trata de un asentamiento de más de 5.500 m² de superficie, ubicado en la parte más alta de la colina y adaptado en parte a la topografía del lugar. Se encuentra rodeado por una línea de muralla reforzada con un mínimo de dos torres. En el interior, se conocen sobre todo las casas situadas en el ángulo suroeste del poblado y las del área central, aunque varios restos afloran en una gran extensión, aún pendiente de excavar. Estas características hacen de Montbarbat uno de los grandes poblados ibéricos de la zona.
Nos vamos ahora hacia Vidreres. Nos dejamos caer por un bonito sendero que evitando la urbanización de Els pantans de Montarbat por la derecha nos baja a la llanura de Vidreres. La gran extensión plana ocupada por campos de cultivo con sus respectivos pozos para extraer agua nos deja disfrutar de una bonita postal formada por las montañas cercanas como el Montseny o las montañas del Espacio Natural de las Guilleries-Savassona o, más allá, del Pirineo comprendido entre el Puigmal y el Canigó.
En dirección a los relieves ponentinos del Macizo de Les Cadiretes pasamos por el Castillo de Sant Iscle, una fortificación del vizcondado de Cabrera que estuvo en funcionamiento entre los siglos XII y XV y que regía los destinos del término de Vidreres. Engullida durante tiempo por el bosque, las excavaciones y limpieza del entorno han puesto en evidencia una poderosa e importante edificación, de hecho, el segundo castillo más grande de la comarca de la Selva. Los resultados de las diferentes actuaciones llevadas a cabo son espectaculares: toda la planta baja del castillo, rodeada por cuatro torres esquineras y formada por varias estancias en torno a un patio porticado, había quedado sepultada por los escombros de los pisos superiores del propio castillo y se está reencontrando año tras año, así como se hizo con la capilla y como también se hará con el foso que rodea todo el conjunto.
Deshacemos el camino hasta la base del cerro y ganamos altura por buenas pistas hasta el pequeño núcleo de Caulès a los pies de Puig Ventòs, formado por un grupo de masías y la ermita prerrománica de Santa Susanna, desde donde se disfruta de buenas vistas sobre la depresión de la Selva y las montañas circundantes.
Seguimos remontando hasta un collado donde tomamos el camino viejo de Lloret que nos lleva hasta un collado, justo después de los restos de la casa Nova d’en Forners, construcción que da nombre al valle por el que nos deslizamos hasta las afueras de Lloret, concretamente hasta el Santuario de la Virgen de las Alegrías, la primera parroquia de la villa que fue consagrada, en 1079, hasta 1522, fecha en que se inauguró una nueva parroquia cerca de la playa.
Enero de 2020
CENTROS DE INTERÉS
Sant Pere del Bosc. Poblat Ibèric de Montbarbat. Castell de Sant Iscle. Santa Sussana de Caulès. Mare de Deu de les Alegries
RESTAURANTES / ALOJAMIENTOS
http://lloretdemar.org/ca/