Pallars Jussà PAJ 025_Senterada
Parc Nacional d’Aigúestortes i Estany de Sant Maurici. Roc de Sant Aventí.
Senterada – Puigcerver – Mentui – Montsor – Reguard – Senterada
Mapes Comarcals de Catalunya. Pallars Jussà. 1:50.000. Institut Cartogràfic de Catalunya (ICC).
Resumen
Distancia:30 km
Desnivel:1280 m
Tiempo:3 h 0 min
Dificultad:media
Despoblados a los pies del Roc de Sant Aventí
Una ruta para disfrutar de la bicicleta. Un viaje que es una terapia en sí mismo. Geografías de alta montaña en estado puro. Desfiladeros que parecen profundas heridas del paisaje. Acantilados vertiginosos de naturaleza conglomerada. Descubrimientos impensables como los despoblados de Puigcerver y Montsor. Y el singular Estany de Montcortès. Demasiados elementos para dejar escapar una ruta que exhuma belleza por todos los poros.
Despoblados a los pies del Roc de Sant Aventí
Una ruta para disfrutar de la bicicleta. Un viaje que es una terapia en sí mismo. Geografías de alta montaña en estado puro. Desfiladeros que parecen profundas heridas del paisaje. Acantilados vertiginosos de naturaleza conglomerada. Descubrimientos impensables como los despoblados de Puigcerver y Montsor. Y el singular Estany de Montcortès. Demasiados elementos para dejar escapar una ruta que exhuma belleza por todos los poros.
Cruzamos el Flamissell por el puente que lleva al camping de la población. El camino asfaltado nos sube cómodamente entre robles espigados que conviven con encinas y pinos. A medida que cogemos altura, la Vall Fosca y los relieves del Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici se hacen visibles. Mucho más aún desde Puigcerver, un excelso mirador del territorio que compite en igualdad de condiciones con Cèrvoles, ambos colgados sobre un acantilado sobre el valle, el uno frente a la otra.
La llegada al pueblo es sobrecogedora. La imagen de los muros de las casas derrumbadas haciendo equilibrio sobre el vacío sacude el cerebro. De pie quedan dos grandes casonas que contrastan vivamente con el resto del pueblo. En una de ellas la familia Turch elabora un queso de cabra excelente, totalmente ecológico, con leche de su rebaño que pasta libremente por los frondosos bosques que rodean el núcleo. Históricamente el pueblo formaba un recinto cerrado en el extremo de poniente, con una calle que llevaba siguiendo la cresta desde levante, que es por donde llegaba el camino. Encaramados en la cresta las panorámicas sobre el valle son aturdidoras. Los picos nevados lucen poderosos, de entre ellos el inconfundible Montsent de Pallars. En las vertientes soleada se acurrucan pequeños núcleos como Aguiró, Oveix o Antist. Y por poniente asoma la mole calcárea de la Avedoga de Adons, la cima de la abrupta Sierra de Sant Gervàs. Cuanta magnificencia al inicio de la ruta. ¡Y no acaban aquí las sorpresas!
Nuestro camino hacia Mentui es también un trayecto precioso. Pedaleamos por la umbría del Roc de Sant Aventí siguiendo un antiguo camino de herradura que se desliza por un bosque de frondosa vegetación que engulle al viajero. La neblina que envuelve el ambiente por la falta de luz y la humedad llena el paisaje de magia.
Llegamos al pequeño núcleo rural de Mentui. Lo más destacado es su iglesia parroquial dedicada a Sant Antoni Abad. Continuamos hasta el Estany de Montcortés. Un paraje idílico totalmente inusual ya que es una formación de origen cárstico que junto con los estanques de Basturs es el único de origen no glaciar de los Pirineos.
