Pla de l`Estany PLE 008_Porqueres
Serra de Sant Pallari. Muntanyes de Rocacorba
Porqueres — Pujarnol — Collet de Pujarnol — Santuari de Rocacorba — Foleià — Biert — Collet de l’Asprell — Banyoles — Porqueres
Mapes Comarcals de Catalunya. Pla de l’Estany. 1:50.000. Institut Cartogràfic de Catalunya (ICC).
http://srv.icgc.cat/vissir3/
Resumen
Distancia:38 km
Desnivel:1425 m
Tiempo:4 h 45 min
Dificultad:difícil
Puigsou, la cima del Gironès
Propuesta que sube a la Muntanya de Rocacorba y a su punto culminante, el Puigsou, cimadal de generosas panorámicas que señorea la ciudad de Banyoles y sus alrededores. Durante la ascensión coronamos la cima de Sant Patallari y visitamos el castillo e iglesia de Pujarnol. El regreso se hace por un sendero de bella factura que sale del icónico santuario de Rocacorba y que agradará a los amantes de esta modalidad.
Iniciamos la ruta en l... Puigsou, la cima del Gironès
Propuesta que sube a la Muntanya de Rocacorba y a su punto culminante, el Puigsou, cimadal de generosas panorámicas que señorea la ciudad de Banyoles y sus alrededores. Durante la ascensión coronamos la cima de Sant Patallari y visitamos el castillo e iglesia de Pujarnol. El regreso se hace por un sendero de bella factura que sale del icónico santuario de Rocacorba y que agradará a los amantes de esta modalidad.
Iniciamos la ruta en la iglesia parroquial de Santa María de Porqueres, situada junto al lago de Banyoles, frente al antiguo castillo de Porqueres y junto al edificio independiente de la rectoría. Vamos a buscar una pista pedaleando en dirección a poniente hacia la Sierra de Sant Pallari, primer objetivo de la ruta.
Subimos hacia la montaña por un camino cimentado que lleva a la masía de Can Lluti desde donde continuamos subiendo por una buena pista con algún tramo de fuerte pendiente. Más adelante, pasado Can Lluti, nos desviamos por un camino más laborioso que nos lleva a las ruinas de la masía de Can Paiella, tan emboscadas que incluso cuesta ver los antiguos bancales. Can Paiella, como otras muchas masías situadas a media montaña, era de difícil acceso y los masoveros vivían precariamente de lo poco que daba el bosque y la tierra, donde cultivaban trigo, avena y maíz, y la cría de bueyes como animales de trabajo para vender. Tan dura era la vida que había una expresión, “Ocho días en Can Paiella”, que muchas familias de Banyoles decían a los niños que eran desganados o un poco chubas. Lo que si debían alimentar a los masoveros es el alma ya que sin árboles que escondan las vistas, desde la masía ¡la panorámica hacia Banyoles debió de ser excelente.
Reencontramos de nuevo la pista que hemos dejado y remontamos hasta la cima de Sant Patllari, un lugar con vistas al Pirineo coronado por la pequeña ermita románica del mismo nombre. Parece que en un principio era la capilla castellera de una fortaleza llamada Specula, documentada en 1182. En 1727 se realizaron unas remodelaciones que dieron el aspecto actual al templo. Se tiene noticia de la presencia de ermitaños hasta la segunda mitad del siglo XIX. Deshacemos el camino y bajamos hasta encontrar la pequeña carretera que lleva al lugar de Pujarnol, escrito como Podio Ariulfi o Arnulfi, documentado desde 1017 y todos los documentos hacen referencia al término centrado por la iglesia parroquial de Sant Cebrià y el castillo, o casa fortificada, situado al lado y actualmente nombrada Torre de Pujarnols.
Continuamos por carretera hasta el objetivo principal la cima de Puigsou, fácilmente identificable por los repetidores que lo coronan. Ascensión lenta que invita a la introspección ya que el silencio, sólo quebrado por los ciclistas de carretera que suben y bajan, esta cima es un clásico desde Banyoles, y las imágenes panorámicas que se vislumbran entre el desnudo arboledo, hacia el Canigó y el valle de Mieres, nos ayudan a disminuir la dura sensación de progresar por asfalto en BTT.
Una vez en la cima disfrutamos de la panorámica del Alt Empordà que se divisa desde el techo comarcal del Gironès. Ahora que para vistas generosas las que se tienen desde el santuario de Rocacorba, construido en el s. XVIII sobre un antiguo Castillo del s. XI. Tiene una sola nave y guarda la réplica de la imagen gótica que representa a la Virgen de la Pera.
