Baix Empordà BEM 021_Vullpellac

Card image cap
Espai Natural Protegit de les Gavarres. Serra dels Perduts.

Vullpellac — Fonteta —Santa Coloma de Fitor — Coll de la Creu d’Olivaret — Coll de la Ganga — Coll de can Mirameu — La Bisbal d’Empordà
Mapes Comarcals de Catalunya. Baix Empordà. 1:50.000. Institut Cartogràfic de Catalunya (ICC).
http://srv.icgc.cat/vissir3/

Fitor, bosques y dólmenes.

Una ruta para disfrutar del macizo de Les Gavarres. El trayecto se mueve en buena parte por el término municipal de Fitor, un término de poblamiento disperso vertebrado por la iglesia parroquial de Santa Coloma que se ha acabado abandonando debido a la escasa rentabilidad de la explotación del bosque. Aparte de sus esplendorosos bosques en Fitor encontramos el núcleo dolménico más denso de la zona de las Gavarres, y uno de los principales de Cataluña....
Fitor, bosques y dólmenes.

Una ruta para disfrutar del macizo de Les Gavarres. El trayecto se mueve en buena parte por el término municipal de Fitor, un término de poblamiento disperso vertebrado por la iglesia parroquial de Santa Coloma que se ha acabado abandonando debido a la escasa rentabilidad de la explotación del bosque. Aparte de sus esplendorosos bosques en Fitor encontramos el núcleo dolménico más denso de la zona de las Gavarres, y uno de los principales de Cataluña.

Iniciamos la ruta a Vullpellac, pequeño núcleo medieval de gran interés arquitectónico, que se estructura en torno al conjunto que forman el castillo-palacio y la iglesia parroquial de Sant Julià y Santa Basilissa, lugar donde empezamos a pedalear. Vamos hasta el pueblo vecino de Fonteta, situado a pie del macizo de las Gavarres. El núcleo urbano forma un conjunto compacto de calles estrechas al entorno de la iglesia parroquial de Santa Maria. Desde la plaza del edificio religioso tomamos la calle que atraviesa el núcleo y sigue el antiguo camino Ral que unía la Bisbal con la costa, pasando por el antiguo vecindario de Fitor. Este histórico vial nos adentra de lleno a la montaña, el estrecho valle de la riera de Jonquet nos engulle y cautiva con una vegetación densa y húmeda. Durante el trayecto por la hondonada la huella humana más reciente se hace presente con el bonito Forn Gran de Fonteta, un horno de cal recuperado para poder volver a realizar cocidas de cal, actividad económica muy importante en el primer tercio del siglo XX en Fonteta.

Cuando el valle deja de absorbernos nos encontramos en una explanada donde un panel nos informa de la proximidad de tres dólmenes: el de los Tres Pies, el de los Tres Cairos y el de la Sierra de Cals, hecho por nada inusual ya que Fitor acoge una de las concentraciones de dólmenes más importantes de Cataluña. Por su emplazamiento y el tipo de rocas del terreno, fue un territorio en el que proliferó este tipo de construcciones funerarias del neolítico, la mayoría son del tipo de galerías catalanas, un tipo de sepulcro que consta de una cámara funeraria, precedida de un corredor de acceso.

Marchamos hacia Can Plaja, una de las masías notables del municipio de Fitor y puerta de entrada al elemento más emblemático y simbólico de Fitor, aparte de sus bosques, caminos y rieras, la iglesia de Santa Coloma, a donde llegamos por un sendero en subida, tan intenso como divertido. Es un edificio románico de gran interès situado en el corazón neurálgico y sentimental del término, en medio de una explanada que se abre en lo alto de una colina bien abrigada por la resto de elevaciones, se consagró el 29 de enero del año 948.

Dejamos Santa Coloma de Fitor iniciando el trayecto que nos llevará hasta Coll de la Ganga pedaleando por senderos y pistas de sablón que se mueven entre una densa vegetación, básicamente de pinos y alcornoques. En el collado atravesamos la carretera comarcal de la Bisbal a Calonge, en su tiempo un camino romano, continuando por la pista ancha y rodadora que lleva a Sant Cebrià de Lledó y que nos regala con panorámicas excelentes más allá del macizo de las Gavarres: los relieves cercanos de las Guilleries más orientales, el Pirineo gerundense, con el Canigó de fondo, desde el Puigmal al Cabo de Creus y la Abadía de Roses, rodeando la gran llanura ampurdanesa. También es destacable las vistas desde el lado sur de la montaña con un bosque limpio de vegetación sobrante y donde sólo viven los alcornoques, lo que nos permite disfrutar de una postal de un mar plateado por el efecto de la luz alrededor de la bahía de Palamós y Calonge.

Ante tantas seductoras imágenes que nos regala cada pedalada en dirección a Sant Cebrià es fácil pasarse de largo el desvío que hay en un ancho collado y que por la izquierda del valle de la Rovira nos baja de nuevo a la carretera que atravesamos. Al otro lado de la carretera tomamos una pista que en fuerte subida nos deja en el collado donde hay la masia abandonada de Can Mirameu.. Continuamos por un bonito sendero que recorre la cresta de la Sierra dels Perduts y nos devuelve a la llanura. Encadenamos varios caminos para llegar de nuevo a Vulpellac, pasando por la siempre bonita e imprescindible capital de la comarca del Baix Empordà, la Bisbal d'Empordà, conocida por su cerámica y por los dulces de sus pastelerías

Diciembre de 2023

CENTROS DE INTERÉS
Horno de cal grande de Fonteta. Santa Coloma de Fitor.

ALOJAMIENTOS / RESTAURANTES
https://www.visitperatallada.cat/