Noguera NOG 034_Baronia de Rialb
Capçalera del Rialb. Serra d’Aubenç. Pla de Tolustre. Serra de Carreu
Sant Martí de Terrassola — Gavarra — Coll de Conseu — Carreu — Sant Martí de Terrassola
Mapes Comarcals de Catalunya. Noguera. 1:50.000. Institut Cartogràfic de Catalunya (ICC).
http://srv.icgc.cat/vissir3/
Resumen
Distancia:41 km
Desnivel:1530 m
Tiempo:5 h 0 min
Dificultad:difícil
Rodando entre riscos. Vuelta al Valle de Carreu. Castillo de Carreu???
Ruta de intensa belleza, sobrecogedora y muy solitaria pedaleando por un paisaje donde la naturaleza ha modelado un territorio montañoso de profundos barrancos prácticamente inaccesibles rodeados de verticales riscales. Un trayecto que empieza en el valle del Rialb y rodea totalmente el agreste valle de Carreu con el objetivo puesto en la aldea de Carreu. Una aventura no apta para todos.
El tr... Rodando entre riscos. Vuelta al Valle de Carreu. Castillo de Carreu¬¬¬
Ruta de intensa belleza, sobrecogedora y muy solitaria pedaleando por un paisaje donde la naturaleza ha modelado un territorio montañoso de profundos barrancos prácticamente inaccesibles rodeados de verticales riscales. Un trayecto que empieza en el valle del Rialb y rodea totalmente el agreste valle de Carreu con el objetivo puesto en la aldea de Carreu. Una aventura no apta para todos.
El trayecto tiene dos cortos tramos donde se debe descabalgar de la bicicleta para visitar los dos objetivos de la ruta, el pequeño pueblo de Gavarra y la aldea de Carreu. La variante que le proponemos evita estos dos tramos pero no pasa por los dos centros de interés.
Salimos de la ermita de Sant Martí de Terrassola o del Puig —o el parking nº 44 en el arcen del camino—hasta encontrar el cauce del río Rialb que atravesamos. Subimos por el Barranco de l’Alzina, nombre que toma de la finca que dedica parte de su actividad al cultivo de la encina trufera. Más allá dejamos la pista principal por una de pendiente constante y firme irregular de cantos rodados que obliga a trabajar duro la ascensión. A medida que ganamos altura disfrutamos de una bonita imagen de la niebla tapizando la Depresión Central desde la Segarra al Segrià, una masa blanca de perfil horizontal que realza los relieves y valles que se abren ante nuestra mirada.
La fuerte subida termina en la cresta de la sierra de Les Tres Creus. Nos desviamos momentáneamente para disfrutar del espectáculo paisajístico que tenemos en frente y que caracteriza el ADN de este territorio, profundas y angostas barrancadas cerradas por paredes verticales: mirando al norte vemos claramente los riscos de la cabecera del Rialb por debajo de los cuales pasaremos a la vuelta y los del escarpado barranco de Carreu coronado por el pueblo de Gavarra, hacia donde vamos.
Continuamos por un camino de pendientes más amables aunque el firme no mejora hasta que encontramos, en el lugar conocido como la Fossa dels Tres Senyors, la pista que conecta el Valle de Rialb con Gavarra. Estamos a la vista del pueblo pero no llegaremos por el camino principal sino por el antiguo camino carretero que llegaba pasando por el torrente de Gavarra. Las rocas y árboles que hay en medio del camino llegando al fondo de la torrentera, debajo mismo del pueblo, nos obligan a bajar de la bici. Los muros de piedra seca que soportan las partes más aéreas confirman que era un vial transitado. También los bancales colonizados por la vegetación al otro lado del torrente demuestran que estos terrenos eran cultivados en tiempos no tan lejanos.
Seguimos a pie intuitivamente un sendero que atraviesa el torrente varias veces y conecta con una pista que nos permite llegar a Gavarra sobre la bicicleta. La calma que se respira entre los muros de las pocas casas es total. En lo alto destacan del conjunto de casas que forman el núcleo un casal de aspecto medieval, que se piensa que podría ser algún resto del antiguo castillo, y la iglesia de Sant Sadurní. A pesar del aislamiento del pueblo, en Gavarra existió desde el s. XII el priorato-pedido de San Salvador de Isot, cuya primera mención data de 1190. Entre las pocas noticias que nos han llegado de esta comanda, se sabe que en 1202 residía en Isot una comunidad mixta, y que un poco más tarde el comendador de Isot era el mismo que el de las casas hospitalarias de Costoja y Berga.
