Segarra SEG 009_Biosca

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Espai Natural Protegit de la Valls del Sió-Llobregós.

Biosca – Palouet – Vicfred – Sant Guim de la Plana – Guissona – Guarda-si-venes – Selvanera – Puigarne – Biosca
Mapes Comarcals de Catalunya. Segarra. 1:50.000. Institut Cartogràfic de Catalunya (ICC).

Resumen

Distancia:40 km
Desnivel:700 m
Tiempo:3 h 45 min
Dificultad:media-difícil

Pedaleando por el corazón de la Alta Segarra entre la niebla.

A menudo el Valle del Llobregós se llena de niebla en invierno. Aunque pueda parecer inverosímil, disfrutar de esta niebla también puede ser una experiencia muy placentera para el viajero capaz de captar la belleza de los paisajes yermos y los árboles desnudos envueltos en el manto sedoso y a veces diáfano que provoca la bromada. Si además, como es el caso de esta salida, la niebla se queda dormida en el valle, el es...
Pedaleando por el corazón de la Alta Segarra entre la niebla.

A menudo el Valle del Llobregós se llena de niebla en invierno. Aunque pueda parecer inverosímil, disfrutar de esta niebla también puede ser una experiencia muy placentera para el viajero capaz de captar la belleza de los paisajes yermos y los árboles desnudos envueltos en el manto sedoso y a veces diáfano que provoca la bromada. Si además, como es el caso de esta salida, la niebla se queda dormida en el valle, el espectáculo visual desde la meseta de este mar blanquecino cerrado por las sierras prepirenaicas cubiertas de nieve, es sencillamente sensacional.

Salimos de Biosca, un nombre de etimología iberovasca como muchos de los existentes en la toponimia catalana, por la carretera de Guissona. A la izquierda está el barrio del Hostal por donde continuamos siguiendo el GR. Inmersos en la niebla que en invierno es frecuente en la Segarra navegamos acariciando los sinuosos relieves modelados por extensos cultivos de cereales. Los árboles despojados de sus hojas muestran su anatomía más íntima, acentuada por el blanco de la neblina.

Atravesado el Llobregós, también conocido como El Bregós, llegamos a Palouet, un pequeño núcleo que ha perdido buena parte de su origen medieval aunque hasta mediados del siglo XX conservó la estructura de ciudad cerrada, con dos puertas de entrada. Destaca la pequeña ermita de origen románico de Sant Jaume.

En dirección al siguiente punto, Vicfred, pasamos por la balsa de Palouet, un pequeño oasis en medio de este paisaje de secano. Este pequeño oasis, convertido en un observatorio ornitológico, contiene una gran variedad de fauna que es propia de zonas húmedas.

Encaramos las costas de Palou y salimos de la niebla. El espectáculo visual es de gran belleza: desde la altura el contraste del mar de niebla que llena los valles hacen más visible los relieves del Prepirineo, cubiertos de nieve. Entramos en Vicfred por el lado del castillo, aunque el edificio recuerda más a una residencia señorial que no a una fortificación fronteriza originaria del siglo XI, en época de la reconquista.

Nos dirigimos hacia San Quim de la Plana. Pasamos por una improvisada cantera de extracción de la típica piedra Segarra que viste muros de contención y barracas a toda la comarca. Escondida detrás del Tossal del Gomar, el corazón geográfico de la Segarra, encontramos repentinamente el núcleo medieval de Sant Guim. Entramos en el núcleo por la plaza donde está el imponente centro conocido como el castillo, aunque no hay prácticamente evidencias del castillo original del siglo XII, y la iglesia de Santa María, en la que aún se conserva la talla románica de Sant Guillem. Vale la pena recorrer los callejones y pasos cubiertos para descubrir un trazado irregular y desnivelado, prácticamente inalterado desde la edad media.

Un cómodo trayecto recorriendo muros de piedra seca, todos ellos de bella factura, que conteniendo el suelo de posibles deslizamientos, nos lleva a la ciudad de Guissona, el municipio más poblado de la comarca después de la capital. Si se puede, es imprescindible visitar el yacimiento arqueológico de la antigua ciudad romana en la parte norte de la villa y considerado uno de los más importantes de la Cataluña interior.

Estos restos arqueológicos contrastan fuertemente con el Grupo alimentario que lleva el nombre de esta ciudad y que ocupa una gran área del polígono industrial, lugar por donde continuamos la ruta.

Llegamos al núcleo agregado a Guissona de curioso nombre, Guarda-si-venes, nomenclatura que parece provenir de la frase expresiva «guarda si vienen», debido a su situación de torre de vigía en la llanura de Guissona. La iglesia de Sant Miquel es de estilo románico, con un ventanal en la fachada de estilo gótico. Tiene una talla de madera del siglo XII de la Virgen llamada de les Neus.

Continuamos pedaleando entre campos hasta Selvanera, situado en terreno llano y dominado por Cal Viles, la antigua casa señorial. En la plaza está la iglesia de Sant Sebastià de Selvanera, que lleva la fecha de 1797 y en las afueras, la capilla de la Soledat.

El tramo final del trayecto hasta Biosca lo hacemos por el valle del Llobregós, único espacio protegido de la comarca de la Segarra. Bajamos al valle por un sendero que encontramos pasando una estructura circular de un antiguo horno de yeso. De hecho, los pequeños cerros que la cierran rezuman tizas por toda su superficie. Recorrer este llano valle, estrecho y alargado, por donde serpentea juguetón el río Llobregós, es un auténtico placer.

Febrero de 2017

CENTROS DE INTERÉS
Balsa de Palouet. Castillo de Vicfred. Castillo e Iglesia de Santa María de Sant Guim. Ciudad romana de Lesser. San Miquel de Guarda-si-venes. San Sebastià de Selvanera

RESTAURANTES / ALOJAMIENTOS
www.lasegarra.org
www.turismellobregos.cat