Alt Empordà AEM 044_Navata
Espai Natural Protegit de Garriga d’Empordà. Serra d’Estela
Navata — Lladó — Cistella — Vilarig — Vilanant — Avinyonet de Puigventós — Pols — Navata
Mapa Comarcal de Catalunya. Alt Empordà. 1:50.000. Institut Cartogràfic de Catalunya
Resumen
Distancia:45 km
Desnivel:580 m
Tiempo:4 h 15 min
Dificultad:media-difícil
La Garriga de Empordà y Monasterio de Santa Maria de Lladó
Ruta con el objetivo puesto en el Monasterio de Santa María de Lladó y, especialmente, en el Espacio natural de la Garriga de Empordà, un territorio de paisaje típicamente mediterráneo, una zona poco conocida donde la llanura del Empordà se comienza a montar, que atesora un excepcional patrimonio de arquitectura de piedra seca.
Empezamos la ruta enlazando Navata con Lladó pedaleando entre encantadores cam... La Garriga de Empordà y Monasterio de Santa Maria de Lladó
Ruta con el objetivo puesto en el Monasterio de Santa María de Lladó y, especialmente, en el Espacio natural de la Garriga de Empordà, un territorio de paisaje típicamente mediterráneo, una zona poco conocida donde la llanura del Empordà se comienza a montar, que atesora un excepcional patrimonio de arquitectura de piedra seca.
Empezamos la ruta enlazando Navata con Lladó pedaleando entre encantadores campos de cereales que lucen esplendorosos bajo la luz del astro rey. Detrás de la línea del horizonte los relieves que cierran la llanura ampurdanesa, un territorio conocido como Alta Garrotxa o Garrotxa del Empordà como llaman algunos habitantes de esta región, se muestran majestuosos por encima del verde radiante de los campos primaverales. Así identificamos con facilidad el Mont, la cima que encandiló a Verdaguer, el siempre inconfundible Bassegoda o fuera de los límites comarcales, la simbólica e icónica montaña del Canigó presidiéndolo todo.
En Lladó hay una visita imprescindible en la plaza del pueblo, el monasterio de Santa Maria de Lledó, un antiguo monasterio augustiniano del obispado de Girona, en el antiguo condado de Besalú. Vivió su máximo esplendor entre los siglos XII y XIII aunque la noticia más antigua que hay de la canónica es del año 1089, fecha en la que fue restaurado el culto y la vida monástica (que parece ya existente en época visigótica). El recinto monumental del monasterio, antiguos espacios del claustro, el patio del monasterio, el refectorio, la sacristía, la sala capitular y las zonas de dormitorio, actualmente sede del Ayuntamiento de Lladó, configuran un conjunto de los más importantes de la arquitectura medieval de Cataluña.
Dejamos esta maravilla histórica, su portalada del s. XII es admirable, por el antiguo patio del Monasterio, subiendo hacia lo alto del pueblo para adentrarnos en los esplendorosos bosques a los pies de las laderas de la Sierra de Estela. Envueltos por la densa massa boscosa encadenamos los núcleos de Cistella y Vilarig. A las vistas de este último, sorprende la enorme volumetría del castillo-palacio fortificado, un edificio que debió ser levantado en el siglo XIV, sobre los restos del castillo antiguo. En la costa se encuentra la bella iglesia de Santa María.
Dejamos el núcleo por un sendero que baja hacia la riera y conecta con una pista que sale a la carretera. Desde la carretera tenemos una bonita postal del perfil del pueblo con la Sierra del Mont detrás. Pronto encontramos una pista a mano derecha que es el preludio que nos lleva a la Garriga de Empordà, un espacio natural protegido de aspecto áspero e inhóspito que atesora un excepcional patrimonio de arquitectura de piedra seca que la vegetación de coscoja ha ido tragando por la falta de actividad. No hace tanto tiempo que el hombre había dominado con paciencia y habilidad de miles de manos el pedregoso terreno calizo a base de construir márgenes, clapers, caminos, paredes, pasarelas, acequias y barracas con las piedras que sacaban de las parcelas para poder cultivar viñedos, olivos y frutales de secano. Una verdadera red de infraestructuras, diríamos hoy, que transformó zonas baldías en lugares productivos. Como decía Josep Pla, "una arquitectura del ingenio y de la necesidad".
