Anoia ANO 014_La Llacuna
Espai d'Interès Natural Ancosa-Montagut. Capçaleres del Foix. Plana d’Ancosa
La Llacuna – Coll de les Solanetes – Can Baltà – Castell de Secabecs – Castell Vell de Pontons – Puig Castellar – Pontons – Convent d’Ancosa – Torrebusqueta – La Llacuna
Mapes Comarcals de Catalunya. Anoià. 1:50.000. Institut Cartogràfic de Catalunya (ICC).
Resumen
Distancia:35 km
Desnivel:775 m
Tiempo:3 h 30 min
Dificultad:media
Vuelta a la Sierra de Ancosa
Entre las comarcas de Anoia, Penedès y el Alt Camp, descubriremos el singular espacio natural de Ancosa-Montagut, un lugar protegido lleno de viñas y de ambiente mediterráneo y con buena vista sobre el entorno, especialmente desde el Puig del Castellar, el punto más elevado de la ruta. La vuelta nos permite ver muchas barracas de viña y visitar el castillo en ruinas de Secabecs y el Castell Vell de Pontons.
Salimos de la plaza portica... Vuelta a la Sierra de Ancosa
Entre las comarcas de Anoia, Penedès y el Alt Camp, descubriremos el singular espacio natural de Ancosa-Montagut, un lugar protegido lleno de viñas y de ambiente mediterráneo y con buena vista sobre el entorno, especialmente desde el Puig del Castellar, el punto más elevado de la ruta. La vuelta nos permite ver muchas barracas de viña y visitar el castillo en ruinas de Secabecs y el Castell Vell de Pontons.
Salimos de la plaza porticada del pueblo por el Portal d’en Garreta, una de las entradas a la antigua villa medieval amurallada, y después de un corto tramo de carretera en dirección a Rofes nos desviamos por una pista que va a los pies de la sierra de Puigfred.
Llegamos a la masía de Can Martinet, donde continuamos por un bonito tramo siguiendo los meandros del arroyo de La Llacuna. Pasamos por el bonito lugar de la Font del Teix. Justo dejado a la izquierda el sendero que lleva a Rofes, la pista sube, algunos tramos tienen bastante pendiente, hacia el collado de Solanetes. A media subida podemos ver los restos de lo que era una bonita barraca de viña. En el trayecto a Puig Castellar encontraremos más ejemplos, antiguos vestigios que nos hablan de cuando los trabajos del campo aún no estaban mecanizados. En épocas de menos trabajo, los agricultores y jornaleros aprovechaban para construir barracas de piedra seca, junto a parcelas alejadas de su casa, para resguardarse de la lluvia o el temporal imprevisto. En invierno, para protegerse del frío y en los meses de verano para resguardarse de las horas de más calor; también para guardar el desayuno o la bebida. En alguna ocasiones se utilizaban como almacén para guardar las herramientas e incluso para pasar la noche.
Hacemos un rápido descenso hacia Can Magi, que dejamos a la izquierda, y al poco de seguir la nueva pista tomamos un sendero a la derecha que nos lleva hasta los cultivos de viña de la finca de Can Baltà, perteneciente a las bodegas de Vallformosa.
Continuamos pedaleando entre viñedos con el imponente macizo de Montserrat de trasfondo hasta encontrar el camino rural asfaltado que nos sube al amplio collado que separa las aguas del Foix y del Anoia.
Continuamos pedaleando por la bonita y abierta llanura de Les Llombardes, que nos permite disfrutar de los extensos cultivos de viñas y las sierras que nos rodean. Nos desviamos momentáneamente para visitar los restos del castillo de Secabecs. Aunque está declarado bien cultural de interés nacional, es un castillo muy deteriorado y sólo se conservan restos de paredes, contrafuertes, puertas y ventanas de lo que debía ser una masía fortificada.
Deshacemos el camino y continuamos pedaleando hasta el Coll de Cal General, rodeando el Turó de l’Horta, desde donde llegamos al impresionante edificio del Mas de Pontons. Esta mansión señorial fortificada reformada en los siglos XVII o XVIII se encuentra encima del mismo Castell Vell de Pontons. El episodio histórico más importante y desgraciado que ha vivido sucedió durante la Guerra dels Set Anys o Primera Guerra Carlista (1833-40). Debido a su carácter fortificado, en la masía se ubicó un hospital de sangre. Una cincuentena de miembros del ejército liberal provenientes de Valls quería sorprender a la Junta Carlista reunida en Fontrubí; en su paso se encontraron el Mas Vell de Pontons, que en aquel 19 de mayo de 1838 albergaba a veintinueve soldados carlistas heridos. Los liberales los asesinaron brutalmente a todos.
Continuamos por el camino asfaltado de Sansón, que nos lleva hasta Pontons cómodamente, como no, pedaleando entre viñedos. Justo antes de llegar, en lo alto de un risco que domina el pueblo encontramos la iglesia de Santa Magdalena, un edificio de origen románico del que sólo conserva la puerta original en la fachada de poniente.