Deshacemos un tramo de camino continuando por la apacible carretera que lleva a Perecalç. El paisaje cambia repentinamente justo atravesada la cresta de la sierra de Perecalç. Una pequeña meseta acoge pequeñas praderas donde pastan sosegadamente rebaños de vacas imperturbables. También las panorámicas crecen como setas, sobre todo desde el Pla de Llac, un fantástico lugar desde donde contemplar las maravillas que nos rodean. Nuevos relieves montañosos se insinúan en la lejanía, a poniente el macizo del Turbón y las cimas de la Maladeta son bien visibles e identificables.
Seguimos por la cresta en dirección a la cumbre del Roc de Sant Aventí que rodeamos por la derecha. El paisaje hacia mediodía cambia significativamente. A la derecha de la cresta, los relieves conglomerados que se desprenden del Pic de Lleràs se muestran desafiantes desde sus paredes verticales. Pasado el Tossalet las panorámicas se multiplican. A levante el Boumort domina el territorio. La morfología suave de la sierra en la parte alta contrasta con los relieves que se hunden de repente hacia la Noguera Pallaresa formando el desfiladero de Collegats que, desde nuestra altura, parece una gran herida infligida al paisaje que no quiere cerrarse. Una morfología singular especialmente bella.
Y hacia el mediodía, a nuestros pies, hay Montsor, un pueblo deshabitado donde las paredes luchan estoicamente contra el embate del paso del tiempo, negándose a desaparecer para siempre. Situado en un lugar salvaje y solitario, el pueblo es un excelente balcón a la gran cuenca del Pallars Jussà, el pantano de Sant Antoni e incluso podemos ver al fondo, el pantano de Cellers y la sierra del Montsec, barrera meridional de la comarca.
Dejamos la pista del pueblo a la izquierda y nos hundimos hacia el valle del Flamissell navegando por los relieves que definen la vertiente oeste del Roc de Aventí. Una bonita bajada que evitando el desfiladero de Erinyà nos deja en el núcleo de Reguard, un pueblo habitado pero casi despoblado, desde donde tomamos el hermoso camino de herradura que haciendo lazadas subía desde el fondo del valle.
La carretera de Senterada pone punto y final a una gran ruta, muy grande.
Noviembre de 2018
CENTROS DE INTERÉS
San Salvador de Puigcerver. San Antonio Abad de Mentui. Estanque de Montcortès. Sant Feliu de Reguard
ALOJAMIENTOS / RESTAURANTES
http://www.senterada.cat/
Una ruta para disfrutar de la bicicleta. Un viaje que es una terapia en sí mismo. Geografías de alta montaña en estado puro. Desfiladeros que parecen profundas heridas del paisaje. Acantilados vertiginosos de naturaleza conglomerada. Descubrimientos impensables como los despoblados de Puigcerver y Montsor. Y el singular Estany de Montcortès. Demasiados elementos para dejar escapar una ruta que exhuma belleza por todos los poros.
Una ruta para disfrutar de la bicicleta. Un viaje que es una terapia en sí mismo. Geografías de alta montaña en estado puro. Desfiladeros que parecen profundas heridas del paisaje. Acantilados vertiginosos de naturaleza conglomerada. Descubrimientos impensables como los despoblados de Puigcerver y Montsor. Y el singular Estany de Montcortès. Demasiados elementos para dejar escapar una ruta que exhuma belleza por todos los poros.
Cruzamos el Flamissell por el puente que lleva al camping de la población. El camino asfaltado nos sube cómodamente entre robles espigados que conviven con encinas y pinos. A medida que cogemos altura, la Vall Fosca y los relieves del Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici se hacen visibles. Mucho más aún desde Puigcerver, un excelso mirador del territorio que compite en igualdad de condiciones con Cèrvoles, ambos colgados sobre un acantilado sobre el valle, el uno frente a la otra.