Durante el trayecto por esta zona poco conocida donde la llanura del Empordà se empieza a hacer montaña, disfrutamos de algunas de las más de 500 construcciones de piedra seca de la Garriga, una de las zonas con mayor densidad de barracas del país. Algunas muy bien conservadas y otras con los techos y paredes derrumbadas, de tipologías diferentes que se van alternando con muros de anchura considerable que delimitan las parcelas y pasarelas de la anchura de un carro. Un placentero viaje por un paisaje donde se había desarrollado una arquitectura desarrollada, entre el siglo XVIII y el siglo XX, impulsada por el «hambre de tierra» que se dio a principios del setecientos.
Dejamos esta planície repentinamente, sorprende la profundidad desde la meseta, bajando de repente a la cabecera del Rissec por un sendero que se mueve por antiguos bancales. Al otro lado, marchamos hacia Avinyonet de Puigventós, pueblo que conserva un bonito casco antiguo medieval donde destaca su castillo, una fortificación del s. XI que posteriormente fue entregada a la orden del Hospital en el siglo XIII para realizar el Pedido. Se le supone una forma cuadrangular, amurallada, que acabó de desfigurarse en el año 1516 con las obras de la iglesia de Sant Esteve. A su lado, a levante, se formará y crecerá la villa.
Volvemos al punto de salida navegando entre grandes extensiones planas, Pla de la Torre y Pla d'en Frigol, pasando por el pequeño núcleo de Pols y la bonita ermita románica de San Pedro de Navata al sur del pueblo.
Marzo de 2024
CENTROS DE INTERÉS
Monasterio de Santa Maria de Lladó. Santa María de Vilarig. Castillo de Avinyonet de Puigventòs. San Pedro de Navata.
ALOJAMIENTOS / RESTAURANTES
https://www.navata.cat/
Ruta con el objetivo puesto en el Monasterio de Santa María de Lladó y, especialmente, en el Espacio natural de la Garriga de Empordà, un territorio de paisaje típicamente mediterráneo, una zona poco conocida donde la llanura del Empordà se comienza a montar, que atesora un excepcional patrimonio de arquitectura de piedra seca.
Empezamos la ruta enlazando Navata con Lladó pedaleando entre encantadores cam... La Garriga de Empordà y Monasterio de Santa Maria de Lladó
Ruta con el objetivo puesto en el Monasterio de Santa María de Lladó y, especialmente, en el Espacio natural de la Garriga de Empordà, un territorio de paisaje típicamente mediterráneo, una zona poco conocida donde la llanura del Empordà se comienza a montar, que atesora un excepcional patrimonio de arquitectura de piedra seca.
Empezamos la ruta enlazando Navata con Lladó pedaleando entre encantadores campos de cereales que lucen esplendorosos bajo la luz del astro rey. Detrás de la línea del horizonte los relieves que cierran la llanura ampurdanesa, un territorio conocido como Alta Garrotxa o Garrotxa del Empordà como llaman algunos habitantes de esta región, se muestran majestuosos por encima del verde radiante de los campos primaverales. Así identificamos con facilidad el Mont, la cima que encandiló a Verdaguer, el siempre inconfundible Bassegoda o fuera de los límites comarcales, la simbólica e icónica montaña del Canigó presidiéndolo todo.