Si tiene la suerte de encontrar abierta la hospedería, todo el conjunto está ubicado sobre una cima rocosa en forma de proa de barco, disfrutará de unas vistas espectaculares del territorio. En dirección opuesta a las agujas del reloj la mirada abarca todo el Alt Empordà, desde el Montgrí hasta las Salinas pasando por las Islas Medas, las Gavarres, el Golfo de Roses, Serra de Rodes y las Alberes; hacia el norte podemos identificar claramente el Mont —el Canigó queda escondido por el Puigsou—, Puigmal, Puigsacalm, Cabreres, Montseny, el Far y las Guilleries; y hacia el sur más destacan el macizo de Cadiretes y el Montnegre. Si lo encuentra cerrado se puede subir a la cima al otro lado del santuario. El Santuario de Rocacorba se construyó en el s. XVIII sobre un antiguo Castillo del s. XI. Tiene una sola nave, y guarda la réplica de la imagen gótica que representa a la Virgen de la Pera.
Continuamos la ruta por el sendero que baja al vecindario de Foleia, un bonito sendero con algunos tramos de escalones de roca, excesivamente altos, que deben realizarse a pie. En general, la mayor parte del trayecto se puede realizar sobre la bici con un mínimo de técnica. Un camino delicioso por la umbría de un exuberante encinar con afloramientos rocosos sobrevolando los relieves abruptos y verticales de la montaña que harán las delicias de los amantes de este tipo de caminos; opcionalmente se puede evitar este tramo y, a la vez, acortar la ruta volviendo al Pla de Martís tomando la pista que sale a tocar de un monolito de roca y que nos dejará en el ancho collado de can Ramaió, punto de paso desde Foleià.
De Foleià seguimos un atractivo camino emboscado y sombrío que nos conecta con la masía La Cadalt. Bajamos hasta el collado de Can Ramaió y Biert, pueblo formado por algunas masías dispersas que todavía quedan habitadas y la parroquia de Sant Martí de Biert, mencionada en el siglo X. Nos dejamos caer en fuerte pendiente en el fondo del angosto valle del Revardido. Subida por pista buena pero empinada hasta los pies del Collet de Can Gelada donde dejamos la pista por un bonito y entretenido camino que nos lleva al Collet de l'Asprell.
Descenso hasta la plana y, conectando caminos diferentes, pasamos por Vil·la romana de Vilauba y el antiguo balneario de Banyoles desde donde llegamos al bellísimo e icónico Estanque de la ciudad que perfilamos para volver al punto de salida.
Febrero de 2024
CENTROS DE INTERÉS
Sant Pallari. Sant Cebrià de Pujarnols. Castillo o Torre de Pujarnols. Sant Nicolau. Sant Maria de Rocacorba. Castillo de Rocacorba. Sant Martí de Biert. Villa romana de Vilauba
RESTAURANTES / ALOJAMIENTOS
https://turisme.banyoles.cat/ca-es/
Propuesta que sube a la Muntanya de Rocacorba y a su punto culminante, el Puigsou, cimadal de generosas panorámicas que señorea la ciudad de Banyoles y sus alrededores. Durante la ascensión coronamos la cima de Sant Patallari y visitamos el castillo e iglesia de Pujarnol. El regreso se hace por un sendero de bella factura que sale del icónico santuario de Rocacorba y que agradará a los amantes de esta modalidad.
Iniciamos la ruta en l... Puigsou, la cima del Gironès
Propuesta que sube a la Muntanya de Rocacorba y a su punto culminante, el Puigsou, cimadal de generosas panorámicas que señorea la ciudad de Banyoles y sus alrededores. Durante la ascensión coronamos la cima de Sant Patallari y visitamos el castillo e iglesia de Pujarnol. El regreso se hace por un sendero de bella factura que sale del icónico santuario de Rocacorba y que agradará a los amantes de esta modalidad.
Iniciamos la ruta en la iglesia parroquial de Santa María de Porqueres, situada junto al lago de Banyoles, frente al antiguo castillo de Porqueres y junto al edificio independiente de la rectoría. Vamos a buscar una pista pedaleando en dirección a poniente hacia la Sierra de Sant Pallari, primer objetivo de la ruta.
Subimos hacia la montaña por un camino cimentado que lleva a la masía de Can Lluti desde donde continuamos subiendo por una buena pista con algún tramo de fuerte pendiente. Más adelante, pasado Can Lluti, nos desviamos por un camino más laborioso que nos lleva a las ruinas de la masía de Can Paiella, tan emboscadas que incluso cuesta ver los antiguos bancales. Can Paiella, como otras muchas masías situadas a media montaña, era de difícil acceso y los masoveros vivían precariamente de lo poco que daba el bosque y la tierra, donde cultivaban trigo, avena y maíz, y la cría de bueyes como animales de trabajo para vender. Tan dura era la vida que había una expresión, “Ocho días en Can Paiella”, que muchas familias de Banyoles decían a los niños que eran desganados o un poco chubas. Lo que si debían alimentar a los masoveros es el alma ya que sin árboles que escondan las vistas, desde la masía ¡la panorámica hacia Banyoles debió de ser excelente.