Iniciamos la ascensión a Puig Castellar por una buena pista en dirección a la Casa Bona del Diable. No acabamos de llegar, ya que nos desviamos a la izquierda por una pista secundaria que marcha por la Plana Molinera y que nos deja, tras atravesar unos campos de viñedos, en la carretera de La Llacuna. Continuamos por la pista del Mas de les Solanes y antes de llegar a Cal Pigó de la Serra continuamos por un sendero que enlaza con la pista que nos lleva directamente a la cima de Puig Castellar. La relativa altura de la cima, 944 m, una de las más altas de la comarca del Anoia, nos permite disfrutar de buenas panorámicas de las sierras cercanas pertenecientes al Sistema Prelitoral Central: Montmell, Ordal, Garraf, Montserrat, Miralles, Comaverd o Prades. En días claros, a pesar de la distancia, también se ven cercanas las cordilleras del Prepirineo que cierran la Depresión Central: Port del Comte, Cadí, Pedraforca, Ensija, Moixeró o Puigmal.
Aunque desde la cima podemos recortar la ruta, nuestro segundo objetivo es la Plana de Ancosa, que vale la pena visitar. Para llegar deshacemos el camino hasta el collado, donde tomamos la pista que, pasando por la Font de les Canals, nos baja a la Plana de Ancosa. Esta llanura o penillanura rocosa, cerrada por todos lados excepto por el paso por donde fluye el torrente de la Llançana, nos ofrece un paisaje singular que esconde lugares interesantes que la ruta visita: el antiguo convento de Ancosa, con su pozo medieval y el roble monumental.
Para ver el impresionante roble nos desviamos unos trescientos metros a la izquierda. A la derecha pasamos primero por el pozo medieval de la antigua granja, una joya arquitectónica que tiene una profundidad de 9 m por 3 m de diámetro y una magnífica bóveda que lo cubre. El antiguo convento de Ancosa, del que sólo quedan unos restos en el norte de la casa de Ancosa, fue cedido el 1155 a los monjes cistercienses de Valldaura por los condes de Barcelona para que establecieran allí un monasterio. Probablemente las carencias de agua y la pobreza del terreno empujaron a los monjes a instalarse el 1158 en Santes Creus. El lugar quedó como una granja propiedad de Santes Creus.
Desde la casa de Ancosa, la pista principal sale de la llanura por el collado de Corral, baja hasta el núcleo de Torrebusqueta y ya por carretera llegamos a La Llacuna.
Diciembre de 2015
CENTROS DE INTERÉS
Castillo de Secabecs. Castell Vell de Pontons. Convento, Pozo Medieval y Roble de Ancosa.
ALOJAMIENTOS / RESTAURANTES
www.lallacuna.cat
Entre las comarcas de Anoia, Penedès y el Alt Camp, descubriremos el singular espacio natural de Ancosa-Montagut, un lugar protegido lleno de viñas y de ambiente mediterráneo y con buena vista sobre el entorno, especialmente desde el Puig del Castellar, el punto más elevado de la ruta. La vuelta nos permite ver muchas barracas de viña y visitar el castillo en ruinas de Secabecs y el Castell Vell de Pontons.
Salimos de la plaza portica... Vuelta a la Sierra de Ancosa
Entre las comarcas de Anoia, Penedès y el Alt Camp, descubriremos el singular espacio natural de Ancosa-Montagut, un lugar protegido lleno de viñas y de ambiente mediterráneo y con buena vista sobre el entorno, especialmente desde el Puig del Castellar, el punto más elevado de la ruta. La vuelta nos permite ver muchas barracas de viña y visitar el castillo en ruinas de Secabecs y el Castell Vell de Pontons.
Salimos de la plaza porticada del pueblo por el Portal d’en Garreta, una de las entradas a la antigua villa medieval amurallada, y después de un corto tramo de carretera en dirección a Rofes nos desviamos por una pista que va a los pies de la sierra de Puigfred.
Llegamos a la masía de Can Martinet, donde continuamos por un bonito tramo siguiendo los meandros del arroyo de La Llacuna. Pasamos por el bonito lugar de la Font del Teix. Justo dejado a la izquierda el sendero que lleva a Rofes, la pista sube, algunos tramos tienen bastante pendiente, hacia el collado de Solanetes. A media subida podemos ver los restos de lo que era una bonita barraca de viña. En el trayecto a Puig Castellar encontraremos más ejemplos, antiguos vestigios que nos hablan de cuando los trabajos del campo aún no estaban mecanizados. En épocas de menos trabajo, los agricultores y jornaleros aprovechaban para construir barracas de piedra seca, junto a parcelas alejadas de su casa, para resguardarse de la lluvia o el temporal imprevisto. En invierno, para protegerse del frío y en los meses de verano para resguardarse de las horas de más calor; también para guardar el desayuno o la bebida. En alguna ocasiones se utilizaban como almacén para guardar las herramientas e incluso para pasar la noche.