En Lladó hay una visita imprescindible en la plaza del pueblo, el monasterio de Santa Maria de Lledó, un antiguo monasterio augustiniano del obispado de Girona, en el antiguo condado de Besalú. Vivió su máximo esplendor entre los siglos XII y XIII aunque la noticia más antigua que hay de la canónica es del año 1089, fecha en la que fue restaurado el culto y la vida monástica (que parece ya existente en época visigótica). El recinto monumental del monasterio, antiguos espacios del claustro, el patio del monasterio, el refectorio, la sacristía, la sala capitular y las zonas de dormitorio, actualmente sede del Ayuntamiento de Lladó, configuran un conjunto de los más importantes de la arquitectura medieval de Cataluña.
Dejamos esta maravilla histórica, su portalada del s. XII es admirable, por el antiguo patio del Monasterio, subiendo hacia lo alto del pueblo para adentrarnos en los esplendorosos bosques a los pies de las laderas de la Sierra de Estela. Envueltos por la densa massa boscosa encadenamos los núcleos de Cistella y Vilarig. A las vistas de este último, sorprende la enorme volumetría del castillo-palacio fortificado, un edificio que debió ser levantado en el siglo XIV, sobre los restos del castillo antiguo. En la costa se encuentra la bella iglesia de Santa María.
Dejamos el núcleo por un sendero que baja hacia la riera y conecta con una pista que sale a la carretera. Desde la carretera tenemos una bonita postal del perfil del pueblo con la Sierra del Mont detrás. Pronto encontramos una pista a mano derecha que es el preludio que nos lleva a la Garriga de Empordà, un espacio natural protegido de aspecto áspero e inhóspito que atesora un excepcional patrimonio de arquitectura de piedra seca que la vegetación de coscoja ha ido tragando por la falta de actividad. No hace tanto tiempo que el hombre había dominado con paciencia y habilidad de miles de manos el pedregoso terreno calizo a base de construir márgenes, clapers, caminos, paredes, pasarelas, acequias y barracas con las piedras que sacaban de las parcelas para poder cultivar viñedos, olivos y frutales de secano. Una verdadera red de infraestructuras, diríamos hoy, que transformó zonas baldías en lugares productivos. Como decía Josep Pla, "una arquitectura del ingenio y de la necesidad".
Durante el trayecto por esta zona poco conocida donde la llanura del Empordà se empieza a hacer montaña, disfrutamos de algunas de las más de 500 construcciones de piedra seca de la Garriga, una de las zonas con mayor densidad de barracas del país. Algunas muy bien conservadas y otras con los techos y paredes derrumbadas, de tipologías diferentes que se van alternando con muros de anchura considerable que delimitan las parcelas y pasarelas de la anchura de un carro. Un placentero viaje por un paisaje donde se había desarrollado una arquitectura desarrollada, entre el siglo XVIII y el siglo XX, impulsada por el «hambre de tierra» que se dio a principios del setecientos.
Dejamos esta planície repentinamente, sorprende la profundidad desde la meseta, bajando de repente a la cabecera del Rissec por un sendero que se mueve por antiguos bancales. Al otro lado, marchamos hacia Avinyonet de Puigventós, pueblo que conserva un bonito casco antiguo medieval donde destaca su castillo, una fortificación del s. XI que posteriormente fue entregada a la orden del Hospital en el siglo XIII para realizar el Pedido. Se le supone una forma cuadrangular, amurallada, que acabó de desfigurarse en el año 1516 con las obras de la iglesia de Sant Esteve. A su lado, a levante, se formará y crecerá la villa.
Volvemos al punto de salida navegando entre grandes extensiones planas, Pla de la Torre y Pla d'en Frigol, pasando por el pequeño núcleo de Pols y la bonita ermita románica de San Pedro de Navata al sur del pueblo.
Marzo de 2024
CENTROS DE INTERÉS
Monasterio de Santa Maria de Lladó. Santa María de Vilarig. Castillo de Avinyonet de Puigventòs. San Pedro de Navata.
ALOJAMIENTOS / RESTAURANTES
https://www.navata.cat/