Continuamos la ruta, ahora por pistas mucho más rodantes. Bajamos hasta la Font d'Isot. Una mirada observadora podrá identificar los restos arquitectónicos de la casa de San Salvador de Isot justo antes de llegar. Remontamos hasta el Pla de Tolustre, un generoso regalo de la naturaleza a los pies de la vertiente más amable de la Sierra de Aubenç que contrasta con los ásperos relieves de este territorio. Esta pequeña llanura que exuda magia y belleza por todas partes es un lugar idílico lleno de calma que enamora. Aunque la vida parece detenida, algunas masías y la tierra nos confirman que no estamos en territorio totalmente abandonado. Mientras atravesamos el aislado llano, inmersos en un silencio casi sepulcral, encontramos a la izquierda, entre la gran extensión cultivada con encinas truferas, los restos de la antigua capilla de Sant Miquel, popularmente conocida como “Iglesia rònega”, de la que sólo quedan algunos sillares bien alineados de lo que fue el ábside.
Al final del llano la ruta cambia de dirección y nos sube envueltos en hermoso bosque de pino silvestre a Coll de Conseu donde encontramos la pequeña carretera que sube de Gavarra. La seguimos un tramo agradeciendo la pedalada cómoda que el asfalto regala. Y no sólo eso, en ese corto tramo pavimentado disfrutamos de la mejor panorámica del día. Una preciosa postal centrada por el singular valle de Valldarques perfectamente delimitado por los riscales que el río ha esculpido. Este bonito valle queda enmarcado a su vez por los verticales riscales de la Sierra de Sant Joan a un lado y las pendientes escarpadas de la Sierra de Aubenç, al otro. Y más allá, en el fondo de la imagen, las sierras del Cadí y Port del Comte.
Remontamos el Serrat de Porredon por una pista poco definida para conectar con la pista que nos baja al bucólico sitio donde se ubica la masía de Coborriu. Continuamos la ruta en dirección sur enganchados a la cresta de la Sierra de Carreu. A medida que avanzamos el valle surcado por el Torrente de Carreu se hace cada vez más profundo. En momentos puntuales tenemos también a la derecha una buena vista del profundo Valle de Rialb cerrado por verticales riscales y la Sierra de Carreu, nombre coincidente con el de la sierra por la que pedaleamos, y vertebradora del incipiente Rialb (río blanco) .
Llegamos a un rellano donde se ubica la aldea de Carreu. Desde la distancia la masía y los cobertizos, la ermita y los restos de la torre del antiguo castillo forman un conjunto armónico con el paisaje. Desgraciadamente el entorno está bastante dejado, maquinaria oxidada, objetos en desuso y otros elementos totalmente inútiles deslucen el conjunto arquitectónico. Sillar fue un lugar importante. A pesar de la denominación de dos lugares cercanos con la misma denominación de Carreu, se puede establecer que el castillo de Carreu, lugar mencionado en el año 1046 como límite del castillo de Gavarra, fue legado por Ramon Guillem de Taús, en su testamento de 1094, a su esposa Ermengarda. En 1221 Elisenda de Sallent dio el castillo de Carreu a la casa de la orden del Hospital de Isot, de la baronía de Rialb, con sus términos y habitantes, en franco alou.
Los restos de la torre del antiguo Castell recuerda las numerosas torres que se construyeron a medida que se conquistaban nuevas tierras a los sarracenos. Estas edificaciones se construyeron desde finales del siglo X y, especialmente, durante el siglo XI. Tampoco se puede rechazar la posibilidad de que fuera la fortificación del señor del lugar, hecha en el siglo XI o XII
Reencontramos la cresta de la Sierra de Carreu y perdemos altura rápidamente. Rodeamos la línea de riscales de la vertiente occidental de la sierra encadenando pistas cada vez más desdibujadas por la falta de uso con el objetivo de bajar al fondo del valle esculpido por el Rialb. La niebla en la llanura sigue inamovible. La pista termina bajo las paredes de la Roca Encantada y aparentemente no hay continuidad. Hay que ir a la izquierda penetrando en el bosque una decena de metros, hay un tronco de un árbol muerto en el suelo como referencia, hasta encontrar una rampa que parece de un antiguo camino ahora bastante desdibujado. Perdemos altura siguiendo el track y las trazas más evidentes, muchas veces sobre la bici y las mismas a pie, hasta encontrar una antigua pista debajo mismo de la Agulla Encantada, una aguja separada del riscal. Este antiguo camino conecta con la pista que nos permitirá atravesar el Rialb y terminar la ruta siguiendo por la margen derecha del río.