La llegada al pueblo es sobrecogedora. La imagen de los muros de las casas derrumbadas haciendo equilibrio sobre el vacío sacude el cerebro. De pie quedan dos grandes casonas que contrastan vivamente con el resto del pueblo. En una de ellas la familia Turch elabora un queso de cabra excelente, totalmente ecológico, con leche de su rebaño que pasta libremente por los frondosos bosques que rodean el núcleo. Históricamente el pueblo formaba un recinto cerrado en el extremo de poniente, con una calle que llevaba siguiendo la cresta desde levante, que es por donde llegaba el camino. Encaramados en la cresta las panorámicas sobre el valle son aturdidoras. Los picos nevados lucen poderosos, de entre ellos el inconfundible Montsent de Pallars. En las vertientes soleada se acurrucan pequeños núcleos como Aguiró, Oveix o Antist. Y por poniente asoma la mole calcárea de la Avedoga de Adons, la cima de la abrupta Sierra de Sant Gervàs. Cuanta magnificencia al inicio de la ruta. ¡Y no acaban aquí las sorpresas!
Nuestro camino hacia Mentui es también un trayecto precioso. Pedaleamos por la umbría del Roc de Sant Aventí siguiendo un antiguo camino de herradura que se desliza por un bosque de frondosa vegetación que engulle al viajero. La neblina que envuelve el ambiente por la falta de luz y la humedad llena el paisaje de magia.
Llegamos al pequeño núcleo rural de Mentui. Lo más destacado es su iglesia parroquial dedicada a Sant Antoni Abad. Continuamos hasta el Estany de Montcortés. Un paraje idílico totalmente inusual ya que es una formación de origen cárstico que junto con los estanques de Basturs es el único de origen no glaciar de los Pirineos.
Deshacemos un tramo de camino continuando por la apacible carretera que lleva a Perecalç. El paisaje cambia repentinamente justo atravesada la cresta de la sierra de Perecalç. Una pequeña meseta acoge pequeñas praderas donde pastan sosegadamente rebaños de vacas imperturbables. También las panorámicas crecen como setas, sobre todo desde el Pla de Llac, un fantástico lugar desde donde contemplar las maravillas que nos rodean. Nuevos relieves montañosos se insinúan en la lejanía, a poniente el macizo del Turbón y las cimas de la Maladeta son bien visibles e identificables.
Seguimos por la cresta en dirección a la cumbre del Roc de Sant Aventí que rodeamos por la derecha. El paisaje hacia mediodía cambia significativamente. A la derecha de la cresta, los relieves conglomerados que se desprenden del Pic de Lleràs se muestran desafiantes desde sus paredes verticales. Pasado el Tossalet las panorámicas se multiplican. A levante el Boumort domina el territorio. La morfología suave de la sierra en la parte alta contrasta con los relieves que se hunden de repente hacia la Noguera Pallaresa formando el desfiladero de Collegats que, desde nuestra altura, parece una gran herida infligida al paisaje que no quiere cerrarse. Una morfología singular especialmente bella.
Y hacia el mediodía, a nuestros pies, hay Montsor, un pueblo deshabitado donde las paredes luchan estoicamente contra el embate del paso del tiempo, negándose a desaparecer para siempre. Situado en un lugar salvaje y solitario, el pueblo es un excelente balcón a la gran cuenca del Pallars Jussà, el pantano de Sant Antoni e incluso podemos ver al fondo, el pantano de Cellers y la sierra del Montsec, barrera meridional de la comarca.
Dejamos la pista del pueblo a la izquierda y nos hundimos hacia el valle del Flamissell navegando por los relieves que definen la vertiente oeste del Roc de Aventí. Una bonita bajada que evitando el desfiladero de Erinyà nos deja en el núcleo de Reguard, un pueblo habitado pero casi despoblado, desde donde tomamos el hermoso camino de herradura que haciendo lazadas subía desde el fondo del valle.
La carretera de Senterada pone punto y final a una gran ruta, muy grande.
Noviembre de 2018
CENTROS DE INTERÉS
San Salvador de Puigcerver. San Antonio Abad de Mentui. Estanque de Montcortès. Sant Feliu de Reguard
ALOJAMIENTOS / RESTAURANTES
http://www.senterada.cat/