Reencontramos de nuevo la pista que hemos dejado y remontamos hasta la cima de Sant Patllari, un lugar con vistas al Pirineo coronado por la pequeña ermita románica del mismo nombre. Parece que en un principio era la capilla castellera de una fortaleza llamada Specula, documentada en 1182. En 1727 se realizaron unas remodelaciones que dieron el aspecto actual al templo. Se tiene noticia de la presencia de ermitaños hasta la segunda mitad del siglo XIX. Deshacemos el camino y bajamos hasta encontrar la pequeña carretera que lleva al lugar de Pujarnol, escrito como Podio Ariulfi o Arnulfi, documentado desde 1017 y todos los documentos hacen referencia al término centrado por la iglesia parroquial de Sant Cebrià y el castillo, o casa fortificada, situado al lado y actualmente nombrada Torre de Pujarnols.
Continuamos por carretera hasta el objetivo principal la cima de Puigsou, fácilmente identificable por los repetidores que lo coronan. Ascensión lenta que invita a la introspección ya que el silencio, sólo quebrado por los ciclistas de carretera que suben y bajan, esta cima es un clásico desde Banyoles, y las imágenes panorámicas que se vislumbran entre el desnudo arboledo, hacia el Canigó y el valle de Mieres, nos ayudan a disminuir la dura sensación de progresar por asfalto en BTT.
Una vez en la cima disfrutamos de la panorámica del Alt Empordà que se divisa desde el techo comarcal del Gironès. Ahora que para vistas generosas las que se tienen desde el santuario de Rocacorba, construido en el s. XVIII sobre un antiguo Castillo del s. XI. Tiene una sola nave y guarda la réplica de la imagen gótica que representa a la Virgen de la Pera.
Si tiene la suerte de encontrar abierta la hospedería, todo el conjunto está ubicado sobre una cima rocosa en forma de proa de barco, disfrutará de unas vistas espectaculares del territorio. En dirección opuesta a las agujas del reloj la mirada abarca todo el Alt Empordà, desde el Montgrí hasta las Salinas pasando por las Islas Medas, las Gavarres, el Golfo de Roses, Serra de Rodes y las Alberes; hacia el norte podemos identificar claramente el Mont —el Canigó queda escondido por el Puigsou—, Puigmal, Puigsacalm, Cabreres, Montseny, el Far y las Guilleries; y hacia el sur más destacan el macizo de Cadiretes y el Montnegre. Si lo encuentra cerrado se puede subir a la cima al otro lado del santuario. El Santuario de Rocacorba se construyó en el s. XVIII sobre un antiguo Castillo del s. XI. Tiene una sola nave, y guarda la réplica de la imagen gótica que representa a la Virgen de la Pera.
Continuamos la ruta por el sendero que baja al vecindario de Foleia, un bonito sendero con algunos tramos de escalones de roca, excesivamente altos, que deben realizarse a pie. En general, la mayor parte del trayecto se puede realizar sobre la bici con un mínimo de técnica. Un camino delicioso por la umbría de un exuberante encinar con afloramientos rocosos sobrevolando los relieves abruptos y verticales de la montaña que harán las delicias de los amantes de este tipo de caminos; opcionalmente se puede evitar este tramo y, a la vez, acortar la ruta volviendo al Pla de Martís tomando la pista que sale a tocar de un monolito de roca y que nos dejará en el ancho collado de can Ramaió, punto de paso desde Foleià.
De Foleià seguimos un atractivo camino emboscado y sombrío que nos conecta con la masía La Cadalt. Bajamos hasta el collado de Can Ramaió y Biert, pueblo formado por algunas masías dispersas que todavía quedan habitadas y la parroquia de Sant Martí de Biert, mencionada en el siglo X. Nos dejamos caer en fuerte pendiente en el fondo del angosto valle del Revardido. Subida por pista buena pero empinada hasta los pies del Collet de Can Gelada donde dejamos la pista por un bonito y entretenido camino que nos lleva al Collet de l'Asprell.
Descenso hasta la plana y, conectando caminos diferentes, pasamos por Vil·la romana de Vilauba y el antiguo balneario de Banyoles desde donde llegamos al bellísimo e icónico Estanque de la ciudad que perfilamos para volver al punto de salida.
Febrero de 2024
CENTROS DE INTERÉS
Sant Pallari. Sant Cebrià de Pujarnols. Castillo o Torre de Pujarnols. Sant Nicolau. Sant Maria de Rocacorba. Castillo de Rocacorba. Sant Martí de Biert. Villa romana de Vilauba
RESTAURANTES / ALOJAMIENTOS
https://turisme.banyoles.cat/ca-es/