En el margen derecho del río encontramos al principio un tramo con una subida fatigosa, afortunadamente asfaltado, para salvar el profundo desfiladero. este trayecto que además nos ofrece un último regalo: dos joyas románicas, Sant Salvador de Mas Barrat, de aspecto ruinoso, y Sant Martí del Puig, en fase de restauración, y final de una ruta muy recomendable
Diciembre de 2024
CENTROS DE INTERÉS
San Sadurní o San Serni de Gavarra. San Salvador de Isot. San Miguel del Pla de Tolustre. San Salvador del Mas Barrat. San Martín de Terrassola o del Puig
ALOJAMIENTOS / RESTAURANTES
https://www.ponts.cat/serveis/alojamiento-y-restauracio
Ruta de intensa belleza, sobrecogedora y muy solitaria pedaleando por un paisaje donde la naturaleza ha modelado un territorio montañoso de profundos barrancos prácticamente inaccesibles rodeados de verticales riscales. Un trayecto que empieza en el valle del Rialb y rodea totalmente el agreste valle de Carreu con el objetivo puesto en la aldea de Carreu. Una aventura no apta para todos.
El tr... Rodando entre riscos. Vuelta al Valle de Carreu. Castillo de Carreu¬¬¬
Ruta de intensa belleza, sobrecogedora y muy solitaria pedaleando por un paisaje donde la naturaleza ha modelado un territorio montañoso de profundos barrancos prácticamente inaccesibles rodeados de verticales riscales. Un trayecto que empieza en el valle del Rialb y rodea totalmente el agreste valle de Carreu con el objetivo puesto en la aldea de Carreu. Una aventura no apta para todos.
El trayecto tiene dos cortos tramos donde se debe descabalgar de la bicicleta para visitar los dos objetivos de la ruta, el pequeño pueblo de Gavarra y la aldea de Carreu. La variante que le proponemos evita estos dos tramos pero no pasa por los dos centros de interés.
Salimos de la ermita de Sant Martí de Terrassola o del Puig —o el parking nº 44 en el arcen del camino—hasta encontrar el cauce del río Rialb que atravesamos. Subimos por el Barranco de l’Alzina, nombre que toma de la finca que dedica parte de su actividad al cultivo de la encina trufera. Más allá dejamos la pista principal por una de pendiente constante y firme irregular de cantos rodados que obliga a trabajar duro la ascensión. A medida que ganamos altura disfrutamos de una bonita imagen de la niebla tapizando la Depresión Central desde la Segarra al Segrià, una masa blanca de perfil horizontal que realza los relieves y valles que se abren ante nuestra mirada.
La fuerte subida termina en la cresta de la sierra de Les Tres Creus. Nos desviamos momentáneamente para disfrutar del espectáculo paisajístico que tenemos en frente y que caracteriza el ADN de este territorio, profundas y angostas barrancadas cerradas por paredes verticales: mirando al norte vemos claramente los riscos de la cabecera del Rialb por debajo de los cuales pasaremos a la vuelta y los del escarpado barranco de Carreu coronado por el pueblo de Gavarra, hacia donde vamos.
Continuamos por un camino de pendientes más amables aunque el firme no mejora hasta que encontramos, en el lugar conocido como la Fossa dels Tres Senyors, la pista que conecta el Valle de Rialb con Gavarra. Estamos a la vista del pueblo pero no llegaremos por el camino principal sino por el antiguo camino carretero que llegaba pasando por el torrente de Gavarra. Las rocas y árboles que hay en medio del camino llegando al fondo de la torrentera, debajo mismo del pueblo, nos obligan a bajar de la bici. Los muros de piedra seca que soportan las partes más aéreas confirman que era un vial transitado. También los bancales colonizados por la vegetación al otro lado del torrente demuestran que estos terrenos eran cultivados en tiempos no tan lejanos.
Seguimos a pie intuitivamente un sendero que atraviesa el torrente varias veces y conecta con una pista que nos permite llegar a Gavarra sobre la bicicleta. La calma que se respira entre los muros de las pocas casas es total. En lo alto destacan del conjunto de casas que forman el núcleo un casal de aspecto medieval, que se piensa que podría ser algún resto del antiguo castillo, y la iglesia de Sant Sadurní. A pesar del aislamiento del pueblo, en Gavarra existió desde el s. XII el priorato-pedido de San Salvador de Isot, cuya primera mención data de 1190. Entre las pocas noticias que nos han llegado de esta comanda, se sabe que en 1202 residía en Isot una comunidad mixta, y que un poco más tarde el comendador de Isot era el mismo que el de las casas hospitalarias de Costoja y Berga.