Hacemos un rápido descenso hacia Can Magi, que dejamos a la izquierda, y al poco de seguir la nueva pista tomamos un sendero a la derecha que nos lleva hasta los cultivos de viña de la finca de Can Baltà, perteneciente a las bodegas de Vallformosa.
Continuamos pedaleando entre viñedos con el imponente macizo de Montserrat de trasfondo hasta encontrar el camino rural asfaltado que nos sube al amplio collado que separa las aguas del Foix y del Anoia.
Continuamos pedaleando por la bonita y abierta llanura de Les Llombardes, que nos permite disfrutar de los extensos cultivos de viñas y las sierras que nos rodean. Nos desviamos momentáneamente para visitar los restos del castillo de Secabecs. Aunque está declarado bien cultural de interés nacional, es un castillo muy deteriorado y sólo se conservan restos de paredes, contrafuertes, puertas y ventanas de lo que debía ser una masía fortificada.
Deshacemos el camino y continuamos pedaleando hasta el Coll de Cal General, rodeando el Turó de l’Horta, desde donde llegamos al impresionante edificio del Mas de Pontons. Esta mansión señorial fortificada reformada en los siglos XVII o XVIII se encuentra encima del mismo Castell Vell de Pontons. El episodio histórico más importante y desgraciado que ha vivido sucedió durante la Guerra dels Set Anys o Primera Guerra Carlista (1833-40). Debido a su carácter fortificado, en la masía se ubicó un hospital de sangre. Una cincuentena de miembros del ejército liberal provenientes de Valls quería sorprender a la Junta Carlista reunida en Fontrubí; en su paso se encontraron el Mas Vell de Pontons, que en aquel 19 de mayo de 1838 albergaba a veintinueve soldados carlistas heridos. Los liberales los asesinaron brutalmente a todos.
Continuamos por el camino asfaltado de Sansón, que nos lleva hasta Pontons cómodamente, como no, pedaleando entre viñedos. Justo antes de llegar, en lo alto de un risco que domina el pueblo encontramos la iglesia de Santa Magdalena, un edificio de origen románico del que sólo conserva la puerta original en la fachada de poniente.
Iniciamos la ascensión a Puig Castellar por una buena pista en dirección a la Casa Bona del Diable. No acabamos de llegar, ya que nos desviamos a la izquierda por una pista secundaria que marcha por la Plana Molinera y que nos deja, tras atravesar unos campos de viñedos, en la carretera de La Llacuna. Continuamos por la pista del Mas de les Solanes y antes de llegar a Cal Pigó de la Serra continuamos por un sendero que enlaza con la pista que nos lleva directamente a la cima de Puig Castellar. La relativa altura de la cima, 944 m, una de las más altas de la comarca del Anoia, nos permite disfrutar de buenas panorámicas de las sierras cercanas pertenecientes al Sistema Prelitoral Central: Montmell, Ordal, Garraf, Montserrat, Miralles, Comaverd o Prades. En días claros, a pesar de la distancia, también se ven cercanas las cordilleras del Prepirineo que cierran la Depresión Central: Port del Comte, Cadí, Pedraforca, Ensija, Moixeró o Puigmal.
Aunque desde la cima podemos recortar la ruta, nuestro segundo objetivo es la Plana de Ancosa, que vale la pena visitar. Para llegar deshacemos el camino hasta el collado, donde tomamos la pista que, pasando por la Font de les Canals, nos baja a la Plana de Ancosa. Esta llanura o penillanura rocosa, cerrada por todos lados excepto por el paso por donde fluye el torrente de la Llançana, nos ofrece un paisaje singular que esconde lugares interesantes que la ruta visita: el antiguo convento de Ancosa, con su pozo medieval y el roble monumental.
Para ver el impresionante roble nos desviamos unos trescientos metros a la izquierda. A la derecha pasamos primero por el pozo medieval de la antigua granja, una joya arquitectónica que tiene una profundidad de 9 m por 3 m de diámetro y una magnífica bóveda que lo cubre. El antiguo convento de Ancosa, del que sólo quedan unos restos en el norte de la casa de Ancosa, fue cedido el 1155 a los monjes cistercienses de Valldaura por los condes de Barcelona para que establecieran allí un monasterio. Probablemente las carencias de agua y la pobreza del terreno empujaron a los monjes a instalarse el 1158 en Santes Creus. El lugar quedó como una granja propiedad de Santes Creus.
Desde la casa de Ancosa, la pista principal sale de la llanura por el collado de Corral, baja hasta el núcleo de Torrebusqueta y ya por carretera llegamos a La Llacuna.
Diciembre de 2015
CENTROS DE INTERÉS
Castillo de Secabecs. Castell Vell de Pontons. Convento, Pozo Medieval y Roble de Ancosa.
ALOJAMIENTOS / RESTAURANTES
www.lallacuna.cat