Continuamos la ruta, ahora por pistas mucho más rodantes. Bajamos hasta la Font d'Isot. Una mirada observadora podrá identificar los restos arquitectónicos de la casa de San Salvador de Isot justo antes de llegar. Remontamos hasta el Pla de Tolustre, un generoso regalo de la naturaleza a los pies de la vertiente más amable de la Sierra de Aubenç que contrasta con los ásperos relieves de este territorio. Esta pequeña llanura que exuda magia y belleza por todas partes es un lugar idílico lleno de calma que enamora. Aunque la vida parece detenida, algunas masías y la tierra nos confirman que no estamos en territorio totalmente abandonado. Mientras atravesamos el aislado llano, inmersos en un silencio casi sepulcral, encontramos a la izquierda, entre la gran extensión cultivada con encinas truferas, los restos de la antigua capilla de Sant Miquel, popularmente conocida como “Iglesia rònega”, de la que sólo quedan algunos sillares bien alineados de lo que fue el ábside.
Al final del llano la ruta cambia de dirección y nos sube envueltos en hermoso bosque de pino silvestre a Coll de Conseu donde encontramos la pequeña carretera que sube de Gavarra. La seguimos un tramo agradeciendo la pedalada cómoda que el asfalto regala. Y no sólo eso, en ese corto tramo pavimentado disfrutamos de la mejor panorámica del día. Una preciosa postal centrada por el singular valle de Valldarques perfectamente delimitado por los riscales que el río ha esculpido. Este bonito valle queda enmarcado a su vez por los verticales riscales de la Sierra de Sant Joan a un lado y las pendientes escarpadas de la Sierra de Aubenç, al otro. Y más allá, en el fondo de la imagen, las sierras del Cadí y Port del Comte.
Remontamos el Serrat de Porredon por una pista poco definida para conectar con la pista que nos baja al bucólico sitio donde se ubica la masía de Coborriu. Continuamos la ruta en dirección sur enganchados a la cresta de la Sierra de Carreu. A medida que avanzamos el valle surcado por el Torrente de Carreu se hace cada vez más profundo. En momentos puntuales tenemos también a la derecha una buena vista del profundo Valle de Rialb cerrado por verticales riscales y la Sierra de Carreu, nombre coincidente con el de la sierra por la que pedaleamos, y vertebradora del incipiente Rialb (río blanco) .
Llegamos a un rellano donde se ubica la aldea de Carreu. Desde la distancia la masía y los cobertizos, la ermita y los restos de la torre del antiguo castillo forman un conjunto armónico con el paisaje. Desgraciadamente el entorno está bastante dejado, maquinaria oxidada, objetos en desuso y otros elementos totalmente inútiles deslucen el conjunto arquitectónico. Sillar fue un lugar importante. A pesar de la denominación de dos lugares cercanos con la misma denominación de Carreu, se puede establecer que el castillo de Carreu, lugar mencionado en el año 1046 como límite del castillo de Gavarra, fue legado por Ramon Guillem de Taús, en su testamento de 1094, a su esposa Ermengarda. En 1221 Elisenda de Sallent dio el castillo de Carreu a la casa de la orden del Hospital de Isot, de la baronía de Rialb, con sus términos y habitantes, en franco alou.
Los restos de la torre del antiguo Castell recuerda las numerosas torres que se construyeron a medida que se conquistaban nuevas tierras a los sarracenos. Estas edificaciones se construyeron desde finales del siglo X y, especialmente, durante el siglo XI. Tampoco se puede rechazar la posibilidad de que fuera la fortificación del señor del lugar, hecha en el siglo XI o XII
Reencontramos la cresta de la Sierra de Carreu y perdemos altura rápidamente. Rodeamos la línea de riscales de la vertiente occidental de la sierra encadenando pistas cada vez más desdibujadas por la falta de uso con el objetivo de bajar al fondo del valle esculpido por el Rialb. La niebla en la llanura sigue inamovible. La pista termina bajo las paredes de la Roca Encantada y aparentemente no hay continuidad. Hay que ir a la izquierda penetrando en el bosque una decena de metros, hay un tronco de un árbol muerto en el suelo como referencia, hasta encontrar una rampa que parece de un antiguo camino ahora bastante desdibujado. Perdemos altura siguiendo el track y las trazas más evidentes, muchas veces sobre la bici y las mismas a pie, hasta encontrar una antigua pista debajo mismo de la Agulla Encantada, una aguja separada del riscal. Este antiguo camino conecta con la pista que nos permitirá atravesar el Rialb y terminar la ruta siguiendo por la margen derecha del río.
En el margen derecho del río encontramos al principio un tramo con una subida fatigosa, afortunadamente asfaltado, para salvar el profundo desfiladero. este trayecto que además nos ofrece un último regalo: dos joyas románicas, Sant Salvador de Mas Barrat, de aspecto ruinoso, y Sant Martí del Puig, en fase de restauración, y final de una ruta muy recomendable
Diciembre de 2024
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